viernes, 19 de abril de 2024

A la playa voy (+Fotos)

Después de un mes de julio que amenazaba con romper récord en temperaturas, los cubanos continuamos combatiendo el calor con las playas…

Javier Montenegro en Exclusivo 08/08/2014
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Playa a destiempo 05
Las playas cubanas son la mejor opción para el verano.

El calor es insoportable. Son las cinco de la tarde. La jornada laboral ha terminado y quedan más de tres horas de luz solar. Mañana es jueves y debe entrar al trabajo temprano. La decisión se le antoja sencilla. Irse para la playa para liberar estrés, energía y refrescar. Manuel González, un bañista habitual de Boca Ciega, es consciente de que el único problema es el transporte, pero este no le va a espantar. Una guagua llena de personas no es más que un incentivo para terminar en las cálidas aguas que vayan el archipiélago cubano.

“¿Qué más se puede hacer? Es gratis y estás en un ambiente natural, sin cloro de piscina ni aguas orinadas. No sé, yo prefiero estar aquí en la playa, tostarme con un sol ligero y refrescar. El mar te cansa, te mantiene activo, es muy fácil despejar si te pasas dos horas dentro del agua, el cansancio te hace olvidar”. Como Manuel, piensan una gran cantidad de cubanos. Las principales playas de la capital se llenan en horas de la tarde, cuando el sol no castiga tan fuerte. Niños, adolescentes, mujeres, hombres, ancianos, el calor no distingue entre edades ni sexo.

El problema de darse el chapuzón es “el viaje. Las guaguas están siempre repletas, y aunque pongan refuerzos, siempre es complicado montarse en una. Yo soy joven, y con un poco de fuerza logro colarme, pero otras personas no son tan ágiles”. Su historia la puede corroborar Ángel Hernández, un señor de sesenta y cinco años que trata de darse un bañito en el mar al menos una vez por semana.

“Es en dependencia de la hora. Si sales cuando el sol está rajando las piedras, el viaje no es tan complicado, pero cuando llegan las cinco o seis de la tarde, y se juntan quienes van para sus casas y los que prefieren bañarse cuando hay poco sol… entonces sí es infernal”. Ahora a los horarios picos se les agregan los bañistas, por eso en los veranos siempre se colocan “refuerzos”, guaguas que recorren exclusivamente esa ruta para evitar las recordadas escenas épicas para montarse en un "camello" en los peores años del período especial.

A pesar de que bañarse en el Malecón no está permitido, muchos desobedecen a las autoridades con tal de bajar la temperatura con el agua. Lo más habitual es ver a los adolescentes, que tras cruzar como flechas la calle Malecón, se lanzan al vacío. Una mezcla de adrenalina se suma al placer del chapuzón. Jorge Ibáñez, un habitual de estos saltos desde el muro, de 14 años, confiesa que es más divertido bañarse cuando saben que no está permitido. “Es como no pisar el césped, si te atrapan te ponen una multa o llaman a tus padres para que te recojan de la unidad, pero no pasa de eso, a menos que seas reincidente. Yo no puedo evitarlo, el agua es mi vida, y no pienso montarme en una guagua para bañarme en el mar cuando lo tengo a dos cuadras de mi casa”. Otros no piensa como Jorgito y comprenden la decisión de las autoridades. “Es lógico que no dejen bañarse en esas aguas –nos comenta José Ernesto, padre de dos hijos–  además del peligro que implica, porque los muchachos son entretenidos y si se alejan un poco de la costa, no hay Dios que logre traerlos de regreso; es mejor precaver, aunque también sé que puede ser frustrante estar frente al mar y no darse un una mojadita”.

En pocas palabras, los habaneros tienen calor, y como vivimos en un país con costas, aprovechan el mar para bajar la temperatura corporal. La playa y el malecón son sus principales armas para combatir el verano, y quizás algún río no muy limpio donde algunos atrevidos prefieren lanzarse, porque aquello de que el agua de manantial es más fría y por tanto, mucho mejor para estos calurosos días de verano.


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Javier Montenegro

Amante del fútbol desde el 4 de julio de 1998 y escribidor del más universal hasta el último día...


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