miércoles, 24 de abril de 2024

Dime quién te apoya y te diré qué quieres: Los socios “fachos” de Yotuel (II)

Con tales señas podemos avizorar por qué y contra quiénes se cocina el “golpe blando”…

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 06/08/2021
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Rocío Monasterio-Yotuel-Marcha Madrid
La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio junto a Yotuel en la marcha en Madrid en apoyo a las protestas en Cuba.

En la marcha convocada por Yotuel, también se vieron, junto a integrantes del PP y Ciudadanos, algunos líderes del  partido ultraderechista Vox. Entre ellos, la número tres de la formación verde, la polémica Rocío Monasterio, nieta de un esclavista español e hija de un latifundista cubano. Una de la protagonista del novelón político español; donde, como ha confesado en varias entrevistas, aprendió el pastichero de democracia  y libertades.

Ella no duda en escupir sartas de mentiras, en ametrallar su discurso excluyente y anticomunista,  exacerbando el odio  y el miedo. Considerada parte del “núcleo duro” de Vox,​ se le ha relacionado con círculos ultraconservadores y ultracatólicos. Su proyección es evidentemente  racista y homofóbica; nada que ver con la postura feminista y proLGTBI de Beatriz Luego, la esposa de Romero. Tampoco se mide para defender a los nostálgicos del franquismo. Vale apuntar que la portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid está casada con Iván Espinosa de los Monteros, orgulloso de sus orígenes oligarcas y franquistas. Su  tío bisabuelo fue embajador de Franco  en la Alemania de 1940, por las redes se pueden ver fotos junto a Hitler. Para la pareja los inmigrantes son ciudadanos de segunda.

A la Monasterio se le vio el pasado 12 de julio, frente al Congreso de los Diputados; frente a las cámaras acusó  a la izquierda española de "fomentar el neoesclavismo" por ir a los hoteles "castristas" y pagarles "los diezmos" a los líderes del régimen para que "luego les llegue un mínimo euro todo ello al pueblo". Lo acompañó en aquella concentración el portavoz de Vox en el Ayuntamiento capitalino Javier Ortega Smith, quien  reiteró su llamamiento internacional  para bloquear al “régimen castrista”, entiéndase  sumar penalidades al pueblo de la isla.       

“¡Fascista!”, “¡Fuera del Barrio!” y “¡Vergüenza te tenía que dar!” le gritaron recientemente mientras paseaba  una calle del barrio obrero de Lavapiés. “Me han dicho que me fuera de Lavapiés porque es un barrio obrero y no me he podido resistir”, reaccionó Monasterio en su cuenta oficial en Twitter. Por su parte, el diputado de ERC, Gabriel Rufián,  comentó el video: “Esto es lo que pasa cuando paseas por Lavapiés como si fueran los cultivos de caña de azúcar esclavistas de tu abuelo en Cuba”.

No era la primera vez que la calificaban así. En un debate televisado entre los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, la candidata Mónica García, le recordó a su rival de Vox que en su día le tuvo que explicar qué era el nazismo “porque no se enteraba”. “Usted, que es facha, ni siquiera sabía cómo se dibuja una esvástica, se lo tuve que explicar yo”, le reprochó   la candidata de Más Madrid. En octubre de  2020, Pablo Fernández, miembro ejecutivo de Podemos y secretario general de Castilla y León, frente a su compulsión “democrática” de no dejar hablar, le soltó: "Yo entiendo que no tengas argumentos, pero déjame hablar, por muy fascista que seas". Se discutía la “'toque de queda” como medida contra el coronavirus en toda España, apoyada por todas las comunidades excepto por la de Madrid y la del País Vasco. Para Fernández “Todas las medidas que se tomen tienen que estar avaladas por criterios sanitarios, creemos que hay que conjugar la economía con la vida y esto se hace contratando sanitarios antes que curas, contratando sanitarios antes que banderas". La Monasterio,  defensora de los intereses de los capitalistas, de  sus electores comerciantes y empresarios, en una  muestra más de su práctica goebbeliana le replicó: "Queréis restringir las libertades de los españoles, dilo".

