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sábado, 12 de octubre de 2024

Las rocas de La Habana

La ciudad creció gracias a la abundancia de piedra caliza extraída de numerosas canteras...

Manuel Iturralde Vinent en Chess.com 01/03/2020
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Morro - Habana-rocas
Con el paso del tiempo y la continua expansión de la ciudad, las canteras de roca caliza se salieron hacia las afueras

Los aborígenes fueron los primeros en aprovechar las rocas a manera de herramientas, o cuando utilizaban las cavernas labradas por el agua en las rocas calizas, como vivienda o templo. En la periferia de La Habana hay tesoros arqueológicos tan interesantes como el enterramiento ritual de Cueva de la Santa, en Bacuranao, donde aparentemente fue sepultado un cacique, cuya tumba fue rodeada por los cuerpos de varios guerreros en un círculo cercano, y de numerosos niños en círculos más externos, todos sacrificados mediante el golpe certero de un hacha de piedra contra sus cabezas.

La ciudad creció gracias a la abundancia de piedra caliza extraída de numerosas canteras. La más notoria es aquella donde el joven José Martí fue condenado a trabajos forzados. Aquella cantería inicial explotaba las calizas del Pleistoceno que forman colinas de baja altura cercanas a la costa, pero con el progreso se abrieron canteras en rocas del Mioceno, cuyas cicatrices todavía están presentes en los "hoyos" del Vedado (Calles F y 21, Calles 23 y 22). En los cantos calizos y lajas que sirvieron para pavimentar algunos parques, las huellas dejadas por la vida marina constituyen adornos adicionales en las superficies agrestes. Este material se utilizó en la confección de la muralla de La Habana, torreones, casas, castillos y fortalezas; aprovechando que no es muy pesado, mantiene los locales frescos gracias a su porosidad, y se puede labrar para adornar las obras, como ejemplifican la Catedral, el Palacio del Segundo Cabo y el Castillo de la Fuerza.


Las rocas de la arquitectura de La Habana colonial provienen de canteras de roca caliza. (Foto:Naturaleza de Cuba)

A veces entre los bloques de cantería se colocaron pequeños guijarros de roca volcánica, extraídos de los lechos de los ríos, que eran utilizados como adorno y para reforzar la sutura y balancear los bloques. Con el paso del tiempo y la continua expansión de la ciudad, las canteras de roca caliza se salieron hacia las afueras, y llegaron hasta El Husillo, el Globo y Río Verde, por mencionar tres de ellas.


En las rocas de las construcciones de La Habana también está su historia. (Foto:Naturaleza de Cuba)


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Manuel Iturralde Vinent

Geólogo, profesor y académico


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