sábado, 20 de abril de 2024

La medicina cubana: dignidad y compromiso (II y final) (+Fotos)

El acceso a los servicios médicos es un derecho humano. Vendrán muchos Trump y Bolsonaro, pero la medicina cubana se erigirá siempre como bandera de dignidad...

Dunia Torres González en Exclusivo 04/12/2018
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Más Medicos en Brasil
la cooperación médica de Cuba y sus instituciones de investigación científica con otras partes del mundo se extiende rápidamente en beneficio de la humanidad

El compromiso de Fidel no se limitaba a Cuba ni a Latinoamérica, era más ambicioso: formar tantos médicos como eran necesarios en el mundo, porque “…cada persona y cada pueblo tiene derecho a una vida sana y a disfrutar el privilegio de una existencia prolongada y útil, las sociedades más ricas y desarrolladas, dominadas por el afán de lucro y el consumismo, han convertido los servicios médicos en vulgar mercancía, inaccesibles para los sectores más pobres de la población. En muchos países del Tercer Mundo tales servicios apenas existen. Y, entre los desarrollados y los eufemísticamente calificados como ‘países en desarrollo’, las diferencias son abismales”.

Los poderosos del mundo se han afanado en hacer una línea limitante entre las naciones, usando como excusa el nivel de riqueza, y en ese plan han puesto en riesgo uno de los derechos inalienables de los seres humanos: la salud. Según la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de la Unesco, en su resolución 217 A (III), del 10 de diciembre de 1948, artículo 25, “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

Por lo tanto, es un deber de los Estados facilitar el acceso a los servicios médicos y ser garantes, salvaguardas y fieles vigilantes de los factores que interfieran en el logro de este objetivo. A pesar de esto, las estadísticas del 2017 demuestran que existen países con tasas de mortalidad infantil extremadamente altas, como es el caso de Afganistán, donde fallecieron 110 bebés por cada mil nacidos vivos durante el primer año de vida. En casos similares se encuentran Somalia, República Centroafricana, Guinea-Bissau, Chad y Níger. En Latinoamérica, por su parte, las tasas más preocupantes se encuentran en Haití (24,6) y Dominica (24), y le siguen República Dominicana (20,8) y Guyana (20).

En contraposición, Cuba, un país subdesarrollado, bloqueado y tercermundista exhibe una tasa de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacidos vivos, mucho más honrosa que algunas naciones del primer mundo que se vanaglorian de su riqueza y descuidan los aspectos sociales, mientras aumentan sus gastos en armas y en publicidad comercial.

“Es un hecho real que la cooperación médica de Cuba y sus instituciones de investigación científica con otras partes del mundo se extiende rápidamente en beneficio de la humanidad. No tiene por ello nada de extraño la conducta de Cuba, que no vaciló en ofrecer al pueblo de Estados Unidos el inmediato envío de personal médico experimentado con los recursos indispensables para la atención urgente de personas en riesgo de muerte a causa de un gran desastre natural”, aseguró Fidel, el 19 de septiembre de 2005, en el acto de constitución del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve y graduación nacional de estudiantes de Medicina, en la Ciudad Deportiva.

Esa ayuda que ofreció Cuba tras el paso devastador del Katrina sobre Nueva Orleans fue rechazada por Estados Unidos. Aun así, se constituyó el contingente y se puso a disposición del mundo. La brigada de especialistas cubanos estuvo en Haití para aliviar las secuelas del huracán Georges en diciembre de 1998 y, en este año, socorrieron a los damnificados del huracán Matthew y a los lesionados del terremoto de 5,9 en la escala de Richter.

Asimismo lo hicieron en Ecuador, en abril del 2016; en México para ayudar a los damnificados por el terremoto del 7 de septiembre del 2017; en Escuintla, Guatemala, socorriendo a la población luego de la potente erupción del Volcán de Fuego del 3 de junio del 2018; en Venezuela, Trinidad Tobago, Jamaica...

El 6 de febrero del 2018 se cumplieron 12 años de presencia en Bolivia. En Dominica prestaron asistencia a los damnificados por el huracán María. Y una de sus proezas más significativas, sin lugar a dudas, se llevó a cabo en el combate contra el ébola en África Occidental, en octubre del 2014 en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry.