Como se ha señaladoVox devino en catalizador organizativo de muchos cuadros y militantes  de agrupaciones fascistas o filofascistas  como Democracia Nacional (DN), España 2000 y Hogar Social Madrid (HSM). De hecho, muchos de sus dirigentes también comparten esta procedencia. Igual se ha hecho evidente que los que no militaron en estas organizaciones  tienen como referentes ideológicos a figuras del fascismo español, que los admiran hasta el punto de pedir renombrar a un colegio público como Francisco Franco.

El secretario general de Vox Javier Ortega Smith  exhortó a “No olvidar” al Franquismo, en un artículo de 1986. “No podemos olvidar el pasado de la Falange, no podemos olvidarnos de aquellos momentos de elaboración de nuestra doctrina, momentos en los que nuestros mejores José Antonio, Onesimo, Ramiro, Julio, crearon la doctrina más joven y grande de Europa”.  En noviembre de 2018, ante simpatizantes y posibles donantes del nuevo partido, Ortega Smith enunció: “Yo os lo confieso, que José Antonio Primo de Rivera para mí es uno de los grandes hombres de la historia, un magnífico abogado, un magnífico patriota, un gran ideólogo político y que en su tiempo supo dar respuesta a las necesidades que se le requerían en aquel momento, que se enfrentó, como nos estamos enfrentando todos, a los enemigos de la patria. Los enemigos de la patria van cambiando de nombre y de formas, pero siempre son los mismos, los que vienen amenazando nuestra unidad y nuestra libertad”.

Durante una visita a la localidad de Collado de Segura (Alicante), Ortega Smith dio a entender que los fusilamientos franquistas fueron “con amor”. Como puede verse en una  intervención grabada, aseguró que asegurado que la cruz que conmemoraba a Los Caídos, retirada en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, y que una vecina proyectaba todas las noches sobre la pared de la Iglesia, estaba “recordando hechos tristes sí, personas fusiladas en una guerra, pero sin odio, con amor”. En otra oportunidad, reconoció los “aportes” de la dictadura franquista  y declaró que entendía la colonización de España como una evangelización, un bien para los pueblos latinoamericanos y no un genocidio.  Por cierto, esa alabanza del coloniaje, parte del bagaje de valores de Vox, parece no importarle a Yotuel, descendiente de esclavos,  como este escribidor.

El líder de Vox, Santiago Abascal, es nieto del diputado provincial durante la dictadura franquista Manuel Abascal Pardo e  hijo del histórico de Alianza Popular, Santiago Abascal Escuza. Se afilió al PP cuando cumplió los 18 años y como su antiguo partido, se ha definido como “liberal”. En otras ocasiones,  los de VOX se presentan como “conservadores”, también de “extrema necesidad”,  cuando son acusados de “extrema derecha” por sus declaraciones marcadamente neofascistas. O de “super fachas” para banalizar la etiqueta que mejor los cataloga. Fachos de nuevo tipo, postmodernos, en tiempos de redes sociales y espectacularización de la política. Con sus discursos disruptivos y palabras altisonantes consiguen ser trending cotidianamente,  estar en todos los platós de televisión.

A tono con las recomendaciones de  Steve Bannon (“Deja que te llamen racista. Que te llamen xenófobo. Que te llamen nativista. Llévalo como una insignia de honor”), los de Vox lanzaron en 2019, el último día de la campaña electoral de Santiago Abascal, un rap sobre el “orgullo” de ser super-facha.  Un “joya” de manipulación simbólica y del nacionalismo instrumentalizado. Con la intención de cooptar la rebeldía, o más bien la rebeldía de papel. Buscando sumar a los jóvenes amaestrados por las industrias culturales,  como muchos de los que participaron  en los disturbios del 11 de julio, en una docena de localidades de Cuba.   

