domingo, 28 de abril de 2024

Marcar dos veces o más… ¿y después?

Los tatuajes inundan nuestra cotidianidad, pero, ¿qué pasa si un día ya no queremos tenerlos?...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 25/05/2013
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Tatuajes en Cuba
”Un tatuaje es una herida en nuestra piel".

Rosas, libélulas, delfines, dragones, imágenes religiosas, tribales, letras chinas, estrellas… Miles de motivos gráficos inundan algunos cuerpos en este siglo, sin importar el sexo, el origen social o el nivel de instrucción.

Uno, dos o muchos más se disputan espacios en la piel, con más o menos colores… La moda, el embullo o ciertas razones sentimentales pueden ser las causas que se oculten tras un tatuaje, del cual muchos permanecen “enamorados” toda su vida.

Sin embargo, cuando el arrepentimiento toca nuestra puerta, o determinadas circunstancias se muestran exigentes, ¿qué podemos hacer?

Mi colega Eddy Alberto sintió que se le unía el cielo y la tierra. La ninfa que llevaba en su antebrazo derecho debía ocultarse si quería aceptar la conducción de aquel programa televisivo. “Pensé que podía resolverlo todo con un láser, como sucede en otros países. Cuando me explicaron que en Cuba no existe esa tecnología para este propósito, pensé que no tendría salida”, me cuenta.

Cuando nos tatuamos, no pensamos en futuras situaciones que se nos puedan presentar, añade. “Y yo no estoy en contra de esta moda, tan antigua como el origen mismo del hombre, pero sí abogo porque quienes deseen formar parte de ella elijan bien el diseño que llevarán en su cuerpo y, sobre todo, el lugar en el que lo llevarán. No es tan fácil esconder después aquello que es tan visible”.

Al respecto, la doctora Lenia Sánchez Wals, especialista de primer grado de Cirugía Plástica y Caumatología, explica que si se quiere retirar un tatuaje, lo primero que hay que saber es que no debe socorrerse a remedios caseros, como la quema con una cuchara caliente o una plancha.

“Se recomienda acudir a una institución hospitalaria donde se brinden servicios de Cirugía Estética, a sabiendas de que no contamos con técnicas muy avanzadas como las que se encuentran en otros países y que, a pesar del empeño y la profesionalidad del especialista, el resultado siempre será antiestético”.

—¿De qué manera puede eliminarse un tatuaje?

—Puede ser a través de la dermoabrasión, con el empleo de expansores de piel (si son dibujos muy grandes), mediante el contratatuaje y por exéresis con afrontamiento de bordes, que es la que utilizamos en nuestro país.

“Este método consiste en cortar la imagen, poco a poco cada vez, luego de suministrar anestesia local, por supuesto. Después se estira la zona de piel del tatuaje y se corta, eliminándose así porciones de la piel y luego suturando los bordes. La herramienta es el bisturí y, en dependencia del tamaño del dibujo, sus colores y otros factores, este proceso deberá repetirse tantas veces sea necesario, lo que hace que en determinadas partes de nuestro cuerpo, como el bíceps, por ejemplo, se reduzca el diámetro.

”El uso del láser es imposible, pues no contamos con lo requerido para este propósito, y aunque los resultados son impactantes, ni aun con esta alternativa la piel vuelve a ser la misma, y todos deben saberlo”.

—¿Qué factores inciden en el resultado que se obtenga?

— El lugar del cuerpo donde esté el tatuaje es importante, pues en algunas zonas como la V del escote, los senos, la ingle o el pie resulta muy difícil retirarlo, no tan así en el pecho, la espalda o el brazo. Si, además, fue realizado por algún aficionado, es un detalle revelador, ya que a diferencia de los profesionales, sus diseños tienen mayor profundidad del pigmento.

“Estamos hablando de una intervención quirúrgica como cualquier otra, ante la cual existen los riesgos asociados a cualquier infección o complicación post-operatoria. No obstante, el resultado siempre será antiestético y, si esto es así, en el caso de un tatuaje, la afirmación cobra mayores magnitudes cuando se trata de una escarificación. Esta ‘moda’ que se ha expandido en los últimos tiempos consiste en lograr dibujos en la piel a través de las cicatrices, y evidentemente, si se quisiera su eliminación sería mucho más compleja.

”Existen tatuajes con fines médicos, como los que se les recomiendan a quienes padecen de alopecia (caída de vellos) en las cejas, por ejemplo, o en la reconstrucción del complejo areola-pezón en las mamas, cuando la paciente se somete a una mastectomía.

”Los otros tatuajes, los que se hacen como parte de la moda en la actualidad —y tal vez como los que se hicieron los egipcios, los japoneses y los samoanos en otras épocas, y que son el resultado de punciones con agujas cargadas de tinta, conectadas a un aparato que trabaja sobre nuestra piel de manera similar a una máquina de coser—, son permanentes. Precisamente, la palabra tatuaje se deriva del samoano tátau, que significa marcar o golpear dos veces.

”Un tatuaje es una herida en nuestra piel. Por ello, estar convencidos de que siempre nos gustará, elegir el lugar en el que lo llevaremos, el diseño, el color y todos los detalles relacionados con él, así como hacérnoslo con alguien que mantenga normas higiénicas, es imprescindible. Hay decisiones que se llevan toda la vida, y no siempre echarlas hacia atrás puede ser como lo esperamos”.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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