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jueves, 31 de octubre de 2024

Saliendo de La Emboscada

“Va existir un diálogo con distintas generaciones”, augura su director, Alejandro Gil Álvarez, quien detalla para Cubahora pormenores de este nuevo filme cubano y otras de sus creaciones...

Cubahora en Exclusivo 01/10/2013
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La emboscada, Alejandro Gil
Alejandro Gil, junto a dos de los actores de la película.

Se encuentra en fase de postproducción el largometraje cubano La Emboscada, de Alejandro Gil, quien hace unos años dirigiera La Pared; y recientemente el multipremiado Extravíos. Por lo que, para adelantar a los lectores de Cubahora sobre el filme, que cuenta con las actuaciones de Patricio Wood, Tomás Cao, Caleb Casas, Armando Gómez, Néstor Jiménez, María Teresa Pina, entre otros; conversé con quien se adentrara en el mundo de la pantalla en los años 80, como asistente de dirección de la popular serie televisiva “Algo más que Soñar”.

Aunque no es propiamente un filme bélico, como has dicho en otras ocasiones, sí hay escenas de guerra. En Cuba carecemos de tradición en este tipo de película. Además, requiere de muchos recursos, y los últimos intentos no han sido muy felices. ¿No te parecía un gran reto?

—Nosotros decimos que no es una película de guerra, pero a su vez tiene un trasfondo bélico real. No llega a mostrarse como un filme descriptivamente de guerra. Los asideros dramáticos se centran en los comportamientos de sus personajes dentro de una situación límite, provocada por una emboscada. La película hace énfasis en las historias de vida de sus protagonistas y sus repercusiones al enfrentar una realidad que se les torna crítica y amenazante.

¿Entonces, no se basa en un hecho específico?

—No. Por eso te explico que se asumió el contexto de la guerra por ser un acto climático para la vida, donde la vida y la muerte están en un perenne debate de imposición. Revela un hecho preexistente, reconocible, pero fuera de toda marca documental.

¿Cómo lograron recrear la emboscada?

—Fue difícil. Fue difícil porque no teníamos todos los recursos a nuestra disposición. Pero como era una escena única, como el gran show bélico de la película es solo la emboscada, todos los esfuerzos los concentramos en esa escena, que pudo salvarse gracias al trabajo, al talento y la dedicación del equipo de pirotecnia y de efectos especiales.

—En La Pared y en toda tu obra precedente también está muy presente lo sicológico, los conflictos del ser humano. ¿Es un tema que te interesa, que te gusta trabajar?

—Sí, desde siempre. De todos modos, cualquier tipo de obra los muestra, quieras o no.

Sí, aunque en tu obra es más evidente.

—Para mí, eso es primordial. La Pared es una película de autor, muy metafórica; creaba una realidad distinta, y se sumergía justamente en los conflictos existenciales del hombre de este momento, de los valores devaluados, las posiciones egoístas de las personas que te rodean. Su protagonista era como una especie de icono de la perfección, o por lo menos de la pretensión humana de ser mejor.

“Estas son las grandes diferencias. La Emboscada es una película mucho más objetiva, con un nivel de diálogo más concreto, para un público más amplio. Va a tener un receptor más identificado con su exposición visual y narrativa”.

Pero La Pared se proyectó bastante…

—Sí, espacios cinematográficos de la televisión mostraron interés en presentarla. Quizá faltó un análisis cinematográfico más integral, una mirada más justa al tipo de cine que se estaba proponiendo, en una coyuntura comercial nada favorable a esta opción.

De La Pared a La Emboscada han pasado algunos años…

—Te voy a dar un dato curioso, el argumento de La Emboscada es mucho más viejo que el de La Pared. La Emboscada iba a ser un corto de ficción de los Estudios Cinematográficos de las FAR, donde yo trabajé luego de graduarme de Periodismo. A mí me ubicaron allí porque hice la tesis sobre el Noticiero ICAIC, y bueno, por la similitud entre la temática y el medio, llegué por fortuna a la Fílmica. Por lo tanto, ejercí un periodismo distinto, fundamentado sobre el documental. Hice periodismo audiovisual, hasta llegar a la ficción con el corto Tema Heavy.

¿Por qué no se hizo el corto en aquel momento?

—Porque, lamentablemente, cerraron los Estudios Cinematográficos de las FAR, por el Período Especial; y pasamos a la Televisión. En la TV estuvimos a punto de hacer el corto, el argumento se lo entregué a mi gran amigo Ernesto Daranas y empezamos a trabajar sobre el guión. La idea de Daranas de ganar en complejidad argumental, a partir del relato con que se contaba, hizo que la intención de aceptarlo como corto desapareciera.

“Se aprobó su realización cuando ya habían transcurrido cuatro años y medio, casi cinco. En ese tiempo fue madurando, la mirada hacia el entorno fue cambiando, la distancia ayudó mucho a tener una percepción más amplia del hecho dramático, de las premisas que queríamos mover, del tipo de personajes, de cómo manejar esa zona de la historia en un escenario nacional distinto”.

¿Y eso cómo se manifiesta desde el punto de vista actoral?

—Bueno, un hecho importante a nivel de los actores, y algo que desde la dirección teníamos sumamente claro, es que debía lograrse una hermandad, no solo afinidad dentro del proyecto, sino como grupo humano. El esfuerzo y la entrega de todos nos regalaron esta premisa de trabajo. Es una película que se sustenta en la interpretación que logran los actores desde sus personajes, donde una atención exacta sobre sus perfiles sicológicos, resultaba determinante para los presupuestos establecidos.

Pareces satisfecho.

—Mira, se hizo la película que se quería hacer, a pesar de algunos cambios indispensables apremiados por la economía. Estamos inmersos en el complejo andamiaje de la postproducción, y seguimos sumando entusiasmo con lo que se va logrando. Realmente yo estoy contento porque pudimos hacer esta película y logré abordar una temática muy cercana desde una exploración humana y responsable. La aceptación y el respeto recibidos hacia ella hasta este instante dejan un sabor alentador.

“Estoy muy agradecido por el nivel de compromiso y por la entrega de todos los colaboradores y cómplices en este empeño. Nuestra mayor recompensa será el modo en que los cubanos hagan suyo este filme”.


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