“Superfacha” fue intencionalmente cocinado, con tropos subliminales, aceitados con la sátira. Protagonizado por la rapera española Sofía Rincón, quien dijo en una entrevista: "Abascal es un semental" y "le dejaría darme patriarcado del bueno",  y Bertrand Ndongo,  inmigrante de origen camerunés, adorador de Vox y enemigo de Podemos,  asesor de la Monasterio y expulsado de Twitter por racista.

En el videoclip, se muestra cómo la también performer recibe el "poderío español" al ponerse "una pulsera facha", con la que es capaz de repeler "los ataques de los progres". Orgullosa de su nueva condición y acompañada por su maestro, camina por las calles de una ciudad en busca de su misión: "Ahora debemos usar estos poderes para el bien, cosas de salvar España y todo eso tan fetén". Los “superfachas” enfrentan a un joven español “progre”, (término que usan para englobar a la izquierda y el Partido Socialista español), que lleva una camiseta republicana y en el cuello un pañuelo palestino, con una computadora con el logotipo de la hoz y el martillo. Ejemplo de catálogo del principio goebbelsiano  del “contagio” y la simplificación del enemigo, “reunir diversos adversarios en una misma categoría o individuo”. Al final, los superhéroes  de Vox,  consiguen convertir al pogre español en un nuevo super-facha,  gracias a los ultrapoderes que les da la bandera española.

Ahora, a raíz de los sucesos en Cuba del 11 de julio, los herederos de Franco critican al gobierno español por no reconocer a Cuba como una “dictadura”. Sin embargo, han negado tal calificativo para el régimen impuesto por el “Generalísimo” En noviembre de 2018, le preguntaron  a  Eugenio Moltó, diputado de Vox por Málaga, ¿cree que el franquismo es una dictadura sí o no? Y este respondió que no, negando las declaraciones del propio Franco: “Un estado totalitario armonizará en España el funcionamiento de todas las capacidades y energías del país, en el que, dentro de la Unidad Nacional, el trabajo, estimado como el más ineludible de los deberes, será el único exponente de la voluntad popular. Y merced a él, podrá manifestarse el auténtico sentir del pueblo español a través de aquellos órganos naturales que, como la familia, el municipio, la asociación y la corporación, harán cristalizar en realidades nuestro ideal supremo”.

Ciertamente, algunos planteos de Yotuel son meras vulgarizaciones de las prácticas discursivas de Vox, de sus falacias y manipulación históricas. Como esas,  con las que justifican su apología al franquismo. Para  contraponerse a la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007, arguyen que se trata de un texto "liberticida" que supone un "ataque directo a la libertad ideológica individual", ya que busca "señalar a buenos y malos" en la Historia de España. Para lo de  Vox, la norma es un "atentado contra la libertad política, de pensamiento y de cátedra" y "un instrumento para enfrentar y dividir a los españoles con una visión obligada de buenos y malos". Es lo que hace el rapero, cuando intentan banalizar la convicción revolucionaria expresada en el “Patria o Muerte”.   

En todo caso,  Vox no es un partido inclusivo, o  del “y”, como cantinflea el rapero. Su ideograma es proyectado como dilema  “la Anti-España o la España viva”, disyuntivas como “o la dictadura progre o la libertad de los españoles”. No tolera esto y lo otro, sino que basa su movilización en campañas contra determinadas posturas y discursos,  contra “el suicidio de España”; exacerbando la repulsa  y la estigmatización del “otro”, de los inmigrantes, los de abajo, los no propietarios, los de la izquierda.  Heredan de los fascistas un enfermizo  nacionalismo y  un anticomunismo compulsivo. Y el vicio por la mentira y la manipulación de las emociones. Yotuel dijo en la marcha que su partido era el humanismo, la misma falacia que ha repetido Rocío Monasterio.  

Ya lo advirtió a inicios del  golpe fascistas en España el  dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht: “Uno puede detener el golpe, si sabe cuándo cae y hacia dónde y por qué, y para qué cae”. Con saber  de los orígenes, intereses y posturas de los socios “fachos”  de Yotuel, aliados de clases de los odiadores de Miami, podemos  avizorarlo: el “golpe blando” caería sobre los cubanos humildes,  para restaurar la dictadura del mercado.


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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