viernes, 26 de abril de 2024

Asume primer gobierno izquierdista en Colombia en dos siglos (+Audio)

Los colombianos de a pie, ¨los nadie¨ cifran sus esperanzas en el presidente Gustavo Petro y su vice Francia Márquez y su aliento a la vida...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 06/08/2022
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Petro Y francia
Con el presidente izquierdista Gustavo Pedro y su vice, Francia Márquez, Colombia inicia un nuevo ciclo de su historia contemporánea (Foto:El País ).

El pueblo humilde de Colombia, ¨los nadie¨, -que son todos menos la estirada burguesía tradicional- celebran hoy la asunción del presidente izquierdista Gustavo Petro y su vice, Francia Márquez, una pareja que, desde que ganaron las elecciones como candidatos del Pacto Histórico, trabajan para mejorar las condiciones de vida en la nación suramericana tutelada por Estados Unidos (EE.UU.), la guerra interna, la violencia, el narcotráfico y la corrupción, como factores cotidianos de la subsistencia.

La toma de posesión de la nueva dirección política es muy diferente a sus antecesoras. En respuesta a una invitación del mandatario, más de 100 000 personas repletan la plaza Simón Bolívar y sus alrededores, en Bogotá, en una ceremonia en la que priman galones patrios y culturales, símbolos de la pluricultural nación de 51 049 000 de habitantes.

Un cúmulo de distintivos adornan esta jornada que muchos califican del día del  nacimiento de una nueva Colombia, la que quizás no se logre antes de que culmine el mandato de Petro en 2026, cuando comienza –al menos esa es la propuesta- la transformación política y socioeconómico de un país acosado por sus propios males, y otros impuestos, algunos muy difíciles de erradicar.

Bolívar, el Libertador de América, se hizo presente en la ceremonia cuando el pueblo pudo admirar su espada de guerra, robada en 1974 de un museo en el centro bogotano por el movimiento guerrillero 19 de abril (M19), del que formó parte el nuevo presidente en su juventud, y que luego fuera devuelta. 

Al comentar el significado de esa arma en su asunción, Petro dijo el pasado viernes que aprecia "la espada desenvainada, no como símbolo de guerra sino, como dijo su propietario cuando la desenvainó, que solo se debería envainar cuando haya justicia en Colombia".

En el ambiente festivo por la asunción de dos líderes izquierdistas, reconocidas y queridas por más del 50% de los votantes de junio pasado, y su gabinete, los colombianos y los invitados especiales –entre ellos varios presidentes de América Latina, El Caribe y Europa-  actuaron más de 1 000 artistas con una variada muestra de la riqueza cultural de la nación.

El equipo organizador del acto informó que en las seis tarimas improvisadas se efectuaron, como mínimo, 70 acciones culturales, entre ellas la de una representación del Carnaval de Negros y Blancos, del Movimiento de Músicas Andinas y Comunitarias de Colombia y otras muestras musicales, artes plásticas, circo y grafiti, que llenaron las calles con sus destrezas.

MÁS ALLÁ DE LAS FESTIVIDADES

En este nuevo ciclo histórico que comienza en Colombia, Petro y su equipo de gobierno llegan secundados por muchas expectativas y esperanzas de aquellos que desean y precisan la transformación de la vida en Colombia, pero también les acompañan una amplia gama de problemas identificados en el interior del país, en especial, entre ellos la difícil situación de la paz, la reconciliación nacional, la corrupción institucional, el dominio de los territorios por grupos identificados como guerrillas, paramilitares y narcotraficantes, el desplazamiento continuo de cientos de familias que huyen de la guerra y el hambre, unas arcas públicas casi raquíticas y la necesidad de darle un vuelco a la economía del llamado país cafetalero.

Petro está convencido de que sin paz –y no solo la quebrada por los grupos armados- será imposible realizar y consolidar sus planes de gobierno, en el que prima el cumplimiento del Acuerdo de Paz firmado en 2016 en La Habana, engavetado por el saliente Iván Duque, un atizador de la guerra no solo en Colombia sino con sus ataques a la fronteriza Venezuela.

El gobierno tendrá que negociar con las guerrillas activas, el Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), organizaciones dispuestas a establecer un nuevo diálogo de paz posiblemente en La Habana, como en años anteriores.

Si se logra otro pacto y se cumple, habría cambios visibles en las regiones rurales del país, donde operan con absoluta libertad e inmunidad los grupos armados y el paramilitarismo.

Datos del Instituto de Estudio para el Desarrollo y la paz (Indepaz) arrojan que durante la gestión de Duque 957 líderes sociales y defensores de los derechos humanos murieron asesinados, al igual que 261 excombatientes. Del mismo modo, se contabilizan 313 masacres que dejaron 1 192 víctimas.

Además, se presentaron ante la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), 2366 amenazas de muerte, 220 casos de desaparición forzada, 555 secuestros, y 444 eventos de confinamiento.

OPOSITORES DE DERECHA, FUERTES ENEMIGOS

La búsqueda de un consenso con otras fuerzas políticas para gobernar, pero sin intromisión, resultó un paso inteligente dado por Preto semanas antes de su asunción. Hasta el ultraderechista Álvaro Uribe, fundador de los grupos paramilitares en Antioquia, y líder del partido Centro Democrático, indicó que sería un ¨crítico constructivo¨ en el Congreso Nacional, de mayoría derechista.

