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martes, 12 de noviembre de 2024

Guiños obligados a Venezuela (+ Audio)

Estados Unidos, declarado enemigo de la Revolución Bolivariana, busca acercarse a Caracas obligado por las circunstancias...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 18/10/2022
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EStados Unidos-Venezuela
Sin leyendas, banderas de Venezuela y EE.UU.

Los más optimistas consideran que es inminente un entendimiento a fondo entre Venezuela y Estados Unidos (EE.UU.) luego del reciente canje de prisioneros, pero otros, basados en los últimos acontecimientos políticos internacionales, consideran esa medida nacida de las circunstancias generadas por la carencia de petróleo. Solo las próximas semanas develarán que busca la Casa Blanca en Caracas, y viceversa.

EE.UU. confirmó el pasado día 1 la liberación de siete estadounidenses detenidos en Venezuela en un comunicado del presidente Joseph Biden, cinco ellos ejecutivos de la refinadora Citgo, acusados de malversación, un veterano de la Marina con cargos de espionaje, y un residente en Colombia arrestado por presunto terrorismo y tráfico humano tras cruzar la frontera común.

Casi en coincidencia, el gobierno del presidente Nicolás Maduro anunció la liberación de ¨dos jóvenes venezolanos injustamente apresados¨ por autoridades estadounidenses. La nota se refería a los sobrinos de Cilia Flores, la esposa del mandatario, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sentenciados por ser presuntos narcotráficantes a 18 años de prisión en 2017.  Los dos detenidos, según la agencia antidrogas de EE.UU. (DEA), eran investigados en ¨una operación que finalizó, aseguró, con la captura de ambos en Puerto Príncipe, Haití, luego de demostrarse sus planes para introducir 800 kilogramos de cocaína¨ en la nación norteña.

Los cinco ejecutivos de la refinadora de petróleo Citgo - una de las principales empresas de su clase y la mayor filial de la estatal venezolana PDVSA en EE.UU. La marca CITGO fue creada en 1965 por Cities Service Company. Los liberados fueron Jorge Toledo, Tomeu Vadell, Alirio Zambrano, José Luis Zambrano y José Pereira, y  Matthew Heath y Osman Khan todos declarados culpables en juicios efectuados hace cinco años en Caracas.

Un sexto funcionario de la petrolera, apresado con el grupo, Gustavo Cárdenas, tuvo igual suerte en marzo pasado tras una reunión de delegados estadounidenses con Maduro.

Tanto los sobrinos de Cilia Flores como los acusados por el gobierno venezolano se declararon inocentes ante los jueces.


El pasado 1 de octubre, por razones humanitarias, fueron canjeados siete estadounidenses encarcelados en Caracas, y dos venezolanos en igual situación en EE.UU.. Los nueve se declararon inocentes (Tomada de Telesur)

¿ACERCAMIENTO A LARGO PLAZO?

En su afán por aniquilar la Revolución Bolivariana y su sistema socialista, en 2014 el Congreso de EE.UU. promulgó la ley de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela. Esa norma faculta al presidente norteño a imponer sanciones sobre personas que considere responsables de actos de violencia o violación de derechos, como los realizados por la contrarrevolución en febrero de ese año (y de los cuales culpan al gobierno socialista), "o sobre cualquier persona que haya dirigido u ordenado el arresto o acusación de cualquier persona en ejercicio de su libertad de expresión o de asociación". En el 2016, el Congreso extendió la ley hasta 2019, pero que se mantiene firme hasta hoy debido a la aprobada reactualización solicitada por los senadores Bob Menéndez y Marcos Rubio.  En cumplimiento de esa orden, el Departamento del Tesoro sigue imponiendo sanciones a decenas de venezolanos.

Obama declaró oficialmente a Venezuela un peligro latente para la seguridad nacional de EE.UU., (lo que círculos políticos pensaron era una broma) un burdo pretexto para apretar más el cerco a la nación suramericana.

La llegada del ultraderechista Donald Trump a la Casa Blanca empeoró las relaciones con un país que aceptó como presidente interino de Venezuela al exdiputado Juan Guaidó, connotado contrarrevolucionario que pretendió apropiarse, y en algunos casos lo logró, de empresas y activos de propiedad de un Estado legitimo reconocido en Naciones Unidas y otros foros mundiales.

Trump sancionó con prohibiciones a importantes figuras del gobierno caraqueño, entre ellos Diosdado Cabello, segundo jefe del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

El otro enfoque de las sanciones son las finanzas. En agosto de 2017 el controvertido jefe de la Casa Blanca firmó una orden ejecutiva que restringe el acceso a la deuda y al mercado accionario estadounidense por parte de las autoridades venezolanas.

Al siguiente año, prohibió las transacciones relacionadas con criptomonedas emitidas por Caracas y en mayo hizo lo propio con las relacionadas con la compra de deuda venezolana. En noviembre, la Casa Blanca ordenó castigos  contra las exportaciones venezolanas de oro.

