jueves, 18 de abril de 2024

Dislates y demandas

El escenario sirio no cesa de generar problemas a cuenta de la tozudez imperal de imponer sus cánones...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 20/09/2016
1 comentarios

En reciente y áspero debate en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU entre los representantes rusos y norteamericanos, parece haber quedado claro una vez más que construir una paz duradera y justa en Siria es una tarea harto difícil.

En efecto, Moscú recurrió al selecto grupo de Naciones Unidas para denunciar un intenso ataque aéreo de los Estados Unidos y sus aliados contra fuerzas regulares sirias en la zona de Deir Ezzor, donde los militares leales a Damasco batían a  elementos terroristas de Al Nusra (la Al Qaeda siria) y del Estado Islámico, EI.

Según los reportes, las bombas norteamericanas y de sus colaboradres cayeron sobre agrupaciones armadas oficiales con un saldo de más de sesenta y cinco muertos, y el consecuente daño a los planes ofensivos de esas unidades bélicas.

De hecho, se dijo que los terroristas lograron avanzar gracias a la agresión estadounidense, aunque luego volvieron a ser rechazados por los combatientes del ejército nacional.

De inmediato Moscú y Damasco denunciaron el hecho e indicaron que acciones de ese tipo ponen en duda la posiblidad de concretar un alto al fuego duradero como el que se intenta mantener desde la semana última, a la vez que alientan a los grupos extremistas y confirman en el terreno de las armas lo que Washington propugna en su política mesoriental: el derrocamiento del gobierno que encabeza Bashar el Assad.

Por su parte voceros oficiales de la Casa Blanca atribuyeron el ataque sobre fuerzas sirias en Deir Ezzor a deficiencias operativas y a una confusión de los mandos, pretextos difíciles de creer cuando se sabe que los organismos norteamericanos de inteligencia cuentan con los medios necesarios y precisos para identificar a sus blancos en escenarios tan complicados como el sirio, a la vez que poseen toda la información sobre el despliegue, la estrategia y las tácticas de Al Nusra y el EI, de los que, de forma oportunista, han sido anuentes socios y generosos colaboradores en la lucha por el dominio hegemónico sobre Oriente Medio y Asia Central.

Vale recordar que desde hace varios años, y ante el desborde terrorista de esos grupos extremistas islámicos en zonas de Occidente, las autoridades militares norteamericanas anunciaron una “potente ofensiva” aérea contra el Estado Islámico.

Sin embargo, no fue hasta la decisión rusa de apoyar con su aviación al ejército sirio, que realmente los terroristas comenzaron a dar marcha atrás en el escenario bélico impuesto a esa nación árabe.

Así, y por largo tiempo, los aparatos estadounidenses desperdiciaron recursos en no pocas escaramuzas puramente escenográficas en las áreas de combate, mientras a través de sus aliados seguían fluyendo dinero, armas y recursos para los extremistas y otros grupos bélicos empeñados en derrocar a las legítimas autoridades de Damasco.

En cambio, la fuerza aérea rusa, en el término de pocos meses, ha debilitado sensiblemente la logística acumulada por los terroristas, puso fin a su multimillonario contrabando hacia Turquía del petróleo robado a Siria, y ha dado cobertura táctica a los ejércitos sirios, que hoy mayorean en el terreno de operaciones, un resultado que, sin dudas, Washington ni aplaude ni desea.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Cecilia.
 20/9/16 17:17

Esta claro que mientras las dos potencias imperiales( USA y Rusia ) tenga intereses geopoliticos en la zona no habra paz para Siria.

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