jueves, 25 de abril de 2024

Momentos para no olvidar

Homenajes, paneles teóricos, exposiciones han caracterizado las jornadas del XVIII Festival de Teatro de La Habana que se desarrolla en esta capital hasta este 27 de octubre...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 27/10/2019
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Festival de Teatro de La Habana 1
Varias obras cubanas y extanjeras se presentaron en el festival, entre ellas Cuban Coffee by Portazo´s Cooperative, La Republica Light 3 de El Portazo

El XVIII Festival de Teatro de La Habana se dedica al legado del maestro Vicente Revuelta, fundador de la mítica agrupación Teatro Estudio que introdujo en la Mayor de las Antillas la poética y el método del alemán Bertolt Brecht. Muchos fueron los actores y actrices cubanos que se formaron bajo la égida de los hermanos Raquel y Vicente Revuelta. Así los inmortaliza Corina Mestre:

“Mi casa estaba en Calzada entre A y B, al lado de Teatro Estudio. Un día Raquel Revuelta dijo en una entrevista que yo era actriz por cercanía porque yo desde niña estaba metida en la sede de la compañía”.

En la presente edición del Festival de Teatro se recuerda al maestro Vicente como una presencia permanente cuando se habla de conceptos, técnicas, experimentación y dirección de actores.

“La figura de Vicente es imprescindible no solo para Teatro Estudio sino para el teatro cubano en general, porque fue un hombre que nunca estuvo quieto y se pasó la vida investigando, tratando de ir más allá y no se quedó solo en las convenciones de las épocas.

“Este es un momento muy importante también para nosotros como teatristas porque hace falta investigar, refundar, profundizar. Me parece excelente que se recuerde la figura de Vicente aunque no debió dejar de mencionarse a Raquel. Él pudo ser el gran  experimentador porque tenía a su hermana apoyándolo para que pudiera desarrollar su trabajo”.

Recientemente Corina celebró su cumpleaños 65 y para ella el mejor regalo fue disfrutar de la puesta en escena titulada Oficio de Isla, que se presentó como parte del segmento Más Opciones de una Ciudad en Festival, en el Muelle Juan Manuel Díaz de la Avenida del Puerto.

La obra fue escrita por Arturo Sotto y contó con la dirección del Premio Nacional de Teatro Osvaldo Doimeadiós. Es el resultado de una colaboración entre el Centro Promotor del Humor, la Banda Municipal de Boyeros y el Conjunto de Gaitas de la Sociedad Gallega. En opinión de Corina se trata de uno de los espectáculos más auténticos y más verdaderos que se ha hecho en este país.

Del segmento teórico y pedagógico

Muy emotivo resultó el foro de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima) donde se estrenó el audiovisual Armando Morales: estar en progreso siempre, del periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana Daniel González Cabello. La presentación estuvo a cargo del maestro Rubén Darío Salazar.

Entre lágrimas y sonrisas se volvió a corporizar la imagen del maestro titiritero Morales, quien dirigió el Teatro Guiñol Nacional desde el 2000 hasta su deceso ocurrido este 2019. Se rememoró su paso por la compañía fundada por los hermanos Pepe y Carucha Camejo quienes sembraron el amor por el teatro de figuras en la Mayor de las Antillas

Trabajar en zonas donde el arte no llega era una especie de sacerdocio para quien se reconocía como el Cruzado Mayor. Además siempre estuvo al lado de los más jóvenes cuando iniciaban sus proyectos. Así lo reconoció Erduyn Maza, el director de Teatro la Proa, que ya tiene 15 años de fundado.

Del panorama titiritero internacional

La Compañía Javier Aranda presentó la obra Vida en la categoría de teatro familiar. Se trata de un unipersonal del español Aranda nacida como resultado de un proceso de trabajo que se extendió durante dos años. El actor y director confesó sentirse sorprendido por la acogida de este texto su autoría con el que ha obtenido varios premios y se ha presentado en diez países. Entre ellos: Francia, Corea, Alemania y Argentina.

Por su parte, la agrupación mexicana Tinglado trajo al festival La repugnante historia de Clotario Demoxiax que, según confesó el director Pablo Cueto, “surgió de una frustración grande pues sentía que nuestro teatro no tenía mucho público en México y eso me causaba mucho enojo”.

El director quería hacer una obra que le rindiera homenaje al Guiñol europeo que trajeron sus abuelos al nuevo continente donde fundaron en 1932 el Teatro Guiñol de Bellas Artes.

En la pieza se emplea la ancestral técnica del títeres de cachiporra cuyo personaje se reivindica, a palos, al final: “partí de un sentimiento de maldad que quería sacar de mi a través del arte. Siento que me convertí en una mejor persona después de hacer esta obra”, concluyó Cueto.


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión


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