martes, 16 de abril de 2024

Cambios transformadores no exentos de peligros (+Audio)

En solo tres meses, el gobierno del presidente Gustavo Petro muestra significativos logros, como prometió durante su campaña electoral...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 08/11/2022
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Gustavo Petro-presidente-Colombia
Gustavo Petro, el izquierdista presidente del Pacto Histórico que pretende en una carrera de vértigo reestructurar ese país.

En política no vale la magia. Los logros y los errores forman parte del cotidiano de un gobierno y de su presidente. Si se habla de Colombia el análisis puede ser complejo debido a su historia reciente de guerras intestinas, corrupción, narcotráfico, neoliberalismo y sumisión a Estados Unidos.  Todos los focos están sobre Gustavo Petro, el izquierdista presidente del Pacto Histórico que pretende en una carrera de vértigo reestructurar ese país y para hacerlo tiene que trabajar de manera coordinada en los asuntos más críticos heredados del exmandatario derechista Iván Duque. Sin paz no hay economía y sin economía no hay país. Sin buena vecindad tampoco. Y sobre estos tres ejes su gobierno inició la transformación nacional hace tres meses.

Petro, 62 años, exsenador y exalcalde de Bogotá, también exguerrillero del M-19 disuelto en 1990, recibió el pasado 7 de agosto una economía en crisis –un cuadro del que intenta salir con rapidez- una guerra interna y la violencia del paramilitarismo, que asesinó a cientos de líderes sociales y exguerrilleros en los últimos años, entre otros males.

En Colombia hay mucha pobreza y desigualdad social, Son 19 millones 600 000 personas –de un universo de 51 millones 600 000- las que sobreviven en condiciones de pobreza monetaria, mientras que 6 millones 100 000 lo hacen en pobreza extrema, informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) al cierre del pasado año.

Ello significa que el 39,3% de los colombianos sufren por la carencia de empleo y dinero, y otro 12,2% no tienen condiciones mínimas de subsistencia, en medio del ambiente inflacionario que recorre el planeta.

Dane también informó que cuatro de las 23 ciudades principales cerraron el año como las más empobrecidas: Quibdó (64,8%), Riohacha (56,6%), Santa Marta (51,6%) y Valledupar (51%).

Las previsiones económicas son menos optimistas para el 2023. El nuevo gobierno toma decisiones rápidas en áreas monetarias y fiscales para evitar una mayor  contracción de los ingresos. Políticas macroeconómicas sólidas, como la recién aprobada reforma tributaria, están sentando bases para una recuperación continuada.

A más largo plazo –lo que depende en gran medida del manejo interno del actual Ejecutivo- tanto el crecimiento como la inclusión social pueden ser atrapados por debilidades en materia de políticas estructurales. Un vistazo a los índices internos indican que más del 50 % de la población activa no accede a empleos formales ni a la protección social, un cuadro que se completa con bajo crecimiento de las empresas. Romper este círculo permitiría a Colombia  un salto significativo en sus niveles de bienestar, como prometió el mandatario.

El 8 de agosto, un día después de la asunción de Petro, el experimentado economista y recién estrenado ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo,  radicó en el Congreso Nacional una reforma tributaria que buscaba recaudar recursos adicionales para mantener la estabilidad fiscal del país y reducir las desigualdades y la pobreza.

Puesta a la firma de Petro, la nueva ley discutida durante tres meses, entrega al Estado 20 billones de pesos adicionales (unos 4 000 millones de dólares) desde el próximo año en adelante, para contribuir a la erradicación de la vulnerabilidad social de los desfavorecidos,  en tanto suprime los privilegios de unos pocos.  

Aunque sufrió modificaciones impulsadas por la oposición encabezada por el derechista Centro Democrático, el grueso del documento quedó intacto.

Colombia es una de las naciones que menos impuestos recauda entre las economías medias y grandes de América Latina. Por esa vía, el Estado ingresa un 13 % del Producto Interno Bruto, mientras el promedio es de 16 %.

Los críticos alegan que la reforma frenará el crecimiento y el consumo, y afectará a la inversión extranjera, lo cual fue desmentido por Ocampo, posicionado como ¨el ministro mejor calificado del gobierno¨ en una encuesta privada en la que participaron 500 empresarios.

La oposición logró que se retiraran los impuestos a las iglesias y a las pensiones altas. También consiguió matizar los tributos a los alimentos ultraprocesados, pero el Ejecutivo ganó la moción en su conjunto.

Ocampo refirió que el texto es el más consensuado de la historia, y exhortó al empresariado colombiano "a no generar un pánico económico, entre sus filas¨, mientras circulan falsas noticias sobre el alza del dólar.

