jueves, 18 de abril de 2024

Izquierdista Xiomara Castro gana presidencia hondureña (+Audio)

Miles de ciudadanos festejan en las calles la victoria de la candidata del partido Libre, que prometió fomentar un nuevo país...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 30/11/2021
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Xiomara Castro Honduras
Xiomara Castro es la primera mujer que ocupará la presidencia de Honduras

Millares de hondureños, que en los últimos 12 años sufrieron los embates de un gobierno corrupto, neoliberal y plegado a Estados Unidos (EE.UU.), festejan en las calles la victoria presidencial de Xiomara Castro, una política de izquierda que prometió radicales cambios políticos y socio-económicos para su país.

Además del jefe de gobierno, Honduras seleccionó  tres vicemandatarios, 128 diputados del Parlamento Nacional y 20 del Centroamericano (Parlacen); y 298 alcandías municipales.

Aun cuando al mediodía de este lunes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no había ofrecido los resultados finales del sufragio, sí avisó que la cantidad obtenida hasta esa hora por Castro, de 63 años, hacía irreversible su victoria.

La postulada por la Alianza de Oposición, coalición del partido Libertad y Refundación (Libre) y otras agrupaciones afines, con un 51.45% de las boletas computadas acumulaba el 53% de los votos, mientras su rival más cercano, Nasry Asfura, del oficialista y derechista Partido Nacional del saliente presidente Juan Carlos Hernández, llegaba a 32,9% para quedarse fuera. 

Cómo quede formada la Cámara será trascendental para el nuevo gabinete, ya que los diputados tienen el poder de nombrar a autoridades claves en el cumplimiento de la ley y la lucha nacional anticorrupción. Uno de ellos será el fiscal general que encabeza el Ministerio Público y que finaliza su actual mandato en 2023. Entonces los legisladores elegirán también a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para el período 2023-2030.

Para medios hondureños, es fundamental la composición del órgano legislativo, ya que de ello dependerá la rapidez de la implantación de las nuevas regulaciones prometidas. Castro también iba ganando en 17 de los 18 departamentos hondureños, cuando aun falta el informe concluyente en el Congreso Nacional, y las alcaldías.

Esta es la segunda ocasión en que Castro se presentó a la primera magistratura. La primera fue en 2013, cuatro años después de que su esposo, el exmandatario Manuel Zelaya, actual coordinador de Libre, sufriera un golpe de Estado cívico-militar por acercarse a gobiernos progresistas del área y tratar de llevar a referendo la creación de una nueva Constitución Nacional.

Luego de ser derrotada en comicios considerados fraudulentos por la comunidad hondureña e internacional, en 2017 se presentó como vice, pero otra vez las maniobras de Hernández impidieron la victoria.

Ahora Castro, quien hizo una campaña en todos los departamentos del país, aclaró desde el principio cómo sería su gobierno, sus metas, la interacción con el pueblo mediante consultas públicas y cambios en las estructuras económicas. Directrices que luego de conocerse los resultados preliminares confirmó a sus seguidores en lo que se considera una de las participaciones populares más impresionantes, con el 62% de presencia en un escenario de poco más de 5 000 000 de convocados.

Como era común bajo el régimen derechista de Hernández, considerado un dictador dirigido por Washington, también durante este proceso electoral permitió la violencia dirigida contra candidatos y simpatizantes de izquierda. a.

En 2017 más de 30 personas perdieron la vida de forma violenta y estos crímenes aún están impunes.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) en Honduras este 2021 son más de 30 los asesinatos contra postulados de agrupaciones progresistas.

HONDURAS ACTUAL

Luego del triunfo arrollador de Castro, la conformación de su gabinete y la formación del mapa geopolítico de la nación posibilitarán iniciar el prometido proceso de cambios contenidos en Plan de gobierno para Refundar Honduras 2022-2026.

Salvador Nasralla, uno de los tres vicemandatarios hondureños, es un reconocido conductor de programas deportivos aspiró a la presidencia en 2017 por la Alianza de Oposición, pero, burlando la Carta Magna que prohíbe la reelección presidencial, Hernández se presentó en las elecciones y mediante un sonado fraude, siguió como jefe de gobierno con el consenso tácito de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

El derrotado “Tito” Asfura, conocido popularmente como “Papi a la orden”, fue alcalde de Tegucigalpa, la capital, durante dos períodos (2014-2022) por el partido de gobierno. Empresario con más de 30 años ocupando puestos gubernamentales y legislativos, fue accionista de una sociedad offshore en Panamá mientras era funcionario público.

