jueves, 18 de abril de 2024

Por una simple visa…

Una vez más el conflicto migratorio entre Estados Unidos y Cuba corta utopías de raíz...

Iris Leydi Madera Iglesias en Exclusivo 30/05/2017
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Embajada de Estados Unido en Cuba
El gobierno de Estados Unidos niega visas a universitarios cubanos.

Desde la pasada semana una noticia ha causado indignación en el pueblo cubano, con mayor fuerza en la juventud: Tres estudiantes de la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca vieron truncado su sueño, el ideal que guió tantas horas de desvelo. El gobierno de Estados Unidos les negó la visa para participar en el Concurso Internacional Universitario de Programación de la Asociación de Máquinas Computadoras.

Concursantes de prestigiosas universidades de 44 países acudirán al certamen conocido por las siglas ACM-ICPC que sesionará en Dakota del Sur del 20 al 25 próximos. Tiene el valor de una Olimpiada o Mundial de Fútbol de la Informática a nivel global, de ahí el mérito de esos muchachos por haber clasificado hasta tal escaño, luego de vencer en las eliminatorias a nivel de escuela, país y región caribeña.

Sin embargo, la delegación nuestra solo estará representada por el equipo UH ++, de la Universidad de La Habana, mientras el Team sUrPRise, integrado por los pinareños Elio Alejandro Govea, Manuel Alejandro Díaz y José Guerra, deberá quedarse en casa.

“Los organizadores nos dijeron estar apenados por ese hecho. Cada vez que nos comunicamos con ellos, nos ofrecían disculpas, porque no es algo normal”, añade José. “Este es un evento internacional, las sedes se van rotando por todo el mundo y Estados Unidos es el único lugar que ha presentado este tipo de problemas”, refirió hace poco uno de ellos en entrevista concedida al periódico Granma.

Es cierto que ocurren situaciones como esta en el contexto del deporte, la educación y el intercambio cultural a nivel internacional, no es “algo normal”, pero si del vecino norteño se trata, ya saben los cubanos a qué atenerse. En reiteradas ocasiones les han sido negadas visas de estudio y trabajo a profesionales, así como la participación de artistas de acá en las ceremonias de entrega de premios como los Grammy, entre otros.

Paradójicamente, hemos sido víctimas de manifestaciones de robo de cerebros, práctica que sin miramientos el Imperio ejerce con muchas naciones subdesarrolladas del orbe, pero en el caso de la Isla ha tomado particular ensañamiento.

Recordemos el programa de Parole, invención de la administración del expresidente George W. Bush, que alentaba la emigración hacia su territorio de colaboradores cubanos de la salud, luego de abandonar sus misiones, perjudicando así los proyectos de cooperación internacional de la Isla. Este esquema, al igual que el de los pies secos-pies mojados, fue eliminado a inicios de este año, como parte de una declaración conjunta entre ambos gobiernos, resultado de un proceso de revisión de cuestiones que laceraban las relaciones migratorias de un lado y de otro.

Desde el 14 de enero del 2013 rigen en Cuba nuevas leyes migratorias que constituyen una actualización de los procesos que tenían lugar hasta el momento. La esencia fue y continúa siendo garantizar el orden, la seguridad y legalidad en este sentido, respetando el derecho de los ciudadanos a viajar, migrar, así como a regresar a la Patria sin impedimentos.

En el caso particular de los Estados Unidos, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas deviene un paso de avance, pero aún quedan escollos en el camino, como en el ejemplo antes descrito: la imposibilidad de la Universidad de Pinar del Río (UPR) de colocar a sus discípulos en una relevante competición, por causa de una simple visa denegada, lo cual demuestra que la tirantez no es solo de este lado, postura que muchos enemigos de la Revolución pretenden fomentar en la opinión pública en plan de demonizar.

Tampoco acaba de derogarse la Ley de Ajuste Cubano, reclamo reiterado ante organismos internacionales, por debérsele el saldo de tantas vidas robadas, tantas utopías ahogadas en el mar tras escuchar a las sirenas que entonan la tonada que dicta el Tío Sam.

Siendo quien escribe otra egresada de la UPR, conocedora de la constancia de los estudiantes de Informática y Telecomunicaciones en la participación en los eventos de ACM-ICPC, que se realizaban a nivel de base, realmente sentí rabia al conocer sobre la injusticia cometida contra estos muchachos, que es además un desagravio para sus profesores, el rectorado, la institución en general. Sin embargo, confío, como se que también confía Cuba entera, en estos jóvenes sencillos talentosos, cuya gloria ningún documento migratorio, ni el ensañamiento de una embajada les logrará quitar.


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Iris Leydi Madera Iglesias


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