lunes, 29 de abril de 2024

Retorna la esperanza a Ecuador

CNE admite candidatos del partido Unes, afines a Correa...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 02/10/2020
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Andrés Arauz-Carlos Rabascall-candidatos-Ecuador
Andrés Arauz y Carlos Rabascall, candidatos a la presidencia y vicepresidencia de Ecuador por la coalición izquierdista Unes. (Tomada de lavanguardia.com).

Los ecuatorianos que comparten las ideas del llamado movimiento correísta celebraron la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de aceptar al partido izquierdista Unidos por la Esperanza (Unes) en la liza comicial del próximo 7 de febrero. Fuerte golpe a las fuerzas de derecha de ese país inmerso en una crisis generalizada.

En horas de la noche del pasado miércoles, el CNE decidió —por tres votos a favor, uno en contra y una abstención— que el partido Unidos por la Esperanza sea inscripto en los comicios generales, luego de una pausa para sustituir al exmandatario Rafael Correa, condenado a ocho años de prisión e inhabilitado para ejercer la política.

Por la aceptación votó la presidenta del CNE, Diana Atamaint, y los consejeros Esthela Acero y José Cabrera, mientras que Enrique Pita lo hizo en contra y Luis Verdesoto se abstuvo.
“Hoy, en momentos en que la democracia ecuatoriana vive circunstancias difíciles y complejas, debemos tomar decisiones trascendentales para la historia de la patria”, afirmó Atamaint antes de presentar su decisión, indicó en una nota la agencia de noticias Prensa Latina.

En su criterio, la responsabilidad del CNE es actuar con independencia política para defender la democracia y la estabilidad institucional del Estado y tiene la obligación de comprender que el pluralismo político es el principio rector de esa democracia y el desarrollo de la sociedad.

Como se anunció, el Unes llevará como aspirantes a la presidencia y la vicepresidencia al llamado Binomio de la Esperanza, integrado por el economista Andrés Arauz y el comunicador Carlos Rabascall, quienes ocupan los primeros lugares en intenciones de voto en encuestas primarias.

Al inscribirse oficialmente, la pareja, con un pensamiento político afín al progresismo que durante una década (2007-2017) identificó al partido Alianza País de Correa, se pone punto final a la manipulación del llamado “presidente traidor”, Lenin Moreno, quien utilizó su sistema de justicia conservador para lacerar la integridad del exmandatario, condenado en ausencia por supuesta implicación en el caso Sobornos.

Correa trató de inscribirse como candidato a vicepresidente de Arauz, pero el CNE exigió que el trámite fuera presencial, violando el articulado de la Constitución Nacional. Al descubrirse la trama, el Supremo Tribunal de Justicia de inmediato impuso la condena al expresidente progresista, como antes hizo con su vicepresidente Jorge Glas, en prisión, y otros importantes funcionarios de sus dos mandatos.

Esta semana, decenas de seguidores de la Unes, una coalición de agrupaciones izquierdistas y progresistas se concentraron en las afueras del CNE en espera de la decisión del ente electoral, ya que existía la preocupación de que prohibieran al dúo de Arauz y Rabascall.

En el lugar, Miguel Ángel Delgado, líder de los pueblos y nacionalidades indígenas del Cañar, exigió respeto a la democracia en el país. “No es posible —dijo a la radio local — que este gobierno nos esté robando la libertad en pleno siglo XXI. Tenemos que demostrar que no pueden cuatro o cinco personas mandar en Ecuador. Exigimos —precisó— el respeto a la libertad ciudadana”.

Desde Bruselas, donde vive tras entregar la presidencia a Moreno, quien se decía su amigo y supuestamente compartía sus ideas políticas, Correa escribió en su cuenta en Twitter: “¡Lo logramos! CNE no pudo eliminar el #BinomioDeLaEsperanza. La situación del país es tan precaria, que debemos estar ¨contentos¨ por el cumplimiento de ley expresa. Venceremos”.

Mientras, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) difundió resultados de una encuesta que ratifica hoy a la Revolución Ciudadana —el partido de Correa que sustituyó al Alianza País, cuyo nombre robó Moreno para su partido de gobierno— como la principal fuerza política de Ecuador, de cara a las elecciones generales de 2021.

