jueves, 25 de abril de 2024

Imprescindible unificación militar en Sudán del Sur

El enviado especial de la ONU para Sudán del Sur, Nicholas Haysom, indicó ante el Consejo de Seguridad la necesidad indispensable de unificar al Ejército en ese Estado africano para garantizar paz y seguridad...

Julio Marcelo Morejón Tartabull en Exclusivo 27/06/2021
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Nicholas Haysom-Africa
El enviado especial de la ONU, Nicholas Haysom, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que desde marzo pasado Sudán del Sur registra “algunos progresos” en la aplicación del pacto. (Tomada de africatimes.com)

En la mayoría de los países las Fuerzas Armadas se definen como un ente único, pero eso no ocurre en Sudán del Sur, donde está ausente el necesario sentimiento corporativo.

La realidad política de ese Estado —el más joven de África— argumenta hasta la saciedad ese comportamiento al parecer anómalo, detrás del que gravitan cinco años de una guerra intensa y sangrienta, desatada en 2013 y cuyas secuelas aún inciden en el retorno a la normalidad nacional.

Oficialmente, el conflicto armado cesó en 2018, cuando se adoptó un acuerdo de paz entre los principales rivales, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), comandado por Salva Kiir Mayardit, y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán en la Oposición (SPLM-IO) de Reik Machar Teny.

No obstante, persisten discrepancias con la aplicación del pacto, como ocurrió con la designación de gobernadores de Estados, una gestión aceptada por los exrivales, pero demorada en su ejecución porque se relaciona con soberanía y poder a nivel territorial, lo cual supone un reordenamiento veraz.

Entre otros temas pendientes que requieren desbloquearse están los asuntos institucionales sobre los cuales se sostienen legalmente (entendido como cuerpo de leyes) los Estados, principalmente la confección de la Constitución, y definir escaños y atribuciones en el Parlamento.

El enviado especial de la ONU, Nicholas Haysom, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que desde marzo pasado Sudán del Sur registra “algunos progresos” en la aplicación del pacto, incluida la restauración aún incompleta del Legislativo, y las ausencias en el comité redactor de la nueva Carta Magna.

Lo mismo ocurre con la integración de los dos grupos armados en un solo Ejército, un asunto que va ganado gran importancia por cuanto corresponde a la seguridad nacional, la cual ahora es afectada por los enfrentamientos entre comunidades en zonas como el condado de Nasir, en la región del Alto Nilo.

Haysom reconoció la falta de condiciones para la reunificación castrense, considerada un aspecto clave en el proceso de paz sursudanés y el cual no debe supeditarse estratégicamente a otras demandas formales sobre los pilares del Estado multiétnico.

“Las tropas siguen sufriendo en sus lugares de acantonamiento y entrenamiento sin cobijo, atención sanitaria y alimentos adecuados. Es importante que las condiciones previas de un mando coherente y una estructura de control sean finalizadas, tras lo que se graduarán las fuerzas”, expuso.

Ese tema vinculado con fragilidades en la defensa de la integridad sursudanesa recuerda los horrores de cinco años de guerra, la cual nadie en su sano juicio repetiría, aunque en tiempos recientes ocurrieron hechos incompatibles con esa lógica, como ataques perpetrados por soldados contra exrebeldes, y esa espiral de tensiones persiste.
Duol Kun Thian, comisionado del condado de Nasir, declaró que el domingo 20 de junio de 2021 criminales armados atacaron y mataron al segundo oficial de las Fuerzas Populares de Defensa de Sudán del Sur (SSPDF), el teniente Deng Marol en Wath-wäär, en un punto de chequeo.

También el funcionario amplió que elementos de la SSPDF atacaron un cuartel del Movimiento Popular de Liberación de Sudán-En la Oposición (SPLM-IO) en Ketbek, donde dos mujeres resultaron gravemente heridas y hospitalizadas.

Asimismo, la violencia intercomunitaria obstruye el logro de una paz duradera y sostenible en Sudán del Sur, donde en 2021 más del 80 por ciento de las víctimas civiles se atribuyen a combates entre milicias de esos núcleos poblacionales, que impiden el cultivo de los campos y el robo de ganado, aspectos vitales para la subsistencia en las localidades.

Muchas comunidades se sienten desprotegidas, su seguridad pende de un hilo que podría partirse por cualquier acción extrema y el Ejército no estará allí para empatarlo.


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Julio Marcelo Morejón Tartabull

Periodista que apuesta por otra imagen africana


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