Petro se reunió con representantes del régimen de EE.UU., y designó a su vice Márquez para una gira por cuatro países latinoamericanos –Brasil, Argentina, Chile y Bolivia- donde la abogada nacida en el violento estado de Cauca se reunió con tres presidentes, la vicepresidenta Cristina Fernández, y el candidato brasileño de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva, en claro mensaje al derechista presidente Jair Bolsonaro del desinterés de Bogotá en considerarlo un amigo.

Márquez jugará un rol fundamental en el gabinete. Es una abogada de 40 años, que procede de las capas más humildes del violento departamento Cauca. Negra, madre soltera, lideresa política y activista social y medioambiental, llevó a los cuatro países visitados un mensaje de solidaridad, unidad e integración regional que recibió pleno respaldo de sus interlocutores.

Para la administración Petro, EE.UU. es una piedra en el zapato. Colombia es considerada la principal aliada de la Casa Blanca en América Latina. Con ocho bases militares en tierra colombiana, los regímenes de EE.UU. han utilizado a esa nación para materializar sus planes injerencistas. De sus costas salieron embarcaciones con mercenarios para invadir Venezuela y la frontera común sirvió de puente para el trasiego de armas y soldados.

Las relaciones diplomáticas con el vecino país, rotas en 2010 por la actitud guerrerista del expresidente Uribe, volvieron a reanudarse el pasado día 28, lo que restañará las heridas abiertas por la derecha colombiana.

 

BUEN COMIENZO

Petro organizó un gabinete de puntería, al decir del periódico El Espectador. El nombramiento de Álvaro Leyva Durán como ministro de Relaciones Exteriores, apacigua las relaciones internacionales colombianas.

Leyva, 79 años, con una amplia trayectoria como mediador de paz, fungirá como bisagra entre la agenda interna y los retos externos a conciliar, en lo que se espera sea un nuevo diseño de la política exterior del país.

Excelente designación, afirman analistas, en momentos en que debe ser resuelta la paz interna incompleta, una amplia diáspora dispersa por el mundo y vínculos complicados con sus vecinos inmediatos por el anterior régimen.

La administración del Pacto Histórico desea implementar una agenda internacional orientada hacia la lucha contra el cambio climático para salvaguardar la biodiversidad en el país, una nueva política en materia de drogas –Colombia es la mayor productora y distribuidora de esos productos a nivel mundial- y la sustitución del modelo extractivista en la minería.

Además, y según adelantó el titular, pretenden renegociar y actualizar los Tratados de Libre Comercio existentes para adecuarlos a las nuevas prioridades del gobierno y aumentar así también el comercio exterior local.

Otro ministerio clave, el de Defensa, será dirigido por Iván Velásquez Gómez, de 67 años, exdirector del Colegio Antioqueño de Abogados, donde lideró procesos contra el Estatuto de defensa de la justicia. 

A inicios de los años 90, Velásquez se desempeñó como procurador departamental de Antioquia. Allí realizó investigaciones relacionadas con torturas cometidas por organismos como la Unidad Antisecuestro, ejecuciones extrajudiciales a manos de la fuerza pública y abusos contra la población civil por parte de grupos paramilitares. En 1997 fue designado director regional de Fiscalías en la ciudad de Medellín. Allí emprendió investigaciones contra el paramilitarismo. En 2013 fue nombrado jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.

El ministerio de Hacienda recayó en José Antonio Ocampo, 69 años, profesor de la Universidad de Columbia y uno de los economistas más conocidos de Colombia. Doctorado en Economía y Ciencia Política en la Universidad de Yale, en 1976 lideró la delegación de empalme con el régimen saliente en la cartera de Hacienda. Desempeñó ese cargo en 1994, durante el gobierno de Ernesto Samper. Fue secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Alejandro Gaviria ocupará el ministerio de Educación, precedido de su labor como exrector de la Universidad de los Andes, entre otras responsabilidades.

Patricia Ariza, 76 años, es la titular del ministerio de Cultura. Estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional. Hace más de 50 años fundó junto con Santiago García el emblemático grupo Teatro La Candelaria. Ha trabajado como dramaturga, actriz y directora teatral.

La doctora Carolina Corcho, psiquiatra e investigadora en salud pública y temas sociales es la nueva ministra de Salud. Ocupó la vicepresidencia de la Federación Médica Colombiana, desde donde cuestionó las condiciones de los empleados del sector antes y durante la pandemia de la COVID-19.

Hay muchas otras figuras con experiencia dispuestas a, desde sus cargos, establecer una base estructural diferente a la de la actual Colombia, conocida por ser el trampolín mundial de la droga,

 más que por los saberes de sus ciudadanos, su riquísima cultura, su majestuosa geografía y su grandiosa historia patria.

Tags: Colombia, asunción presidente Gustavo petro, francia marquez, gabinete izquierdista, fiesta popular Bogotá, acuerdo de paz, grupos paramilitares.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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