domingo, 28 de abril de 2024

Especial de Halloween (+PDF)

Stephen King ha recuperado su vida. Entra a su castillo rojo de Nosferatu en medio de Maine mientras las arañas de la reja tejen su tela...

Laydis Soler Milanés
en Exclusivo 06/11/2018
4 comentarios
Stephen King
Stephen King se ha convertido en un icono de la cultura popular estadounidense.

Ya que el pasado 31 de octubre fue Halloween o Noche de Brujas, hoy les propongo este perfil sobre el escritor de terror, Stephen King. Para escribirlo me basé en su libro autobiográfico Mientras escribo. Al final les comparto algunos de sus libros.

EL REY DEL TERROR TAMBIÉN TIENE MIEDO

- Hello, Mrs. Annie– dijo Stephen.

- Hi – la muchacha sonrió – ¿Qué quieres tomar hoy?

- Una cerveza, por favor.

La muchacha rubia le dio una lata de medio litro y se dedicó a atender a los otros clientes del bar. Stephen se limitó a observar su trabajo. Servir tragos no era un mal empleo.

El bar tenía al frente de la barra una alfombra persa y, acostados sobre esta, dos sabuesos negros que vigilaban cada movimiento. Los clientes eran extraños. Había un hombre de color gris que le llamaba la atención.

Stephen bebió la cerveza. El alcohol pasó por su garganta, sin amígdalas desde los siete años, dándole una sensación de calma.

La bar tender se le acercó de nuevo.

- ¿Así que prefieres llamarte Richard Bachman?

- Sí, Richard Bachman, granjero y escritor de noche cuando las vacas lo dejan tranquilo.

- Me parece gracioso. Buen seudónimo. Supongo que esa será otra forma de desahogarte. Sí, aunque no sé por qué lo necesitas. Ya no vives en una caravana. Eres relativamente conocido, ganas buen dinero...

- No lo sé, es algo que me queda. Como tú, por ejemplo, tengo todas esas cosas y todavía te necesito.

- Es cierto. Creo que nunca podrás deshacerte de mí. Es como si tuviéramos un contrato.

- ¿Quién es ese hombre gris?

- Uno de los clientes del bar. Dicen que es de otro mundo -le susurró-, supongo que no crees en esas tonterías.

- Te asombrarías.

- ¿Otra cerveza?

- Por supuesto, cuando le he dicho que no a un trago.

Vació esa lata con rapidez y continuó bebiendo hasta muy tarde.

- Me tengo que ir, querida. ¿Me puedo llevar esa nariz de payaso que tienes colgada en la pared?

- Esto no es una tienda de souvenirs, pero por ser a ti te la regalo. Toma.

- Gracias –sostuvo la nariz en las manos, se la probó y luego la guardó en uno de sus bolsillos.

Pagó la cuenta. Quédate el cambio, le dijo.

-See you later, Mr. Bachman. There’s a long walk waiting for you.

- I know.

El hombre abrió las puertas de ébano y salió hacia la oscuridad.

.....

Más tarde Stephen despertaba en su casa con una resaca terrible y el recuerdo de un mal sueño. Se lavó la cara y salió a la calle en busca de una caja de cervezas, las necesitaría para escribir. Pasó cerca de un cine donde ponían películas de Disney. Recordó que cuando él tenía trece años quería ver monstruos que devoraran ciudades, cadáveres radioactivos salidos del mar comiéndose a los surfistas y chicas de aspecto barriobajero y sujetador negro. Películas de Disney, ñoñerías. Le pareció ver un mono con cabeza de pecera en una esquina, pero enseguida se esfumó.

Por la noche, bebió un poco y comenzó a escribir la historia sobre un hotel encantado al que después Kubrick le haría una versión para cine que no le gustaría en lo absoluto. A esta novela le siguieron muchas otras fruto de una producción casi fordiana.

Estaba acostumbrado a ganar dinero por su obra desde niño, su madre le pagaba 25 centavos por sus cuentos; luego se dedicó a venderlos en la escuela, después a revistas hasta que, posteriormente, logró publicar Carrie y salir de la caravana donde vivía. Del dólar que ganó por cuatro de sus primeros cuentos, pasó a ganar millones. Según él mismo, exportaba pequeñas experiencias de Estados Unidos, era la versión literaria de Mc’Donalds.

Su día era más o menos siempre el mismo. Un beso a su esposa Tabitha, a sus hijos. Stephen King, buen padre y escritor de Best Sellers. Luego se encerraba a escribir. Bebía y antes de dormir vaciaba con resignación en el fregadero las latas que quedaban llenas en la nevera: no podía descansar sabiendo que estaban allí, si no bebería hasta que no quedara ninguna.

Una mañana fue a vaciar el contenedor de plástico que había en su garaje y se encontró allí reunidas, como testigos de un crimen, las latas que había tirado, llenaban el contenedor casi en su totalidad. ¡Soy alcohólico!- pensó. El olor a alcohol, no el de la cerveza, el que le echó con una aguja el doctor de los oídos, el que llamaba otiólogo cuando era niño, regresó. De nuevo el miedo. “Ahora mucho cuidado, porque si la jod…”, se decía a sí mismo.

