domingo, 5 de mayo de 2024

¿Qué tiene que ver el pelo con la candela?

Se preguntarán quienes conocen la tradición popular de cortar el cabello y podar las plantas el Día de la Candelararia, cada 2 de febrero…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 02/02/2013
2 comentarios
Peluquería en Cuba
“El Día de la Candelaria la gente lo que más te pide es que solamente le cortes unos centímetros”.

¿Qué tiene que ver el pelo con la candela?, me preguntaba yo cuando, siendo pequeña, mi mamá me anunciaba que el Día de la Candelaria me cortaría un poco las puntas para que el pelo me creciera con más fuerza. Para mí, el cabello no tenía nada que ver con ese día que, por razones semánticas o de familiaridad de la palabra, asociaba yo con fuego, candela, brasas.

Crecí, pero de todos modos no entendía qué tenía que ver una virgen con el crecimiento del cabello. Lo cierto es que no era nada raro, ni una tradición propia de mi familia… En Cuba son muy pocos los que no saben que el día 2 de febrero lo menos que puede hacerse es cortarse las puntas unos centímetros, cuando no un corte de pelo con todas las de la ley… y las uñas también.

La tradición permanece, supongo yo, por el afán de las abuelas, las tías, las madres que no dejan que a sus hijas se les escape “la buena venia de la Candelaria”, como dice mi abuela materna.

Y el día que quise saber, con argumentos verídicos, el origen de la costumbre, me sorprendí. Se cuenta que se festeja en honor a la Virgen María, quien presentó ese día al niño Jesús en el Templo de Jerusalén, aunque otras leyendas ubican el origen de esta fecha en Oriente, donde se le llamaba Encuentro o fiesta de la luz y la candela. Es después del siglo VI que llega a Roma, es adoptada por la Iglesia Católica y más tarde, en Tenerife, se celebra por primera vez. Otros apuntes señalan que en México el 2 de febrero adquirió matices muy fuertes, arraigados a la tradición popular, en la época prehispánica y que era el día de las mazorcas y los tamales “en grande” para ofrecérselos a los dioses del agua y de las siembras. Costumbre esta que ha perdurado y son estos alimentos los que se llevan a las iglesias para ser bendecidos.

Para más asombro, Tomás, un jardinero amigo de mi abuelo dice también (no lo he confirmado en libros ni artículos) que quien pode árboles, césped o arbustos en esa jornada, garantizará un crecimiento perfecto. Y, según él, ese es el día que más trabaja porque como sus clientes ya conocen el mito, los jardines y los parterres esperan por “su buena mano” ese día.

Es que según me explica él, el día de la Candelaria está enmarcado en el final del invierno, cuando los días son más largos y los árboles empiezan a echar brotes. Por eso se asocia con fuerza y crecimiento, para el pelo, las uñas y las plantas.

Sin embargo, sin que nadie muchas veces se cuestione el porqué de las costumbres de este tipo, en el Día de la Candelaria muchas tijeras se afilan en las esquinas cuando pasa el señor con su carrito, me dice María Elvira, peluquera por cuenta propia en el Vedado. “Te digo yo que ese día tiene las ganancias que no tiene todos los sábados cuando pasa, porque todas las mujeres de las casas aunque no sean peluqueras, se cortan un poco el pelo y también se lo hacen, sobre todo, a las niñas, y a los niños también, digo yo”.

No afirma María Elvira, al ciento por ciento, que tendrá un sábado con muchos clientes por esta razón, pero teniendo en cuenta cómo ha sido en otros años y la fuerza que tiene este tipo de tradiciones populares, está segura de que no serán menos de veinte.

Y Gabriela, la peluquera a la que acudo cada cierto tiempo en la peluquería estatal Él y Ella en el Vedado, no pudo dejar de reír cuando le pregunté por teléfono cómo son sus jornadas de trabajo el Día de la Candelaria.

“Si tú supieras —me dijo— que yo siempre tengo mucho trabajo aquí, cualquier día a cualquier hora, pero el 2 de febrero es como si fuera el día del cumpleaños de todo el mundo, que es cuando se quiere lucir más bonita. Lo curioso es que no es el día que más cortes de pelo hago, digamos, con estilo… El Día de la Candelaria la gente lo que más te pide es que solamente le cortes unos centímetros o tres dedos al pelo de largo, para que crezca con más fuerza”.

Gabriela se alegra de esta leyenda, sobre todo porque no termina su jornada muy agotada. A pesar de que viene mucha gente, me comenta, “no es para hacerte pedidos especiales, no es lo más común ese día teñirse el pelo, ni laciarlo, ni rizarlo, solo cortarlo un poco”.

Y ahora, que este trabajo se publica cuando ya algunas muchachas se miraron al espejo para ver de qué largo les quedó el cabello, y ya yo me bañé y lavé mi cabeza para despojarme de esos pequeñitos pelos que se te quedan pegados al cuerpo luego de pelarte (porque está claro que mi mamá, ni aún siendo yo crecidita, dejará de hacerme partícipe de lo que ya es tradición) preparo la tijera y el paño para “cortarte un poquito las puntas del pelo, María José, que hoy es el Día de la Candelaria y así te crecerá tanto como a mí”. Y la pequeña de casi cuatro años no sabrá qué hacer, seguramente, porque aunque quiere tener su pelo largo y bonito, no entenderá qué tienen que ver las tijeras con la candela, así, como le suenan las palabras. Supongo que le suene muy extraño todavía, a pesar de que la tradición se mantiene viva.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

Se han publicado 2 comentarios


Viviana Dorta
 2/2/19 14:06

Hola, siempre he creído en el día de la Candelaria, no pasa un año que mi pelo no reciba su corte el 2 de febrero (de hecho acabo de pelarme), pero no sabía el por qué del día de la Candelaria. Muchas gracias por este artículo me ha aclarado todo.

Berta
 2/2/22 6:40

Hola, has comentado el artículo contando la historia, pero no dices el por qué de esta tradición. Siendo pequeña en Cuba, mi familia viene de la religión Yoruba, allí algunos santeros la asocian con Oya la dueña de la entrada al cementerio, reina delos Ikú, los muertos o espíritus, se ne decía que un hijo legítimo de Oya tenía tendencia a perder su cabello si no se coronaba la Osha, o sea santo, quizás por eso la tendencia de cortar las puntas. Aunque aún no queda bien clara esta superstición.

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