El exdirector del Banco de la República responsabilizó a los hombres de negocios de impactar el país al minar la credibilidad del Gobierno, en tanto alertó a las voces críticas que hay condiciones adversas en el mundo en materia económica, lo cual se reflejará en una desaceleración futura de la economía nacional, según declaró a Noticias Caracol TV.

ECONOMIA, PAZ Y BUENA VECINDAD

En los varios frentes abiertos en su joven gobierno, el presidente Petro valorizó dos asuntos en extremos sensibles para la población colombiana: alcanzar la paz total en el territorio nacional, y restablecer, formalizar e impulsar las relaciones bilaterales con la vecina Venezuela.

Esas circunstancias, consideras complejas y difíciles, están en la actualidad en un proceso de recuperación de valores morales y éticos tanto con la administración de Nicolás Maduro, como con los grupos guerrilleros activos y de otras tendencias que erosionan la tranquilidad ciudadana. Petro sabe que con temores es imposible alcanzar las ambiciosas metas sociales impuestas.


Petro visitó Caracas para reunirse con su homólogo venezolano Nicolás Maduro e iniciar una nueva etapa en sus relaciones diplomáticas, reanudadas luego de la toma de posesión del jefe de gobierno colombiano.

Uno de los propósitos más ambiciosos del Pacto Histórico, la coalición izquierdista que llevó a Petro al Palacio de Nariño en su tercer intento, es lograr la paz total en el territorio nacional.

Para lograrlo, reactivó de inmediato las conversaciones con el activo Ejército de Liberación Nacional –interrumpidas por Duque, con el apoyo del exmandatario derechista de Ecuador, Lenin Moreno- . Se reanudaron las relaciones con los países garantes del proceso de paz con las guerrilleras Fuerzas Armadas de Liberación Nacional-Ejército del Pueblo –Cuba, Venezuela y Noruega- que culminaron con el Acuerdo de Paz firmado en La Habana en 2016.

Las primeras conversaciones entre las partes ya fueron hechas, y ahora –según informó Casa de Nariño- las negociaciones oficiales comenzarán este mes de noviembre.

Respecto a la situación de grupos irregulares, el político Iván Cepeda, quien preside la Comisión de Paz del Senado de la República, declaró en fecha reciente que muchos querrían someterse a la paz total de Petro y destacó que, por ahora, hay al menos 20 estructuras que quieren retornar a la legalidad.

Con la Ley 418, firmada la semana pasada, el jefe de Estado tiene facultades para negociar con el ELN o las disidencias de las FARC-EP, mientras que los jóvenes tendrán la posibilidad de prestar servicio social como un complemento al servicio militar obligatorio, entre otros asuntos.

"Se ha renovado la regulación que les permite a los gobiernos construir negociaciones con quienes están al margen de la ley, para conquistar el sueño de la paz total en Colombia¨, afirmó el mandatario.

Cepeda también resaltó, como un logro gubernamental, el considerado histórico acuerdo adoptado por Bogotá y la Federación Colombiana de Ganaderos para comprar tierras que serán entregadas a las víctimas de la guerra, en aras de una normalización de sus vidas alejados del conflicto bélico.

El senador afirmó que se priorizó la compra de 3 000 000 de ha al sector ganadero ¨para cumplir el primer punto del Acuerdo de Paz con las FARC-EP, considerada una de las bases para construir la paz total, suprimir el narcotráfico y proteger el medio ambiente”.

Otro paso importante de Petro fue el inmediato acercamiento con Venezuela. Su antecesor impulsó una cruzada de odio contra el vecino país y su presidente Maduro, para tratar de derrocar la Revolución Bolivariana.

Duque reconoció como jefe de gobierno interino al exdiputado Juan Guaidó, fomentó el contrarrevolucionario Grupo de Lima, cedió el territorio nacional para invasiones marítimas, atentados, y el magnicidio de Maduro, entre otras fechorías.

Punto específico de conflicto eran las fronteras entre las dos naciones, devenidas por órdenes de Washington en centro de tráfico de drogas, robo de combustible, atentados contra los militares venezolanos y los residentes en esa parte fronteriza. Ante tales desmanes decidió suspender las relaciones diplomáticas hace siete años y cerrar el tránsito de su parte en 2019.

La designación de embajadores y la visita de Petro a Caracas constituyeron un símbolo de hermandad forjada en siglos, que primero Álvaro Uribe y luego Duque trataron de destruir. ¨Eso nunca debió haber pasado¨, comentó el líder colombiano durante su visita al Palacio de Miraflores.

La construcción de una nueva sociedad  prometida por Petro será difícil, dado los intereses foráneos que dominaron el panorama nacional durante décadas.

Solo tres meses de positivo balance de su gestión, con la colaboración de la vicepresidenta y lideresa de derechos humanos, Francia Márquez, y su gabinete, permiten presumir que poco podrá hacer la oposición política colombiana para malograr los sueños de millones de personas.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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