Médicos cubanos en comunidades bilingües de Patacamaya, Bolivia (Foto: Lizet Márquez).

Médicos cubanos en Sierra Leona combatiendo el ébola (Foto: Invasor).

EL CASO DE BRASIL

El presidente cubano Miguel Díaz-Canel publicó en su cuenta de Twitter: “…son Más que Médicos porque llegaron a donde nadie llegó”, y este es el sentir de toda Cuba. El programa Más Médicos llegó a Brasil gracias al empeño del gobierno de Dilma Rousseff, que previó la presencia de galenos cubanos “para resolver las necesidades de atención básica de salud de millones de brasileños residente en zonas rurales, en la Amazonía, en comunidades indígenas y lugares de riesgo a los que otros médicos no acudían”, explicó en sus declaraciones Yaira Jiménez Roig, directora de Comunicación e Imagen de la cancillería cubana.

El primer convenio fue suscrito en el 2013 con el gobierno del Partido de los Trabajadores, y el segundo con el gobierno de los partidos del Movimiento Democrático Brasileño y de la Social Democracia Brasileña. Esta fue una respuesta de Cuba a la necesidad de los pobres. Los médicos cubanos cruzaron ríos, fueron a lugares donde nunca se había visto un puesto de salud primaria, por lo tanto, este programa no fue diseñado con el propósito de obtener ingresos.

“El dinero que llega a Cuba como parte de la cooperación médica con Brasil contribuye a financiar los servicios sociales de 11 millones de cubanos, incluidos los familiares de los médicos en el exterior. El dinero no va a la cuenta personal de nadie ni sirve a intereses individuales. Mientras algunos utilizan el dinero público para salvar bancos, Cuba salva vidas”, aclaró al respecto el titular del Ministerio de Salud Pública, José Ángel Portal.

Médicos cubanos durante una sesión de capacitación en una clínica de salud en Brasilia (Foto: Eraldo Peres/ AP).

Según se conoció, en Brasil los colaboradores cubanos no pagan transporte, comida ni alojamiento y tienen seguro médico. En dependencia de la tasa de cambio con respecto al dólar estadounidense, ellos reciben directamente de las alcaldías un estipendio de 1200 dólares, entre 200 a 700 para la alimentación, entre 700 a 3000 para pago de alojamiento y poseen un seguro médico, más el salario en Cuba de 1600 a 2000 pesos, además de pagar el mes de vacaciones.

A eso se le agregaría que no hay pago para retribuir el orgullo de estar haciendo el bien a personas necesitadas; a brindar una luz a los que ya no esperaban nada; a saber que el sentido del ser cubano está por encima del dinero.

Fernando Morais, uno de los más importantes escritores brasileños, expresó el sentir de los más nobles de su tierra: “…al ver al Gobierno brasileño forzando a Cuba a tomar esa decisión que tomó, una actitud digna, una actitud que nos hace estar orgullosos de ser amigos de la Revolución Cubana, al mismo tiempo nos deja profundamente melancólicos, porque sabemos que quien va a pagar eso son los pobres que están esparcidos por millares de ciudades en los confines brasileños; y que los médicos olorosos y limpiecitos que hacen cursitos caros en facultades caras aquí en el sudeste, jamás aceptarán poner sus pies allá”.

“Nunca un médico cubano preguntó de qué partido era un brasileño cuando acudió a su consulta. Nunca a un médico cubano le importó de qué partido político era la autoridad de salud que lo dirigía. De hecho, puedo asegurar que en muchos casos alcaldes y gobernadores de partidos de tendencias políticas de derecha, acogieron con mucha hospitalidad y ofrecieron apoyo total a nuestros profesionales”, puntualizó la directora de Comunicación e Imagen de la Cancillería cubana.

De la dignidad de Cuba es de donde emanan hombres y mujeres de frente alta, laboriosidad, altruismo y humanismo; hombres y mujeres de entrega a su profesión… Vendrán muchos Trump y Bolsonaro, pero la medicina cubana se erigirá siempre como bandera de dignidad.


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Dunia Torres González

Periodista


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