Sin aparente solución inmediata, la guerra desangra a Sudán, donde 863 personas perecieron y más de 4 000 sufrieron heridas desde el pasado 15 de abril, cuando se desataron los combates entre dos sectores del cuerpo castrense.
Esos choques estallaron tras escalar las tensiones entre el jefe del Ejército, Abdel Fattah al Burhan, y el de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), cuando ambos generales diseñaban un plan de inclusión de la milicia en las fuerzas armadas.
La decisión de llamar a filas a militares retirados sugiere al menos dos lecturas en el ámbito sudanés: que el Ejército se considera superado por su rival, así como que a las tropas le falta respaldo popular masivo.
Otras interpretaciones son que en la guerra no convencional las RSF- con fuerte componente del yanyauid (jinetes árabes armados), luego de años el conflicto bélico en la occidental región de Darfur-, aventajan a su contrincante.
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Una y otra vez la contienda sudanesa transparenta una tozuda lucha por el poder en un contexto marcado por la frustración político de una transición iniciada en 2019 con el derrocamiento del presidente Omar Hasàn al Bashir.
Tras la caída de aquella administración, que asumió medidas de ajuste socioeconómico de corte neoliberal, lo cual la colocó en la picota pública, los militares optaron por controlar al Estado pero sin solucionar esenciales problemas de fondo.
Aunque el aparato de la transición avanzó mediante acuerdos con los grupos guerrilleros en procesos de paz, para validar su capacidad negociadora y a la vez confirmar su voluntad de marchar hacia la reposición de la autoridad civil.
Pero la estructura provisional de gobierno, que en un momento aportó confianza en la población, se deshizo con el golpe militar contra el primer ministro Abdallah Handock (2021) y los vaivenes del Consejo Supremo, máximo órgano de mando.
Ahora el Ministerio de Defensa llamó, a través de las redes sociales, a "todos los oficiales, suboficiales y soldados retirados de las fuerzas armadas, menores de 65 años y física y medicamente capaces, para apoyar los esfuerzos militares".
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Para alistarse los soldados retirados deberán informar su reincorporación a filas al comando militar más cercano, precisó el Ministerio, mientras que paralelamente observadores relacionaron la convocatoria con la posible extensión de la guerra.
Aunque los dos rivales están dispuestos a mantener un frágil alto el fuego, persisten las violaciones al respecto particularmente en la región de Darfur, que prácticamente cubre la frontera oeste de Sudán con República Centroafricana, Chad y Libia.
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