jueves, 28 de marzo de 2024

TIAR: Tratado Injerencista, Agresivo y Reaccionario

Venezuela es solo otra de sus páginas sórdidas y oportunistas...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 17/09/2019
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TIAR-Venezuela-América Latina
Analistas precisan que todo este tiempo ha sido invocado en unas veinte ocasiones, todas ligadas a la pretensión de coartar procesos populares en auge en América Latina y el Caribe. (Foto: bolivarcucuta.com).

En una acción repudiada por numerosas naciones y fuerzas políticas progresistas, la Organización de Estados Americanos, OEA, bajo la sempiterna batuta gringa, aprobó días atrás la aplicación contra la Revolución Bolivariana del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, un retorcido vestigio de los inicios de la Guerra Fría concebido como instrumento militar interventor de Washington en nuestro Hemisferio.

Con oscuros antecedentes en la doctrina Monroe, que en el siglo diecinueve proclamó que América era para los (norte) americanos en el intento por colocar fuera de la órbita regional a las potencias europeas de la época, el TIAR, negociado en 1947 y puesto en vigor un año después, pretendía mantener libre de “injerencias foráneas de toda índole” a los vecinos sureños de los Estados Unidos, percibidos por su clase dirigente como “traspatio natural e intocable del “coloso del Norte”, ya por entonces la inequívoca “primera potencia capitalista” del planeta.

En pocas palabras, a apenas dos años del fin de la Segunda Guerra Mundial y de los bombardeos atómicos de “advertencia e intimidación universales” sobre las ciudades nipones de Hiroshima y Nagasaki, se apresuraba Washington a apretar clavijas en sus fronteras más inmediatas en la ya planeada desde antes “ofensiva general contra el comunismo y su cortina de hierro”, concretados en la existencia de la Unión Soviética y el apenas estrenado campo socialista europeo, y en sus ya palpables influencias internacionales.

De manera que bajo el mandato de Harry S. Truman, el hombre que desató los hasta ahora únicos ataques nucleares de la historia, se estableció en nuestra región el TIAR, el primer aparato imperial de pretendida “defensa colectiva” en el planeta, toda vez que la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN (con el involucramiento del occidente europeo bajo la égida gringa y el mismo objetivo de atacar al socialismo) no vería la luz hasta 1949.

En su letra, el tratado hemisférico indicaba textualmente que “un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva…” En otras palabras, nada ajeno al orden hegemonista Made in USA tendría larga vida en estas tierras.

Así, a lo largo de los últimos setenta y dos años, el TIAR ha sido “fiel a su espíritu” al elegir a sus víctimas.

Analistas precisan que todo este tiempo ha sido invocado en unas veinte ocasiones, todas ligadas precisamente a la pretensión de coartar procesos populares en auge en América Latina y el Caribe, y a disfrazar de pretendida legalidad acciones militares punitivas contra nuestros pueblos

En 1962, el TIAR fue activado durante la titulada Crisis de los misiles en Cuba, y apoyó la entrada en vigor del bloqueo contra la Isla que se extiende hasta nuestros días.

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Se reconoce su actividad injerencista en la invasión a República Dominicana en 1965 contra el movimiento nacionalista local encabezado por el líder popular Francisco Caamaño, y su aprobación a la ocupación militar gringa de la Isla de Granada en 1983.

No obstante, un año antes, cuando tropas argentinas desembarcaron en el Archipiélago de las Malvinas bajo control colonialista británico desde 1833 y Londres decidió enviar sus fuerzas militares para reconquistar aquellas islas, Washington, aliado de Gran Bretaña en el seno de la OTAN, vetó la invocación del TIAR contra una evidente agresión militar extra hemisférica (tal como lo expresan las bases del acuerdo).

Así, dio la espalda a los reclamos de Buenos Aires y llegó incluso a brindar apoyo logístico a los buques, aviones y  fuerzas terrestres de la Corona en la retención de su pretendida soberanía sobre aquellos espacios australes arrebatados a  la nación  argentina hace ahora 186 años.

Y es con ese “brillante expediente” de manipulación, oportunismo y burla, que el TIAR pretende salir de nuevo a flote por estos días, ahora de manos del nuevo equipo de obsesos injerencistas aposentados en la Casa Blanca y de aquellos personajes que en el Sur gustan de engrosar la lista de los obsecuentes que reniegan de sus orígenes, desprecian su sangre y su raza, y no dudan en pedir armas y violencia en el Norte para sojuzgar a sus iguales. Toda una pléyade  de “democráticos presidentes” de nuestra región que otra vez, en estos días, aplaude imponer la guerra a sus hermanos.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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