viernes, 29 de marzo de 2024

Atletismo: números y alertas

De los resultados cubanos en arenas internacionales y un par de reflexiones sobre la situación actual del atletismo cubano...

Lilian Cid Escalona en Exclusivo 27/09/2012
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Yarisley Silva
Yarisley Silva, ganadora del subtítulo olímpico.

La temporada atlética agoniza; ahí fuera solo queda algún que otro evento de las categorías infanto-juveniles y mucha carretera. Cuba ya cerró su desempeño de temporada y lo hizo con 235 participaciones en 54 competencias del calendario de eventos al aire libre. Intervenciones que reportaron 129 preseas, repartidas en 55 de oro, 45 de plata y 25 de bronce.

No es un secreto que Londres no resultó ser plaza pródiga para nuestro atletismo pero tampoco pienso que el resultado haya tomado por sorpresa a muchos. Los Juegos Olímpicos pusieron fin a un ciclo competitivo que Cuba no recorrió en su mejor condición. Hay que decirlo así, y es que en los mundiales previos solo dos cubanos lograron subir hasta lo más alto del podio. Lo lograron Yargelis Savigne y Dayron Robles en los Mundiales de Berlín 2009 y Doha 2010, respectivamente; todo en la primera mirad del ciclo. Con esos truenos y las marcas que avalaban a los nuestros de cara a la cita de la capital británica, lo acaecido, fue la concreción de lo ya apreciado a priori.

Dos medallas; una de plata y otra de bronce fue el saldo final. Solo 11 atletas (incluyendo a los cuatro integrantes del relevo largo masculino) lograron incluirse en las finales de sus respectivas disciplinas pese a haber concurrido con 47 atletas (de los cuales tocaron pista 46; la excepción fue la novel Sahily Diago suplente del 4x400 femenino).

El resumen estadístico de Alfredo Sánchez Barrios muestra a la pertiguista Yarisley Silva, ganadora del subtítulo olímpico, como la más activa y estable en el año que está por concluir. La pinareña tomó parte en 15 competiciones durante su temporada al aire libre y en 14 de ellas se encaramó en el podio, a razón de 7 primeros lugares, 6 segundos y 1 tercero (7-6-1).

“Casualmente” los atletas que mejor condición mostraron a la sombra del Big Ben coincidieron —casi totalmente— con los que rindieron las actuaciones más destacadas durante la gira de verano de este año. Una prueba más de que los números y la temporada son baluarte a la hora de pensar en posibles resultados de cara a un evento; los “milagros” en el deporte —como en la vida—, hace rato que dejaron de ser frecuentes.

Internacionalmente, el otro que mayor “vuelo” tuvo fue Lázaro Borges; discreto en la pértiga. El capitalino asistió a 14 reuniones, aunque a diferencia de su coequipera, solo concretó 5 podios (3-2-0). Sin embargo, sobre su garrocha descansaba otra de las opciones de Cuba para anotarse a finales.

Mas, el fatídico episodio del implemento quebrado en la fase preliminar de los Juegos Olímpicos no permitió que se revelaran las verdaderas potencialidades de quien pudo haber sido el primer cubano en incluirse en esta instancia.

Detrás de la avanzada donde militan los pertiguistas caminaron dos ilustres de los “lanzamientos”: Yarelis Barrios y Yipsi Moreno. Su actuación bajo los cinco aros debe reconocerse sobre todo porque que dirimieron en dos de las especialidades que mayor concursantes de primer nivel y por ende, rivalidad, exhiben en el panorama competitivo contemporáneo. Barrios, cuarta en el disco (66.38 metros), acumuló un total de 7 lugares (3-2-2) en el podio en las 11 competiciones en las que tomó parte. Yipsi Moreno, en tanto, fue sexta (74.60 metros) en “los olímpicos” y sumó 8 metales (3-4-1) en sus 10 presentaciones de la temporada.

En la pista sobresalió Omar Cisneros, dueño de un año competitivo aceptable con un noveno puesto olímpico incluido. El especialista de los 400 metros con vallas corrió en pistas de Europa, América y hasta África para completar un total de 14 eventos; 10 de los cuales le reportaron medallas. Contendió tanto en 400 lisos como las vallas con balance de 4 oros-1 plata y 3-2-0, respectivamente.

Las distancias obstaculizadas fueron las de mejores resultados en la pista. Mención especial merece Orlando Ortega y su sexto lugar olímpico en los 110mcV. Su actuación se combina con el título mundial juvenil de Yordan O´Farrill en la propia distancia para validar el trabajo del colectivo técnico dedicado a esta especialidad. Una muestra indiscutible del tema “relevo generacional” sobre el que tanto énfasis se hace.

La estrella del evento, Dayron Robles, tuvo un 2012 pálido. Agobiado por las constantes lesiones, el guantanamero no pudo completar la final olímpica y abandonó la pista por molestias después de haber corrido la semifinal en 13.10s, la mejor marca del año para él. Días más tarde en Bruselas, el norteamericano Arries Merrit (ganador de todo en 2012: campeón olímpico y mundial y merecedor del Diamante) detuvo los relojes en 12.80s para arrebatarle la condición de “recordista mundial” que desde 2008 pertenecía a Robles con 12.87s. Dayron completó 3 competencias en 2012, y guarda la victoria de Baie Mahault (Guadalupe 1 de mayo) como la única medalla que consiguió en la temporada.

Así, marcado por las tonalidades grises, fue el camino del atletismo cubano. Nombres como el de Guillermo Martínez, Carlos Veliz y Yargeris Savigne se anotaron en la lista de los de más discreto rendimiento.

Por cierto, que el triple salto es una disciplina que viene lanzando repetidas señales de S.O.S. Lo “mejor” por Cuba fue Alexis Copello que terminó octavo en Londres (16.92) además de haber competido seis veces con 3 primeros lugares en el podio como saldo. Yargelis Savigne, otrora figura a derrotar, a duras penas alcanzó la novena posición en la lid británica y cerró su 2012 sin medallas. Estas son actuaciones que para nada representan motivo alguno de felicidad. El primero se quedó en deuda con los 17 metros y la Savigne, sumó otro capítulo a la increíble historia de descalabros en el nivel mundial que ha patentado en los últimos dos años. Los restantes cuatro cubanos que contendieron apenas alcanzaron a dejar su huella en la arena londinense; sus concursos quedan para el olvido, y aunque en el caso de las féminas, su juventud pudiera considerarse como un factor de peso, queda a la saga del hecho de haber quedado a kilómetros de sus posibilidades reales.

Pasa que se ha vuelto cotidiano que los atletas de nuestro país no lleguen en su mejor forma al evento que se supone, sea el principal de la temporada. Así, el resto la tropa antillana no dejó mucha impronta para reseñar. Y cabe llamar la atención sobre la cantidad de representantes que llevamos a Londres. El fogueo al máximo nivel muchas veces hace la diferencia en el rendimiento de un atleta pero, ¿cuántos de ellos tenían opciones reales y cuántos eran los que verdaderamente necesitaban probarse en el primer nivel?

Entiendo, justifico y hasta aplaudo la decisión de acudir con atletas jóvenes como Ariannis Vichy (67.48 en el martillo), Yaimé Pérez (57.87 en el disco), Denia Caballero (58.78m en el disco) o Rose Mary Almanza (800 m.), por mencionar algunos ejemplos; dada su inexperiencia pero, casos como el de las jabalinistas y otros tantos que ya van por más de dos ciclos olímpicos sin resultados de categoría debieron analizarse antes de proceder con su inscripción.

Es cierto que podemos salir ahí fuera y golpearnos en el pecho por el mérito de haber clasificado a más de cuatro decenas de atletas; un tremendo logro para un país con el tamaño, la población y los recursos del nuestro, pero hay veces (y esta es una de esas veces) que la calidad también debe ser un criterio decisorio.

Sin dudas, las nubes grises que nos cobijaron el Londres y el resultado de Cuba en el campo y pista de los últimos tiempos se vuelven prueba suficiente para llamarnos a capítulo. Algo anda mal y no son únicamente los atletas. Detrás del pobre rendimiento (10 marcas personales logradas, muchas de ellas en eventos que no constituyen la principal especialidad del principal del atleta) hay problemas de planificación, un sistema de entrenamientos que no es óptimo y hasta falta de motivación. Se impone revolucionar y buscar los métodos más idóneos; no es menos cierto el hecho de que no contamos con las mismas posibilidades que la mayoría de los países con los que contendemos pero siempre como cubanos sabemos que siempre se puede buscar una manera y dejar un sendero para que todo pueda salir un poco/mucho mejor…Los dogmas nunca fueron sinónimo de desarrollo y Sotomayor, Ana Fidelia, Iván Pedroso, Osleydis Menéndez y el propio Alberto Juantorena eran extraclases de esos que solo necesitaban de un “barniz” para salir y reventar las pistas y dejar en “entredicho” a los métodos más sofisticados puestos al servicio del deporte. Pero sucedió, en buena medida, porque estaban destinados a ello. Ahora lo que toca es buscar y sacar a flote lo mejor del talento que tienen nuestros deportistas. Ahí queda el reto, un reto inmediato porque del conteo regresivo de cara a Río 2016 ya han transcurrido más de 40 días con sus noches.


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Lilian Cid Escalona

Me gusta contar historias.


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