sábado, 20 de abril de 2024

Festival a lo cubano

Los Festivales Provinciales de la Juventud y los Estudiantes han sido un espacio para sentir bien cerca y en nuestro propio escenario el XVIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 16/11/2013
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Festival Mundial de la Juventud y los estudiantes 2013
Los Festivales Provinciales les han permitido a los jóvenes cubanos vivir el espíritu de la cita.

Como un verdadero suceso, que ha dejado una huella profunda en cada joven cubano y se ha multiplicado por la Mayor de las Antillas, se definen los Festivales Provinciales de la Juventud y los Estudiantes, esa iniciativa cubana que llevó a sentir bien cerca y en nuestro propio escenario la cita mundial, que se celebrará el próximo diciembre en Ecuador.

Por vez primera desde el surgimiento de estos encuentros en 1947 en Praga, Checoslovaquia, las provincias han vivido intensamente un Festival, tal cual sucede en el foro de las juventudes progresistas y democráticas del planeta, que busca aunar esfuerzos y voluntades en favor de la paz y en contra del imperialismo.

Ese fue desde un inicio el propósito del Comité Nacional Preparatorio cubano, como declaró José Ángel Maury, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Nacional de la UJC, para propiciar la participación mayoritaria de los jóvenes y los estudiantes, a fin de generar un movimiento cuya impronta deberá reflejarse en los análisis de Quito.

Artemisa y Cienfuegos fueron los primeros territorios en iniciar el espacio de debate. Desde entonces, cada fin de semana hasta tres provincias se juntaron para realizar su Festival con la participación de alrededor de 150 jóvenes, quienes hicieron de estos foros un sitio necesario para el análisis y el intercambio de experiencias de diversos temas.

Fueron decenas de paneles, talleres, mesas redondas y conferencias, donde se reflexionó sobre la lucha por la paz y contra el imperialismo, los derechos humanos, el acceso a la educación, la ciencia, la cultura y las nuevas tecnologías, muchos de los reclamos que tienen hoy jóvenes y estudiantes del mundo.

También se discutió acerca de la realidad de Cuba, sus logros durante más de 50 años, las transformaciones económicas y sociales en marcha y la participación juvenil en la vida nacional y de la provincia, como garantes de la continuidad de la obra de la Revolución.

La calidad, madurez y riqueza primó en los debates. Ninguna opinión, experiencia y propuesta fue desechada, sino que es parte de las memorias de estos festivales provinciales y del enorme arsenal de ideas que Cuba llevará a Ecuador a nombre de todos sus jóvenes.

Pieza clave en el programa político fue el Tribunal Antiimperialista, en el que los jóvenes juzgaron al gobierno de Estados Unidos por los crímenes contra la humanidad, el injusto encarcelamiento de los Cinco y los planes injerencistas para quebrantar al pueblo cubano.

En muchos de ellos la presencia de protagonistas arrancó lágrimas y dio fuerzas para seguir batallando por un mundo mejor. Elián González, Carlos Serpa, Raúl Capote, Nemesia Rodríguez y otros familiares y víctimas de acciones terroristas fueron de los cientos que compartieron sus vivencias en estos escenarios.

Decenas de jóvenes de otras naciones que se forman en la Isla también asistieron a los encuentros y compartieron lo más distintivo de su realidades y cultura con los colegas de estudios cubanos y la comunidad, lo que ha hecho que los festivales se conviertan en multinacionales.

En ellos quedó finalmente conformada la delegación cubana de más de 200 jóvenes a la cita ecuatoriana. Los elegidos en cada provincia se sumaron a los 30 que de manera directa ya habían ganado este boleto. Todos ellos constituyen valiosos referentes del quehacer juvenil y baluartes indiscutibles en el estudio, el trabajo y la defensa.

La representación nacional es un reflejo de la sociedad cubana actual y expresión de las principales transformaciones que vive el país. El proceso no se limitó solo a centros con militantes de la UJC, sino en cualquier entidad donde existían jóvenes menores de 35 años con disposición, cualidades y méritos.

De todo hubo en estos encuentros. No fueron solo reuniones y debates, fue también una gran fiesta para exponer lo mejor del arte y la cultura. Luego de soltar mochilas en cada villa y de conocerse o reencontrarse, los jóvenes participaron en cientos de actividades que llevaron a que el festival generara un gran movimiento de pueblo desde el Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí.

Carnaval de nacionalidades extranjeras, fogatas por la amistad, festivales deportivo-recreativos, marchas, presentaciones artísticas y de libros, proyección de películas… llegaron a parques, plazas y otros espacios abiertos y con entrada libre, lo que amplió el alcance, repercusión y, por supuesto, la participación de todos en el Festival.

La larga experiencia cubana —incluso como anfitriona de dos festivales en 1978 y 1997—, ha hecho que los encuentros en cada territorio fueran para la reflexión, el debate, la concertación, el intercambio y, también, para conocer nuevos amigos, compartir, celebrar, tal y como sucede en un Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

Cuando este domingo concluyan en La Habana estas citas provinciales, nadie habrá quedado lejos del cónclave de Ecuador. La iniciativa que recorrió todo el archipiélago y cerrará justo el Día Internacional del Estudiante será recordada por muchos como otra forma de juntar sueños y compartir ideas, experiencias y afanes comunes.

 


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Yuniel Labacena Romero


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