viernes, 29 de marzo de 2024

Disfrutemos de una salud sexual integral e inclusiva

Actualmente la educación sexual en Cuba se caracteriza por una visión integral, enfocada en el género y la diversidad, que aboga por el respeto a la dignidad plena de cada ser humano…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 19/09/2015
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¿Cuál es la educación y salud sexual integral e inclusiva que deseamos para nuestra sociedad? ¿Cómo fortalecer el diálogo político sobre programas más armónicos en estos temas? ¿Hacia dónde se encaminan asuntos como las estrategias de atención a las infecciones de transmisión sexual y el VIH/Sida, salud reproductiva, derechos sexuales como derechos humanos, violencia...? ¿Cuál es el papel de la educación integral de la sexualidad en la agenda por el desarrollo sostenible?

Interrogantes como estas —que muchas veces resultan incómodas, polémicas y tienden a ser ignoradas o banalizadas—, tuvieron su centro de debate en el VII Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, que terminó este viernes en el Palacio de Convenciones de La Habana, y que no dejó fuera la construcción colectiva desde una mirada transdisciplinar e intersectorial de los procesos de educación integral de la sexualidad.

Como explicó la Doctora en Ciencias Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), “vivimos un momento de oportunidad para centrar nuestros esfuerzos en la agenda de desarrollo donde las personas sean la prioridad, y el respeto a todos los seres humanos sea el principio de los procesos de transformación social”.

Quizás por ello uno de los propósitos de este evento es facilitar un diálogo científico anclado en el compromiso político y social de transformar el mundo desde la educación, y en particular, la educación integral de la sexualidad, reconocida como una importante estrategia para que las sociedades y las personas tomen decisiones autóctonas y responsables.

Al decir de la Directora del Cenesex, durante los últimos años se han logrado notables avances relacionados con la educación integral de la sexualidad, la salud y los derechos sexuales en países de diferentes regiones del mundo; sin embargo, aún existen problemas que inciden negativamente en la vida de las personas, principalmente en los países en desarrollo.

No hay dudas que a pesar de las políticas gubernamentales, el panorama en materia de desigualdades, pobreza y en el ejercicio de los derechos no han cambiado sustantivamente. Los ejemplos que se enumeran sobre estos temas evidencian que se hace necesario un enfoque integral en las reflexiones y propuestas con el fin de lograr resultados superiores.

Actualmente jóvenes de ambos sexos continúan infestándose con el VIH; cada día casi un millón de personas contrae una infección de transmisión sexual y 800 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Más de 200 millones de féminas en los países en desarrollo desean evitar el embarazo, pero carecen de acceso a la anticoncepción efectiva, y siete de cada diez en todo el universo experimentan violencia.

Otros datos igualmente son impresionantes: las niñas y adolescentes mueren más por embarazo y parto que por cualquier otra causa; según el informe del Estado de la Población Mundial, del Fondo de Población de las Naciones Unidas del 2013, un estimado de 14 millones de matrimonios infantiles ocurrirá anualmente en los países en desarrollo en la próxima década.

Unido a esos ejemplos, Castro Espín dijo que se ha logrado muy poco en los accesos a los servicios de salud sexual y reproductiva de las poblaciones más empobrecidos. La mayor incidencia de morbilidad y mortalidad materna, el aborto inseguro y otros indicadores relacionados con la salud sexual y reproductiva se observan entre las mujeres y niñas en condiciones de vulnerabilidad y en los países más pobres.

¿Cómo hacer frente a esas situaciones? Hoy no se trata solo de conocer, sino de transformar, y más que nunca urge tomar medidas que cambien las realidades sobre las cuales se construyen las agendas políticas respecto a los temas de la salud y sexualidad reproductiva. Según la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo del Cairo, la educación es un factor clave del desarrollo sostenible, indispensable para lograr el bienestar, la salud y la calidad de vida.

En tal sentido la Directora del Cenesex, manifiesta que “el acceso a la educación contribuye a reducir las tasas de mortalidad, retrasar la edad para el matrimonio, empoderar a las mujeres y a las niñas, fomentar la equidad de género, la democracia y el ejercicio pleno de los derechos humanos, entre los cuales deseamos que se incluyan los sexuales”.

CUBA CON ENFOQUE DE GÉNERO Y DIVERSIDAD

La Mayor de las Antillas no está alejada de estos y actualmente la educación sexual en Cuba se caracteriza por una visión integral, enfocada en el género y la diversidad, que aboga por el respeto a la dignidad plena de cada ser humano. Sin embargo, como han reconocidos expertos en el tema pasó antes por un largo proceso iniciado bajo una concepción bionormativa centrada en las mujeres y su función reproductiva.

Al cumplirse el medio siglo de Educación Sexual en nuestro país, Castro Espín recordaba que “la Revolución de 1959 significó el logro de la soberanía nacional, la puesta en práctica de un proyecto de justicia y equidad social y el comienzo de transformaciones más profundas y radicales en la historia de la nación y su cultura. Un acontecimiento de tal magnitud no podía sino modificar las políticas de las sexualidades y los cuerpos”.

La Federación de Mujeres Cubanas dio los primeros pasos en este camino cuando en los años 60 comenzó a articular un proyecto genuino de empoderamiento de las mujeres como sujeto de derecho, sin dejar de lado a los hombres, que se ha extendido hasta la actualidad en estrategias por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género.

Muy válido ha sido la instrumentación del Programa Nacional de Educación Sexual y las diferentes acciones desarrolladas, sobre todo en las escuelas donde se han buscado vías más adecuadas para abordar de manera creativa temas que preparen a menores, adolescentes y jóvenes para su vida sexual, reproductiva y familiar, siempre en correspondencia con el grado que cursa, su edad e intereses.

Como afirmó el Doctor José Ángel Portal Miranda, viceministro primero de Salud Pública, este Programa es resultado de la voluntad política del Estado Cubano y esta regido por los principios de equidad y justicia social que han caracterizado el proceso revolucionario cubano desde 1959 y que tiene una perspectiva de género que no centra el análisis exclusivamente en las diferenciación hombre-mujer, sino con un enfoque ético orientado hacia la dignificación e integración social.

Señaló que sonincalculables los esfuerzos que hoy mantiene Cuba a favor de una salud sexual integral e inclusiva. “Tras el triunfo revolucionario, y con la constitución del Sistema Nacional de Salud, se brinda atención al cien por ciento de la población de manera gratuita, accesible, regionalizada, integral, al alcance de todas las personas, sin discriminación de ninguna índole, con participación comunitaria e intersectorial”.

Uno de los logros cubanos ha sido la salud de la madre y el niño  dando prioridad a la prevención de la mortalidad infantil alcanzando resultados comparables con los de cualquier país del llamado primer mundo. Además el pasado año nuestro país alcanzó una tasa de mortalidad infantil de 4.2 por mil nacidos vivos y en junio de este 2015 fue el primer país del mundo en certificarse como libre de transmisión materno infantil de sífilis y VIH.

Se trata de haber conseguido en Cuba una política exitosa en materia de educación sexual y debilitar los cimientos de una cultura patriarcal… sin dejar a un lado que aún impera una sociedad machista; pero como aseveró Portal Miranda, estamos conscientes que la sexualidad es parte esencial de la existencia humana, que se experimenta tanto a nivel individual como en las relaciones sociales. Entonces, disfrutemos de una sexualidad plena, sana y responsable.


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Yuniel Labacena Romero


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