jueves, 25 de abril de 2024

Sintonías de una tarde de verano (+Video)

Julio y agosto marcan días de descanso, reuniones familiares y fiestas con los amigos. ¿Ofrecemos lo mejor de nuestro empeño para hacer feliz a los demás?

Yoerky Sánchez Cuellar en Exclusivo 01/08/2014
0 comentarios

Escribo estas líneas mientras un informe sobre el estado del tiempo del Instituto de Meteorología indica que durante la tarde y hasta la noche las temperaturas oscilarán entre 30 y 34 grados. “¡Qué clase de calor!” es la frase más recurrente de la población cubana cada vez que julio y agosto comienzan a hacer sudar el almanaque.

Con los pequeños en casa, debido a las vacaciones escolares y toda la familia dispuesta a tomarse un descanso, aparecen diversas opciones y actividades como una forma de “tomar un diez” en la playa, la piscina, durante una visita a un zoológico, museo o restaurante. De esa manera, niños, jóvenes, adultos y ancianos esperan que sea más sano y agradable su disfrute.

Amplio ha sido el programa que las distintas instituciones del país, con gran peso en el Ministerio de Cultura, prepararon para este periodo. Están las fiestas populares, los grandes bailables y eventos de relevancia artístico-cultural, pero lo fundamental en esta ocasión es que la mirada se dirige al barrio, a la comunidad, con el aprovechamiento del talento local, ese que cohabita con nosotros en las cuadras y muchas veces no lo valoramos en su más amplio alcance.  

Días antes del comienzo del verano, Miguel Díaz-Canel Ber­mú­dez, miembro del Buró Político y primer vice­presidente de los Consejos de Estado y de Mi­nistros, durante un intercambio con dirigentes políticos y administrativos en la provincia de Artemisa, expresó: “Para que un plan de recreación sea efectivo, primero hay que hacer un diagnóstico adecuado de las motivaciones del pueblo, teniendo en cuenta las características de cada territorio, un plan de desarrollo sociocultural”.

También comentó Díaz-Canel que recreación no es solo baile y bebida y llamó a aprovechar los parques, las potencialidades de los lugares distintivos por su historia y sus parajes naturales, en un escenario donde el verano fuese incompatible con la indisciplina social y la banalidad, a partir de la calidad en todo lo que se oferte.

Ha pasado un mes del comienzo de la etapa estival y aunque se observan resultados de impacto positivo, ocurren otros hechos que conminan a preguntarnos: ¿Constituyen todas las propuestas veraniegas momentos de placer y satisfacción? ¿En cuántos lugares reina el buen servicio, la calidad en el trato y la disciplina?

Recientemente, como parte de una excursión por el verano fui a las playas del este de la capital y después del chapuzón acudí con los amigos al ranchón donde estaba previsto el almuerzo. La mañana había sido maravillosa en el agua, pero lo que pudo completar la belleza del día resultó finalmente una amarga experiencia. Más de dos horas de espera, música estridente y a todo volumen, un deficiente servicio gastronómico realizado por personas sin la preparación necesaria, más los continuos reclamos de los presentes malograban el sentido de la invitación.  

Es solo un ejemplo de lo que sucede durante estos días calurosos en algunos sitios. Uno llega con una expectativa, y después de recibir la atención, esta no queda a la altura de lo esperado. Más allá de la existencia o no de los recursos materiales, lo que casi siempre falla radica en los factores subjetivos.

Días después asistí a la muestra expositiva Memorias del Surrealismo, una serie de cuadros del famoso pintor español Salvador Dalí que fueron trasladados a La Habana por coleccionistas privados. Magistral la exposición en Bellas Artes, pero, igualmente, el comportamiento de algunos que llegaban a ver el novedoso regalo dejó mucho que desear. Conversaciones en voz alta y por celulares, unido a la ausencia de ventilación en una sala cerrada, conspiraron contra la tranquilidad de los que nos llegamos hasta allí para apreciar en su justa dimensión la obra de uno de los más grandes de la pintura universal.

La indisciplina también se asoma con semejante saña en los zoológicos. En el de Las Tunas, según cuentan pobladores de esa provincia, se cometen actos inescrupulosos contra la fauna y la vegetación de ese recinto. Similares hechos suceden en el de Santa Clara, donde las personas alimentan a los animales o los agreden para verlos en movimiento, a pesar de que existe un programa estructurado que incluye conversatorios y charlas explicativas sobre las riquezas que exhiben estos centros.

Solo en el parque zoológico villaclareño se puede disfrutar de casi 60 especies, entre las que se encuentran reptiles, aves y primates. Otro elemento preocupante son los accidentes del tránsito que, lamentablemente, ocurren en esta etapa con mayor frecuencia, debido a que se incrementa el traslado de ciudadanos y también las indisciplinas en la vía.

Tan solo el pasado año, durante los meses veraniegos, se contabilizaron en el país 1.5 muertes diarias por accidentes de tránsito; en ellos perdieron la vida 94 personas y más de 1 300 quedaron heridas, según datos ofrecidos por la Dirección Nacional de Tránsito.

Entre otras causas de estos siniestros se pudieron apreciar el exceso de velocidad, la desatención a la conducción, las imprudencias de peatones, la conducción de vehículos bajo los efectos de bebidas alcohólicas y el uso de transporte público utilizado en beneficios personales. El reciente accidente masivo en Cienfuegos demuestra que a pesar de las alertas, continúa el peligro sobre la vía.

Relacionado también con las imprudencias están los ahogamientos, muchos de ellos provocados por el exceso en la ingestión de bebidas al­cohó­licas y el descuido de los padres en el caso de los menores. Aunque resultan hechos aislados y gracias al trabajo de los socorristas hay menos muertes por esta causa, debe constituir una constante preocupación de los que van a playas, piscinas o ríos, quienes deben en todo momento evitar negligencias.  

Julio y agosto marcan días de descanso, reuniones familiares y fiestas con los amigos. Hagamos todos que estos meses llenos de alegría no se conviertan en momentos de angustia y tristeza. Canalicemos nuestras energías al ritmo del buen gusto. Alejemos las indisciplinas y ofrezcamos lo mejor de nuestro empeño para hacer feliz a los demás y estar en sintonía con lo bello y placentero. Solo así podremos respirar mejor aire ante el calor sofocante que exhalan estas tardes de verano.


Compartir

Yoerky Sánchez Cuellar

Soy un joven cubano, periodista y soñador, un loco de esperanzas. Me gusta tanto la literatura como la política. Mi más sincera convicción es el pensamiento martiano de que los buenos son los que ganan a la larga.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos