Ardiente tramo

En efecto, faltan tres jornadas para que finalice la semifinal de la Liga Superior de Baloncesto (LSB) y aún una imponente niebla impide advertir el final de los desenlaces, que proseguirán desde este sábado, los seleccionados Capitalinos-Pinar del Río en la sala vueltabajera 19 de Noviembre; y Matanzas-Villa Clara en la polideportiva santaclareña Amistad.

En la cancha Luis Augusto Turcios Lima, Matanzas repitió la dosis a sus huéspedes al superarlos dos veces con pizarras de 97-94 Y 91-80 puntos. La situación para el líder de la competencia durante toda la etapa clasificatoria resulta extremadamente difícil. Aunque en esta fracción sean anfitriones del intercambio, deben prevalecer en las tres fechas pactadas para acceder a la discusión del máximo pergamino.

La tarea es incómoda. Algunos tratan de minimizarla. Pero lograr un rendimiento perfecto es sumamente difícil, cuando el rival confía en sus opciones para conquistar la cresta de la ola. Si los alumnos de Carlos Valle salvan ese escollo, y logran el título, tendrán muchas bazas para adjudicarse el calificativo de lobos, como aquel que arrebató con sus sonados triunfos a los residentes en el territorio central del país.

Según la edición digital del semanario Vanguardia “los de Villa Clara parecen desinflarse a la hora cero… con un 2-0 a sus espaldas, y el empuje de la tropa de Allen “La máquina” Jemmott, parece improbable que Villa Clara le de vuelta a una semifinal donde salía de favorito”.

…”Quizás la localía les recuerde algo de lo que hicieron, para ser casi imbatibles en la clasificatoria. El apoyo del público —esperemos que vayan— será esencial para que los ahijados de Carlos Valle, despierten. ¡Ojalá!”.

Sospecho que los vestidos de naranja pueden respirar. Uno de los factores a enmendar es la disciplina táctica en la defensa. Es fatal mostrar baja intensidad en un encuentro tan corto. Además, es preciso que ratifiquen la convicción de alcanzar los sueños.

MATANZAS EXPRESA

Aceptar el sobrenombre de Guerreros es un riesgo incalculable. Pero desde hace varias campañas los matanceros confiaron en que llegarían a ser reconocidos por ese alias. Lo acaban de rubricar. Pasaron el Torneo Nacional de Ascenso, fueron perseverantes en las tres vueltas de la clasificatoria de la LSB y ahora mostraron coraje para superar a un adversario que los observadores anunciaron como el nuevo titular.

El joven estratega yumurino, Jemmott, sabe que sus jugadores defienden a baja altura mediante la zona de presión. Entonces les pide entrega para desempeñar una preocupante personal-presión, con ayuda, desde los tres cuartos del plató. Y les convoca al juego colectivo.

El representativo de la Atenas de Cuba es un contrincante muy serio, más de lo imaginado antes del empezar la versión de la controversia del certamen instaurada en 1993. Lo justifica la incorporación a la plantilla del avileño William Granda. Él fortalece el ataque, porque demuestra eficacia en esa faceta del juego; y propicia aliviar el severo cerco sobre Yuniskeyel Molina, otro depredador del conjunto, así como posibilitar mayor holgura para organizar el juego al pequeño Yasmany Deschapelle.

Los problemas de los nuevos inquilinos de la postemporada podrían sobrevenir por las escasas habilidades de los gigantes para realizar una estable ofensiva. Cuando declinen unos puntos el juego de algunos de los astros mencionados, será un acertijo señalar al encargado de llenar el espacio en blanco.

La afición capitalina es la más expectante de todas. Los giraldillos sufrieron un golpe en la anterior despedida frente a los búfalos del Ciego de Ávila. Fueron arrollados de forma escandalosa. La situación de los azules es normal, porque el mano a mano está empatado a una victoria: 62x70 y 64x54. Podría empeorar si los hombres más próximos a la cesta prosiguen de vacaciones en cuanto a enseñar una disposición en la lucha por los rechaces; y de nuevo muestran una discreta audacia para vulnerar con mayor, y mejor frecuencia, la cesta del contrincante.

El mayor torneo de baloncesto en el país transita por una ardiente etapa. Los silbantes también adquieren mayor protagonismo, porque los refuerzos incrementan el nivel cualitativo de los equipos. Ello los convida a enseñar toda la eficacia que les habilita para formar parte de las tríadas en eventos internacionales. De esa inapelable conducta depende la calidad de un espectáculo aún incompleto por carecer de un Juego de las Estrellas.