Pero la jod… de nuevo y esta vez con cocaína, Valium, Xanax, incluso con jarabe para la tos. ¿Cómo no se había dado cuenta antes de que era un adicto? Sus libros se lo gritaban. Él era Jack Torrance. La adicción era Annie Wilkes y estaba allí para destruir al escritor, era su fan número uno, uno de sus temidos fans. Sí, porque temía a sus fanáticos desde que Mark David Chapman le pidiera un autógrafo días antes de asesinar a Lennon. Y también por Rage, que tuvo que dejar de publicar.

Prefería Maine, ser el vecino, no el autor invitado a una conferencia, allí estaba más o menos seguro. Annie Wilkes también lo mantenía seguro, seguiría siendo Stephen, buen padre, mejor que su padre que lo abandonó a él a su hermano y a su madre. Seguro, sería también buen esposo y escritor de Best Sellers. Si dejaba a Annie sería un drogadicto en plena desintoxicación, tembloroso y mustio. No podía pedir ayuda. Se guardaba las cosas como dictaba la costumbre familiar. Había que seguir con Annie. Defensa Hemingway: bebo para afrontar el horror existencial y seguir trabajando, soy sensible pero no me dejo controlar por la sensibilidad, sería de mar.... Controlo, como buen machote, decía.

El buen machote terminó enfrentándose a su miedo el día que su esposa vació en la alfombra la basura llena de latas de cerveza, colillas, cocaína en botellitas de gramo, más cocaína en bolsitas, cucharitas para coca manchadas de mocos y sangre seca. "No queremos presenciar tu suicidio".

Annie volvió a aparecer solo para despedirse de él. Bye, bye, Annie, fue lo último que le dijo Stephen. Tuvo que volver a aprender a escribir, acostumbrarse a la sobriedad y sufrir cada vez que veía una copa de vino medio llena en un restaurante, sobrepasar ese miedo terrible de volver a llevarse una bebida alcohólica a sus labios.

Ahora, años después, Stephen King ha recuperado su vida. Entra a su castillo rojo de Nosferatu en medio de Maine mientras las arañas de la reja tejen su tela. Se sienta de noche, después de la cena, detrás de su cómodo escritorio en su amplio estudio iluminado por una luz cenital y comienza a escribir las primeras seis páginas de su próxima novela:

En español: Mi última historia de terror: Érase una vez un hombre llamado Donald Trump, y se postuló para Presidente. Algunas personas querían que ganara.

Casa de Stephen King en Maine, Estados Unidos.

Aquí les comparto los libros de Stephen King que les prometí:

El Resplandor: En un hotel fantasmagórico, el Overlook, está encerrada una familia en pleno invierno. Danny, un niño de cinco años, tiene poderes sobrenaturales y puede ver a través de todos los años de intrigas y asesinatos que han transcurrido en el lugar. REDRUM, REDRUM, lee en los espejos. ¿Qué significa? Jack Torrance, su padre, intenta escribir un libro mientras lucha contra su adicción al alcohol. Su esposa pensaba divorciarse de él. Mientras tanto, el hotel cobra vida y los envuelve en una trama espeluznante. Cada uno lucha con los miedos de afuera y los de adentro. Descargue la primera parte aquí ( Archivo de 910 KB) y la segunda en este otro link (Archivo de 936 KB).

Carrie: Carrie es una adolescente que vive en Chamberlain, Maine. Su madre es una fundamentalista cristiana que la atormenta con el miedo de ir al infierno. La muchacha es tímida, no tiene amigos y vive temerosa del mundo, a causa del abuso psicológico de su madre. Sus compañeros de escuela se burlan de ella constantemente. De repente, Carrie descubre que tiene poderes y no sabe controlarlos. Algo malo va a pasar, se huele en el ambiente. Descárguelo aquí (Archivo de 387 KB).


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.

Se han publicado 4 comentarios


Chali
 22/11/18 10:51

Muy bueno el perfil, tiene muchos datos sobre el escritor que desconocía.

JD
 7/11/18 9:27

Hay un error en la descarga, sale el resplandor en epub en la descarga de carrie. De todas formas me convino pues prefiero los epub, como sugerencia siempre que sea posible poner los dos formatos. Un saludo y continua.

Nota: Como sugerencia para proximos temas, los libros de jasper fforde sobre thursday next, bastante dificil de clasificar, tiene fantasia, ciencia ficcion, humor, literatura sobre la literatura, de todo un poco y muy innovador.

Laydis Milanés
 7/11/18 10:57

Gracias por su sugerencia!  La tendré en cuenta. Ya el enlace de Carrie está bien. Saludos! 

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Ricardo Figueredo Oliva
 7/11/18 8:21

Me encantó    

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