jueves, 25 de abril de 2024

Opacidad de los movimientos sindicales

El accionar de los sindicatos europeos es uno de los temas preferidos de Xesús Ramón González Boan, de la Confederación Intersindical Gallega...

Marta María González Sojo en Exclusivo 18/08/2014
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El presente de los movimientos obreros, y en particular el accionar de los sindicatos europeos se han tornado opacos si lanzamos una panorámica comparativa de otras etapas donde la lucha se proyectaba con mayor firmeza. El tema tiene muchas aristas y puntos de vista que nos hacen pensar. Para indagar sobre el tema tuvimos la oportunidad de dialogar durante su visita a Cuba, en fecha reciente, con Xesús Ramón González Boan, quien atiende las Relaciones Internacionales y Cooperación, de la Confederación Intersindical Gallega.

—En estos momentos los sindicatos europeos y en particular en España, están apagados, han perdido fuerzas, ¿qué los ha llevado a esas circunstancias?

"Sí, tiene usted razón. Las cosas tienen sus procesos históricos, no ha sido de repente. Una evolución que empezó hace 20 años y que actuó muchísimo fue la caída del Muro de Berlín, y el derrumbe del campo socialista, cuestiones que tuvieron mucho impacto en las organizaciones sociales. Esto fue punta de lanza para que la mayoría de las organizaciones sindicales optaran por replegarse, por entrar en la vía de la negociación del pacto social. Como expresión máxima de la confrontación capital-trabajo, se abandonó todo lo de la concepción ideológica clasista, se optó por entrar en discusiones disímiles: nacionales, internacionales, europeas, más como gestor que como contraparte trabajador. Por otro lado, el neoliberalismo ha avanzado de manera terrorífica, dificultando y oponiéndose a cualquier fuerza social que se enfrente a él. Es una amalgama de situaciones en que poco a poco los sindicatos fueron amoldándose, fueron olvidando y dejaron de practicar lo que es el sindicalismo activo, o sea, de confrontación.

“Es triste decirlo, pero si el neoliberalismo ha avanzado con fuerza en Europa se debe al hecho de que una parte importante de los gremios han colaborado al firmar todo tipo de acuerdos aplicando siempre la teoría del mal menor, han ido cediendo derechos.

”Es verdad que en estos momentos hay indicios de que puede haber una pequeña recuperación, digo desde el punto de vista de la combatividad. Yo no soy excesivamente optimista, por lo menos a medio plazo, pero es a medio plazo porque se ha generado una dependencia, una cultura económica. Está muy enraizada la dependencia pública, esto dificulta muchas veces a las organizaciones dar marcha atrás. Se ha creado un círculo en el que se está completamente entrampado y —claro— las consecuencias las vemos ahora, la combatividad es completamente nula. Mucha declaración de boca, pero poca fe en la calle, no es comprensible dada la terrible crisis que hay en Europa, tanto social como económica, y la acción de la confederación general de sindicatos europea se reduce a convocar a dos o tres manifestaciones de dos horas en Bruselas. No se logra convocar una manifestación, una huelga general en Europa. Eso es un índice de la iniquidad y del retroceso del movimiento sindical social”.

—Desde hace unos años se realizan manifestaciones más o menos grandes buscando mejoras, pero los empresarios se hacen de la vista gorda. ¿Que cree de la huelga en el momento actual?

"Una parte del movimiento sindicalista español se moviliza permanentemente, eso es verdad. Grecia lleva como una decena de huelgas, el pueblo español la mitad o un poco más, lo que no hay una sola mención de que los gobiernos hagan algo, porque estamos frente a un nuevo diseño de la sociedad. Aquello del estado de bienestar social que no era una maravilla, pero era un colchón fuerte. Actualmente hay una remodelación de acabar con todo eso y hay un pacto de que un estado puede ceder y no importa el numero de huelgas generales que haya en la calle, aún no hemos visto retroceso en ninguna de las medidas de ninguno de los gobiernos europeos liberales, es un diseño político que se está aplicando a sangre y fuego".

—¿Qué me puede decir del movimiento sindical gallego?

"Es más dinámico, el nacional tiene un 15 por ciento de afiliación, el de las comunidades autónomas supera el 30 por ciento y es por ese tipo de sindicalismo más combativo que aquí estamos los sindicatos nacionalistas, eso dice que hay otra visión del mundo, no estoy diciendo que seamos maravillosos, pero la crisis es global y nos afecta a todo el mundo y además no tenemos soberanía, pero sí hay un movimiento de resistencia más fuerte, eso es innegable".


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Marta María González Sojo


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