jueves, 25 de abril de 2024

La Villa Roja cambió, y crece (+Fotos)

Artemisa, sede de la celebración por el Día de la rebeldía Nacional, se empeña en superar los retos económico-sociales que el país le exige y necesita...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 24/07/2014
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Hace tres años, todo cambió para Artemisa, otrora municipio de La Habana. Amaneció un día con la misión de convertirse en cabecera de la provincia de igual nombre, junto a Mariel, Guanajay, Caimito, Bauta, San Antonio de los Baños, Güira de Melena, Alquízar, Bahía Honda Candelaria y San Cristóbal. Desde entonces y hasta la fecha, le ha tocado asumir retos socioeconómicos que deben, en correspondencia con lo que el presidente Raúl Castro aseveró, demostrar lo que el socialismo puede alcanzar en nuestra tierra, pues potencial y voluntad de pueblo le sobran.

Con un nuevo modelo de gestión del Gobierno, la aplicación de nuevas concepciones en la dirección política y administrativa del territorio y con la puesta en práctica, de manera experimental, de un nuevo sistema de comercialización de productos agropecuarios con el que se reduzcan las pérdidas y se simplifiquen los caminos entre el productor agropecuario y el consumidor final, Artemisa exhibe ya resultados alentadores.

Lejos de regodearse en orgullos banales, sus pobladores siguen esmerándose para que continúe siendo una tierra de fuerte base agrícola y para que el desarrollo industrial alcance mejores índices.

En ese sentido, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM) es un pilar esencial en el cumplimiento de esa meta, pues es la oportunidad que tendrá Cuba para incrementar la exportación, la sustitución efectiva de importaciones, los proyectos de alta tecnología y de desarrollo local, así como para generar nuevas fuentes de empleo, según explicó Juan Domínguez, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular en la Mesa Redonda del pasado miércoles Artemisa: una provincia que crece.

Sin dudas, Mariel será un polo atractivo para la inversión nacional y foránea, pero desde allá coloca beneficios en la cotidianidad de los artemiseños, al decir de Ana Teresa Igarza Martínez, directora de la Oficina Reguladora de la ZEDM. “Los pobladores de esta provincia ya pueden disfrutar de los servicios de un vial ferroviario que cada 25 minutos permite el trasiego de pasajeros desde allá hasta la capital. Alrededor de 1 500 artemiseños laboran en esta zona y es esta, además, una manera de que un proyecto de desarrollo con beneficio nacional, tenga también un impacto positivo en la microlocalidad”.

No obstante las perspectivas futuras de la ZEDM, Artemisa sigue siendo un lugar de la geografía cubana eminentemente agrícola y sus potencialidades en ese sentido deben superarse cada vez, con el objetivo de satisfacer de manera creciente las demandas de la población local y de la capital, principal fuente de destino de las producciones.

Tomás Rafael Rodríguez López, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal, precisa que las nuevas formas de comercialización han tenido una buena acogida en Artemisa, pues los resultados satisfactorios así lo avalan.

“Este es un territorio con capacidad para desarrollar los cultivos varios, que superan las 342 000 toneladas para responder a la demanda en La Habana y la zona. Son 37 las cooperativas nuestras que venden directamente en la capital con 77 mercados arrendados para ese fin, y nos sobran condiciones para dar el golpe de producción necesario para el país, porque un crecimiento anual por encima de las 20 000 toneladas es un buen fruto, pero aún es insuficiente”.

En cuanto al desarrollo ganadero, Rodríguez López destacó que el futuro es cercano y sin incertidumbres. “Nuestros planes se perfilan para el 2025, pero el proceso se puede acelerar, pues contamos con el personal necesario, las estructuras y la base genética para ello. Tenemos que trabajar en la limpieza de las áreas de maleza, en la garantía del flujo zootécnico, en el sistema de control de ganado, pero ya vamos avanzando”.

No es un secreto, ya que Artemisa es la mayor productora de viandas y huevos del país, y que los litros de leche anuales superan los 20 millones. “En la empresa avícola tenemos un potencial loable, pues este año rebasaremos los 243 millones de unidades y la empresa porcina puede dar un salto de calidad por encima de las 12 400 toneladas de carne”.

La venta de tabaco torcido y de la capa se incrementa, así como la producción de semillas y de café, que se recupera con nuevas plantaciones. “Ni siquiera nos preocupa que el 70 por ciento de nuestra población se concentre en áreas urbanas, pues estadísticamente consta que 63 788 hectáreas de tierra se le han entregado a personas naturales y jurídicas que se han sumado al aumento en la producción que necesitamos”, agregó Rodríguez López.

Ejemplos positivos sobran, porque las producciones de bombones artesanales, de galletas y polvo para empanar, de dulces en conserva y mermeladas, y hasta del vino Soroa arrojan números que dejan detrás un sueño, una quimera, para demostrar que son palpables en la cotidianidad.

Desde el punto de vista social, Artemisa asumió la creación de una Universidad integral y el sector de la social es de los más modificados, en tanto el acceso a la mayoría de los servicios hospitalarios se tenía únicamente en la capital, y ahora se tienen en el territorio. “Se han recuperado servicios antes inexistentes con la consiguiente inversión en equipos e infraestructura, se dotó la zona de condiciones para el ejercicio de especialidades ausentes, se trabaja intensamente para fortalecer las condiciones higiénico-epidemiólogicas y se mejoran las condiciones constructivas de las instalaciones de la atención primaria de salud, entre ellas 453 consultorios de médico de la familia”, apuntó Armando Andrés Marrero Mederos, director provincial de Salud Pública de Artemisa.

Mandar a hacer unos espejuelos, restaurarse una pieza dental, recibir tratamiento contra la infertilidad e, incluso, estudiar medicina ya no son aspiraciones vacías, añade, porque para cada una de esas demandas, Artemisa tiene ya con qué responderlas, aunque nos quedan todavía otras por satisfacer.

Visitar a la Villa Roja por estos días es la manera de encontrar el porqué de un epíteto tan singular, teniendo en aquellos 28 hijos participantes de las acciones del 26 de julio de 1953, la razón. Pero, es también la posibilidad de conectar palabras con hechos. Es la mejor opción para confirmar que todo lo que hace años se habló, se proyectó, se planeó, hoy encuentra realmente concreciones, aunque también emerjan convencimientos en torno a los retos que la provincia tiene por delante.

Claro que uno de ellos es la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, enclavada casi en el medio del territorio, pero también están otros en la agricultura, la ganadería, la educación, la salud, la industrialización, la cultura, el deporte. El más importante de todos, que no termina con la pintura recién dada con vistas a la celebración del acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, es el de demostrar lo que el socialismo cubano puede lograr.

Con orden, disciplina y exigencia se trazan las líneas del triunfo, aseguró José Antonio Valeriano, primer secretario del Partido Provincial en Artemisa, pues se trata de darle continuidad a lo que empezó hace tres años y superarlo.

Si ya la identidad y el sentido de pertenencia se afianzan en cada habitante de esta Villa Roja, ¿cómo no podrá suceder igual con el tesón, el ímpetu y la entereza para desafiar lo que sobrevenga? Ya Artemisa cambió, ahora le toca crecer.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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