A cinco meses del acto comicial, en el que disputan el máximo cargo del país 17 binomios inscriptos, el Unes cuenta con una preferencia del electorado en más de un 35 %.

Un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) ubica en segunda posición al exvicepresidente Otto Sonnenholzner, con un 12,8 %, quien renunció al cargo el pasado 7 de julio para postularse.

La pesquisa incluyó 2025 entrevistas telefónicas, realizadas del 13 de julio al 1.o de agosto último, en 50 localidades de 17 de las 24 provincias del país y con representación de áreas rurales y urbanas.

En sus primeras declaraciones luego de conocerse la decisión del CNE, el candidato de Unes a la presidencia afirmó: “Ahora, el pueblo ecuatoriano tendrá la oportunidad de, en las urnas, recuperar la esperanza, recuperar la dignidad. A eso es a lo que vinimos acá” —precisó Arauz—, quien estuvo junto a sus simpatizantes en las afueras del CNE hasta la madrugada, en espera del fallo.

Para el joven candidato de 35 años, seguidor de Correa desde los 22 años y considerado por este “un joven brillante” , los ecuatorianos “están hartos de todo el tiempo perdido (los cuatro años de Moreno) y de ver cómo las prioridades actuales son la persecución, el odio y la venganza”.

Adelantó, según despachos de prensa, que ahora es el momento de consolidar el trabajo para cumplir las promesas hechas a todos los sectores de la población, representados en la Unes, o sea, movimientos de estudiantes, campesinos, afrodescendientes, mujeres, indígenas, intelectuales y trabajadores, entre otros.

La confirmación de la candidatura progresista se da en medio de una crisis económica y sociopolítica en Ecuador, donde Moreno apenas posee el 11 % del respaldo popular, y se vio obligado a solicitar un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI) para tratar de salir del atolladero en que metió al país desde que obtuvo la primera magistratura, bajo un falso barniz de izquierdista.

El primer préstamo del Fondo ocurrió en octubre del año pasado por un valor de 6 000 200 millones de dólares, a cambio de la implantación de medidas neoliberales, entre ellas la liberación del precio del combustible, el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA), privatización de sectores estratégicos, la reforma laboral a favor del empresariado, despido de 23 000 funcionarios estales. Todo cumplido, y más.

Ahora, con el quiebre del Estado, el presidente volvió a acudir a sus acreedores —a quienes pagó el primer préstamo en medio del devastador paso de la COVID-19 y el colapso del sistema sanitario—, y antes de que concluya este año recibirá un nuevo crédito por la misma cantidad. Se espera que el primer abono llegara al país esta semana y otro por 2 000 millones de dólares antes de que concluya este año.

Ello significa que el próximo gobierno ecuatoriano —tal como ocurre ahora en Argentina— recibirá una nación endeudada y posiblemente tendrá que hacer determinados arreglos con el FMI para pagar los créditos recibidos.

De acuerdo con el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, las próximas semanas, aun con la pandemia, realizarán protestas callejeras contra Moreno, quien permitió a la derecha integrarse con voz y voto en su gobierno, mientras destituía a ministros y funcionarios de la primera Alianza País de Correa, líder de la Revolución Ciudadana.

El líder indígena Leonidas Iza indicó que el Movimiento se solidariza con los trabajadores de la salud y los maestros movilizados en las calles ante el atraso del pago de su salario mensual, o los despedidos.

“No descartamos una movilización, un levantamiento. No descartamos otro estallido social, y para que esto no suceda el gobierno tiene que escuchar a todos”, destacó Iza, quien recordó que fueron los indígenas los que lideraron las protestas de octubre del pasado año, una acción que estremeció al Ejecutivo nacional.

En las elecciones del próximo año, los ecuatorianos deberán escoger entre más de 2500 postulados para 144 cargos en disputa. En juego está la presidencia y vicepresidencia de la nación, los 137 miembros de la unicameral Asamblea Nacional y los cinco del Parlamento Andino.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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