viernes, 26 de abril de 2024

La magia de lo simple

El periodista y fotógrafo italiano Luciano del Castillo convoca a reflexionar desde Cuba sobre lo auténtico de la vida con su exposición Alegría y Revolución...

Aymara Massiel Matos Gil en Exclusivo 06/06/2016
6 comentarios

En la actualidad, países con altos niveles de desarrollo económico fomentan el crecimiento de sociedades cada vez más consumistas, con un marcado interés por la adquisición de bienes materiales. Los avances tecnológicos se incrementan y condicionan modos de vida muy particulares, en algunos casos, en detrimento de las prácticas sociales un poco más tradicionales.

Las ansias de poder y la creciente necesidad de alcanzar mejoras financieras que garanticen la satisfacción de demandas personales y, a veces, un tanto banales, han hecho que un amplio sector de estas sociedades menosprecie las cosas sencillas que ofrece la vida.

Tomar un café con viejos amigos al tiempo que reímos y recordamos momentos pasados es una bendición, no importa si el café no es caro, tampoco si no es en un bar de lujo.

Ver caer el atardecer junto a esa persona especial, sentados en el muro del Malecón, ¿acaso no es eso un regalo? Quizás solo nos alcance el dinero para comprar un maní pero, en ese instante ¿es eso importante?

Y cuánta paz no encontramos al llevar a los niños a un parque, y mientras ellos se divierten escuchamos música, conversamos, o simplemente nos dejamos contagiar con su energía.

Todos estos momentos conforman lindos recuerdos que echamos de menos cuando ya no los tenemos.

Los cubanos estamos experimentando cambios en tiempos de una apertura internacional sin precedentes y, por ende, estamos descubriendo aspectos que antes nos eran totalmente ajenos: avances tecnológicos, nuevos modelos de gestión económica, influencias foráneas que llegan con los viajeros… Y, ante esta convulsa realidad podemos preguntarnos si seremos capaces de preservar nuestro modo de vida, nuestras costumbres, nuestra esencia.

 ¿El “capitalismo de la apariencia”, cristalizado en el modelo occidental y estadounidense puede traer ventajas? Digámoslo de otra manera: ¿Pueden los modernos caballos de Troya infiltrarse en la “revolución alegre”? ¿Después que no han podido con bombardeos, desestabilizaciones, bloqueos, van a hacer inversiones, traer cruceros, el mito de las marcas, el mundo virtual de Facebook…? A esta reflexión convoca el periodista y fotógrafo italiano Luciano del Castillo, con su exposición Alegría y Revolución. Reflexiones desde Cuba sobre nuestra vida.

La muestra quedará inaugurada el próximo 10 de junio y hasta el día 19. Quienes visiten la galería Zpazio Tetenal, en Roma, tendrán la oportunidad de acercarse a la Cuba cotidiana, a lo más autóctono de la cultura antillana: las fotografías en blanco y negro muestran la vida en las calles habaneras, la convivencia armoniosa entre las diferentes generaciones, esa parte de la isla que no aparece en los anuncios publicitarios, pero que refleja nuestra idiosincrasia.

Fue esa y no otra la realidad que el fotógrafo italiano quiso llevarse a Europa y compartir con sus coterráneos. Al respecto, del Castillo comenta: “Este es un proyecto sobre el amor. No el amor de pareja sino ese que vive en nosotros, que te despierta y te regala la fuerza para salir adelante cada día. En Europa hemos perdido mucho el sentido de la humanidad, aunque somos diferentes de los Estados Unidos, donde la vida muchas veces se ve reducida solo a la economía, pero en los últimos años hemos perdido el amor por las cosas simples. La soledad y el egoísmo parecen que están ganando en la vieja y cansada Europa. Entonces sentí dentro de mí ese deseo de reencontrar ese amor, y me dije: voy a buscarlo a Cuba; por eso vine a La Habana.

”Esta es Cuba para mí: el gusto de vivir con lo que tenemos, de buscar dentro de nosotros la felicidad. La vida no es solo economía, es mucho más, y lo que me propongo con estas fotos es recordarles a los europeos la importancia de la simplicidad, de las cosas sencillas. Y a los cubanos que la evolución no significa destruir todo lo bueno que han hecho, incluso, con un nivel económico diferente, por el contrario, el reto es preservarlo”.

No resulta sensato negarnos al desarrollo, porque necesariamente la vida va ligada a este, tampoco debe asustarnos la apertura al mundo, son muchas las ventajas que obtendremos de ello, y aprenderemos también. El desafío está en no dejarnos engañar, en ser capaces de discernir entre lo saludable y lo tóxico. Por supuesto que una mejor calidad de vida es tan justa como necesaria, pero no sacrifiquemos por ello nuestra autenticidad, lo que nos distingue como americanos, como caribeños, como cubanos. Es ese el llamado del artista italiano y es ese el deber que tenemos, defender la alegría y la Revolución.

LUCIANO DEL CASTILLO Y EL AMOR POR UNA ISLA

El periodista y fotógrafo italiano posee una amplia y prestigiosa carrera profesional: actualmente trabaja para la Agencia Nacional de Prensa Asociada de Italia (ANSA) y sus fotos han aparecido en publicaciones como The Boston Globe, The Guardian, The Washington Post, El País, La Vanguardia, El Mundo (España), The Australian, Der Spiegel, entre otros. Ha trabajado también para la Associated Press (AP) y la Agencia Alemana de Prensa (DPA). Sus fotos en zonas de conflicto y crisis le han valido numerosos reconocimientos a nivel internacional.