Para acosar más, el régimen norteamericano penó a la petrolera estatal venezolana PDVSA, un sector con el que existía una histórica relación bilateral de casi un siglo, con una red de refinerías conjuntas, la mayoría en Texas y Luisiana, diseñadas especialmente para tratar el crudo extremadamente pesado de los suramericanos.

TODO POR EL PETRÓLEO

Aunque el secretario de Estado de los EE.UU. Anthony Blinken aseguró tras el intercambios de prisioneros que la política hacia Venezuela –leáse de hostilidad y acoso- se mantiene inalterable, la crisis con el suministro de petróleo a Europa y a la nación norteña (una de las consecuencias de la guerra rusa-ucraniana) es la circunstancia que motivaría una suavización en las relaciones bilaterales.

De ello da cuenta un artículo publicado en The Wall Street Journal que informa el comienzo discreto, hace siete meses, de negociaciones bilaterales. La intención de la administración Biden, precisó, es hacer un ajuste en las sanciones vigentes, con la intención de permitir a Chevron Corporation. reanudar sus operaciones en suelo venezolano.

La medida, según The Wall Street Journal, podría allanar el camino para una posible reapertura de los mercados de EE.UU. y Europa a las exportaciones de petróleo de la nación suramericana.

¨A cambio del importante alivio de las sanciones”, EE.UU. –siempre según el diario- el gobierno de Caracas reanudaría las conversaciones suspendidas el pasado año con la oposición venezolana en las que se discutían, entre otros temas, las condiciones para celebrar elecciones presidenciales en 2024.

En uno de sus párrafos, el artículo plantea que “Estados Unidos, el gobierno de Maduro y algunas figuras de la oposición en ese país también han llegado a un acuerdo que liberaría cientos de millones de dólares en fondos estatales venezolanos congelados en bancos estadounidenses para pagar las importaciones de alimentos, medicinas y equipos para la maltrecha red eléctrica del país y sistemas de agua municipales”.

Sin embargo, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, admitió que ¨No hay planes para cambiar nuestra política de sanciones sin medidas constructivas del régimen de Maduro¨.

De acuerdo con el medio, “si el acuerdo se lleva a cabo y se permite que Chevron, junto con las empresas de servicios petroleros de EE.UU. vuelvan a trabajar en Venezuela, solo colocaría una cantidad limitada de petróleo nuevo en el mercado mundial a corto plazo”.

Para analistas, el reciente canje de prisioneros creó ¨algunas nuevas oportunidades¨ entre las partes, las que pueden acelerarse según avanza la temporada invernal en territorio estadounidense y europeo, que ya no pueden adquirir el petróleo de Rusia debido a las sanciones impuestas por occidente a esa nación euroasiática.

NO HAY LEVANTAMIENTO MASIVO DE SANCIONES

El gobierno de EE.UU. es prepotente y resulta difícil que admita la necesidad que posee de una relación beneficiosa con Venezuela, a la que sigue hostigando de manera constante en tanto financia, además, grupos vinculados a la contrarrevolución que atacan establecimientos económicos básicos.

Los analistas de distintos países y medios están de acuerdo en que no hay evidencias de un levantamiento masivo de sanciones por parte de Washington, mientras Venezuela continúa con sus planes de crecimiento locales, que ha permitido, alegan fuentes oficiales, elevar los índices a dos dígitos.

Sin embargo, algunos medios autorizados de EE.UU. consideran que en las últimas semanas hubo conversaciones y encuentros, centrados, dicen, en el tema energético, y la liberación del diplomático Alex Saab, detenido en una cárcel estadounidense, a pesar de que está demostrada su inocencia en un supuesto caso de lavado de dinero.

Saab, colombiano nacionalizado venezolano, fue extraditado en octubre del año pasado a Estados Unidos, tras ser detenido en Cabo Verde el 12 de junio de 2020. El gobierno de Caracas califica de "ilegal" el proceso, bajo el alegato de que el empresario tenía estatus de diplomático.

Activistas vinculados al gobierno venezolano plantearon en Caracas el "canje" del funcionario por prisioneros estadounidenses en el país suramericano. "Nos parece una opción muy válida", indicó durante una rueda de prensa Roi López, vocero del movimiento ¨Free Alex Saab¨, al referirse a un "intercambio". "Clamamos por su libertad inmediata", aunque se desconoce de manera pública si esos presuntos prisioneros norteamericanos existen.

Cualquier paso en una u otra dirección debe ser muy bien analizado. Venezuela conoce el doble rasero de la política estadounidense, y que su propósito es derrocar a Maduro, líder de la Revolución Bolivariana tras la muerte en 2013 de su fundador, el expresidente Hugo Chávez Frías.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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