viernes, 29 de marzo de 2024

¿Habrá mar para Bolivia?

Corte Internacional de Justicia de La Haya fallará este 1 de octubre en diferendo con Chile...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 30/09/2018
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Mar para Bolivia-Comité internac. de Justicia
Sea cual fuera el fallo de la CIJ, es un día histórico para los bolivianos, que intentan concretar sus aspiraciones de salir al océano Pacífico otra vez (Foto: Periodismo Popular).

El pueblo boliviano y su gobierno se mantienen expectantes este primer día de octubre ante el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, sobre su demanda de una salida soberana al océano Pacifico por territorio ahora perteneciente a Chile, país que no admitirá “ceder un solo centímetro”, según su presidente Sebastián Piñera.

Bolivia está movilizada desde hace días. Miles de personas esperan en las calles de ese país la decisión del máximo órgano de justicia que, si les es favorable, reconocerá la justicia del reclamo de la administración de Evo Morales, y solicitará a los dos países a un diálogo pacífico que acabaría con el enclaustramiento geográfico de los bolivianos.

En la Corte holandesa que dirime el litigio desde 2015 está presente una delegación liderada por Morales, e integrada por varios de sus antecesores, entre ellos Guido Vildoso (1982), Jorge Quiroga (2001-2002) y Carlos Mesa (2003-2005), invitados especiales para la ocasión, así como los jefes de la Cámara de Diputados y de Senadores de Bolivia, entre otras personalidades.

Las ciudades bolivianas son escenarios de vigilias permanentes en lugares públicos, centros de trabajo y estudio. Las poblaciones esperan para escuchar el fallo de la CIJ este lunes a las 09:00 (hora local) de La Paz sobre la demanda “Obligación de Negociar un Acceso al Océano Pacífico”, proceso iniciado por Bolivia en 2013 y que pasó por exposiciones, réplicas y contrarréplicas en cinco años.

Morales ha resaltado en múltiples ocasiones las razones históricas en que basan su reclamo marítimo y arguyó que “Antofagasta fue, es y será territorio boliviano”.

La petición, precisó, es “un acto de justicia” que “recibió el apoyo de 48 jefes de Estado, 33 cancilleres, 62 comunicados y declaraciones conjuntas, siete de organismos internacionales, 19 personalidades mundiales, dos Papas e incluso de 48 personalidades y líderes políticos de Chile. No estamos solos”.

En opinión del periodista chileno Manuel Cabieses, en artículo publicado en Rebelión, “La razón histórica está de parte de Bolivia. Esta nación suramericana perdió su litoral cuando en febrero de 1879 tropas chilenas, cuyo territorio llegaba solo hasta el río Loa, desembarcaron en Antofagasta. El motivo de la invasión del Departamento del Litoral boliviano se hizo para proteger los intereses chileno-británicos de la Compañía del Nitrato y Ferrocarril de Antofagasta, amagados por un impuesto de diez centavos a la exportación del quintal de salitre”.

Miles de vidas de esas dos naciones y de Perú se perdieron en aquella guerra de rapiña que se prolongó hasta 1884 y permitió a Chile apoderarse de 120 000 kilómetros cuadrados de territorio minero y 400 kilómetros de litoral boliviano.

Las demandas de La Paz se remiten a 1895, cuando gobernaba el vicealmirante chileno Jorge Montt, quien se comprometió a “proveer a Bolivia de un acceso soberano alternativo al Pacífico”. Es decir, un corredor al norte de Arica que comunicara el Pacífico con territorio boliviano. Nada se resolvió.

El diferendo pareció resolverse en 1975 durante las dictaduras de los generales Augusto Pinochet y Hugo Bánzer. Pinochet ofreció los kilómetros necesarios para acabar con la mediterraneidad, sin que ello, según reseña El Mercurio de aquella época, supusiera traición a la soberanía, como estiman ahora exaltadas algunas figuras del espectro político chileno.

Para ese periódico, el gesto de 1975 fue el intento más comprometido con Bolivia, pues Pinochet, amigo de Bánzer, cedería un espacio mayor que el corredor que en los años 50 ofreció el gobierno anticomunista de Gabriel González Videla.

¿Qué sucedió entonces? Perú, el tercer implicado según el tratado de paz y amistad suscrito en 1904, impidió un acuerdo que, opinaron sus gobernantes, perjudicaría sus intereses económicos.

Surgen este 2018 los defensores de la soberanía nacional. Son quienes posiblemente reconozcan que Bolivia debe ganar en La Haya luego de examinarse la justicia de su demanda y —según el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas de 1948, conocido como Pacto de Bogotá— se imponga el diálogo bilateral para encontrar una solución que beneficie al demandante.

El conservador presidente Piñera se reunió hace pocos días con los exmandatarios Ricardo Lagos y Eduardo Frei, a quienes refirió que espera un fallo basado en los tratados suscritos y sujeto a derecho, pero reiteró que “Chile no cederá un centímetro de su territorio”.

Informaciones de la agencia Prensa Latina en la capital chilena indican que el encuentro procuró la unidad nacional de los chilenos. El asunto también fue tratado por el dignatario con parlamentarios de todas las bancadas y presidentes de partidos políticos.

El mandatario dibujó posibles escenarios a sus interlocutores: que la CIJ rechace de plano la petición de Bolivia; acepte la petición; o una alternativa intermedia que invite a las partes a negociar de buena fe, y eso puede ser sin un resultado predeterminado, reflexionó.

Para el excanciller Heraldo Muñoz, titular del Partido por la Democracia (PRO), siempre según PL, la invitación presidencial “nos convoca al grado de unidad nacional que es necesario en estos momentos”.

De manera adelantada, otras voces se alzaron en Santiago de Chile para proclamar la salida inmediata del país del Pacto de Bogotá, lo que impediría la obligación prevista por la CIJ de diálogo binacional.

El ex comandante en jefe del ejército, Oscar Uzurieta Ferrer, exhortó públicamente a seguir el ejemplo de Colombia, que abandonó el Pacto en 2012. Uzurieta solicitó a Piñera darse también la baja en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), espacio integracionista, cuyo desmantelamiento procuran los gobiernos reaccionarios del subcontinente.

También el exembajador Gabriel Gaspar apeló al patriotismo de sus coterráneos para “colocar en tensión nuestra voluntad nacional y soberana”.

Los pronunciamientos de estos individuos, que ocuparon cargos importantes en las administraciones de Michelle Bachelet y Piñera, procuran exaltar el nacionalismo, al igual que otras figuras de la política local, en aras de una mayor ruptura en las deterioradas relaciones de los dos países.

El periodista chileno Pablo Lacoste, de El Mostrador, reconoció que Santiago “se encuentra aislado en el litigio, pues desde hace años la mayoría de las naciones del mundo apoya explícita o implícitamente la demanda boliviana.

”En el mundo globalizado no caben sedicentes patriotismos que encubren intereses ajenos a América Latina. Esas posturas ocultan resabios del fascismo que intenta reaparecer a través de consignas racistas”, precisó.

Sea cual fuera el fallo de la CIJ, este lunes es un día histórico para los bolivianos, que intentan concretar sus aspiraciones de salir al océano Pacífico otra vez.

En ese sentido, Morales afirmó que Bolivia “está preparada para una negociación” e informó que “se han sostenido reuniones permanentes para encarar la etapa post fallo de La Haya”, en tanto exhortó a Piñera “a trabajar en paz”.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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