Esta no es la primera vez que Luciano del Castillo visita Cuba, lo ha hecho en otras ocasiones, e incluso, sus obras se han expuesto en la isla en eventos como Noviembre Fotográfico y la Semana de la Cultura Italiana. Producto de su admiración por la Mayor de las Antillas fue concebido el libro Poesía Escondida,publicado en el 2012. El artista nos comenta cómo nació esta idea.

“Desde que era adolescente tenía el sueño de visitar este país, conocer de cerca la historia de Fidel, del Che, e incluso de mujeres como Vilma Espín. Me interesaba descubrir cómo una nación tan pequeña podía enfrentarse al Imperio con tanta dignidad, una dignidad que se ve en pocos países. Cuando empecé en mi trabajo actual y tuve mis primeras vacaciones decidí cumplir ese sueño y… ¡fue un amor a primera vista!

”Hice muchas fotos entre los años 2007 y 2011 en Cuba, y entonces un editor me propuso preparar un libro. Las personas que están en mis fotografías son de una belleza sin igual, son auténticas, muy espontáneas. Recuerdo que una noche estaba sentado en la escalinata del Capitolio, observando la vida nocturna de la ciudad, y entonces se me acercó un hombre anciano, sin dientes, con una gran sonrisa, y me preguntó si tenía fuego. Yo le dije que no fumaba y él me miró y dijo: ‘No tengo ni fuego ni nada pero tengo tanta poesía’ y se alejó bailando y sonriendo. Es esa autenticidad a la que me refiero”.

En la portada de su libro está la foto de un octogenario con el cual estableció una amistad especial, aunque en el momento de hacerle la fotografía no sabía quién era.

“Generalmente uno hace fotos a las personas sin saber quiénes son, entonces después de varios años, cuando el editor me publicó el libro, decidí buscar al señor que aparecía en la portada, lo busqué por toda la ciudad hasta que lo encontré en un mercado de San Lázaro, en Centro Habana, allí trabajaba. Su nombre era Eliecel. Descubrí que era un hombre de 86 años que no tenía familia, y entonces decidí adoptarlo como mi padre cubano. Desafortunadamente falleció hace unos meses. Me conmovió mucho su alegría cuando le regalé el libro y se vio en la portada, él decía que parecía un músico del Buena Vista Social Club e iba orgulloso enseñándoselo a todos sus amigos”.

—¿Sientes que La Habana, ahora Ciudad Maravilla del mundo, te ha atrapado?

—Definitivamente. Creo que la riqueza de Cuba son los cubanos, su gente, su educación, la capacidad de vivir la vida y de ir siempre para delante a pesar de las dificultades. Es una fábrica de sonrisas. Y es un pueblo solidario, que sabe el valor de los otros. Me atraen sus calles, su invitación a entrar a tomar un cafecito.

“Le dedico muchas fotografías porque es como un modelo que sabes cambiar: ahora el vestido, ahora se pinta los labios, se pone un sombrero, etc. Siempre la encuentro diferente, solo en el corazón está igual. Creo que ya es parte de mí”.


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Aymara Massiel Matos Gil

Optimista, comprometida con mi profesión y, sobre todo, orgullosa de ser cubana.

Se han publicado 6 comentarios


Lizy
 7/6/16 11:44

Me encantó el artículo porque es cierto que a veces no valoramos las cosas que tenemos día a día, porque creemos que no son suficientes, y hay que saber disfrutar cada momento, pero sin dudas lo que más me gustó fue conocer sobre ese fotógrafo italiano, y ver que es una persona que quiere nuestro país y que se preocupa por él, muchas veces las personas vienen a Cuba, y solo se quedan con la imagen superficial de la ciudad linda, pero muy pocos logran entender nuestra vida cotidiana, nuestra realidad. Me hubiera gustado poder ver las fotos de su exposición, de todos modos espero que no sea la última vez que haga trabajos sobre Cuba y su gente. A Luciano del Castillo, muchas gracias por defender nuestra realidad fuera de Cuba.

Rosa
 6/6/16 16:35

Luciano te doy. Grazie Mille por querer a cuba mi tierra bella rodeada. De mar un beso grande y ke sigas difundiendo la tierra mas hermosa ke ojos humanos hayan podido ver ..... Asi afirmo nuestro descubridor Italiano por cierto Cristóbal. Colon

Luciano del Castillo
 9/6/16 8:48

Querida Rosa, le doy gracias a tu tierra para huespedarme con todo sus amor y toda su beleza. Para mi regresar a Cuba es como regresar a mi tierra. Gracias a todos los cubanos

85
Luciano del Castillo
 9/6/16 8:52

Hola Lizy, gracias a ti por tu lindo comentario. Siguare a viajar a Cuba y puede ser un dia sera mi modelo! :) Gracias siempre

87
luciano del castillo
 9/6/16 8:55

Cara Patriza Cuba è un Paese che va assolutamente visitato, per la sua bellezza, per la sua natura e per la meravigliosa accoglienza del suo popolo. 

Querida Patrizia es verda Cuba es un pais q se debe visitar para su beleza, para su naturaleza y por la maravillosa Poblacion.

87
Patrizia
 6/6/16 15:51

Cuba è un Paese da scoprire e i cubani sono accoglienti, capisco come ci si possa affezionare e innamorarsi di un posto così. Anche io sono andata e tornata molte volte andrò a vedere il lavoro di questo autore

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