Mientras, la nueva dignataria pretende, según su proyecto político, reconstruir la democracia usurpada en 2009 y refundar Honduras mediante una Asamblea Constituyente que, dijo, “reúna a todos los sectores para convenir las bases legales de su convivencia futura en un nuevo orden consensuado”.

Según planteó poco después de conocerse el primer resultado preliminar, su gobierno deberá ¨superar estos años tan nefastos que `profundizaron el modelo neoliberal¨. Es decir, aunque tendrá que enfrentar poderosos enemigos internos y exteriores –como seguramente ocurrirá con EE.UU.-, se trata de pasar de un Estado oligárquico a otro inclusivo, democrático y humanista, en el que sean derogadas leyes neoliberales que perjudican intereses y derechos de la inmensa mayoría de los más de 9 500 000 hondureños, un 73,6% de ellos viviendo en pobreza y casi el 40% en indigencia.

CONDICIONES DIFÍCILES

Honduras llegó a estos comicios en condiciones muy difíciles. Además de acusaciones de robo institucional, vínculos con la mafia del narcotráfico que opera en el país, carencia de empleo, los hondureños están en situación crítica luego del paso de dos huracanes y la pandemia de la COVID-19.

Considerado uno de los países más desiguales de América Latina y El Caribe,  cifras de la Unidad técnica de seguridad alimentaria y nutricional (Utsan), indican que son 1.300 000 millones ciudadanos enfrentan inseguridad alimentaria y casi 350 000 personas están en “situación crítica”.

La tasa de desempleo alcanza a 10% de la población económicamente activa (PEA), quizás la más alta de la región latinoamericana. Son al menos 4 000 000 personas con complicaciones de empleo y más de 700 000 los trabajadores desahuciados.

Como resultado de este precario escenario, miles de familias encuentran como  única opción la migración irregular de manera individual o en caravanas, la inmensa mayoría de las cuales están siendo retenidas en las fronteras.

Para ellos, la única manera de escapar del hambre, el desempleo, y las bandas mafiosas y pandillas de delincuentes llamadas Maras es el camino de la migración.
Para Ismael Zepeda, economista del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh). “En los últimos diez años Honduras ha tenido un franco deterioro, no sólo en el estado de derecho en general, en la institucionalidad democrática, en el acceso de la población a los servicios básicos y en la lucha contra la pobreza, sino también en lo socio-económico. Es un Estado, apuntó, fallecido.

La deuda pública de Honduras supera el 70% del Producto Interno Bruto, en tanto el crecimiento económico del país se concentra fundamentalmente en tres sectores: financiero, energía y telecomunicaciones, que ni producen desarrollo ni generan redistribución.

Solo si Castro, en quien la población deposita su confianza, logra transformar las traumáticas políticas generadas a partir del 2009, es que Honduras remontará sus dificultades, pero quizás no con la velocidad que requiere una sociedad deteriorada y las trabas que seguramente surgirán en su camino.

El golpe de estado de 2009 en Honduras quebrantó la institucionalidad y afianzó la oligarquía y los grupos de poder, y permitió también a los gobiernos continuadores del golpe profundizar el modelo neoliberal extractivista, incentivando el saqueo de territorios y bienes comunes y desregularizando, cada vez más, el mercado laboral.
Para Joel Almendares, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), “Ha habido una creciente desregularización del trabajo, unido a la profundización de la flexibilización y precarización laboral. Una de las leyes más nefastas ha sido sin duda la Ley de Empleo por Hora: se han perdido derechos y se han precarizado empleos permanentes y la pérdida de los sindicatos es notoria”.

Los retos son enormes para la nueva administración de izquierda. El pueblo depositó su confianza en Xiomara Castro, quien a pesar de las muchas amenazas y posibles contratiempos –su principal enemigo, Washington- mantiene una postura digna y con disposición a vencer los muchos obstáculos que encontrará en su camino.

A ella el pueblo le entregó el llamado ¨voto de la confianza¨ y prometió acompañarla mediante partidos, sindicatos y movimientos sociales en la tarea de transformar la nación centroamericana.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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