Una forma de cambiar el mundo

“Develar al museo como un ámbito que va mas allá de las representaciones tradicionales, que lo sitúan como un terreno para iniciados, y asumirlo como un espacio plural de participación de la comunidad en un diálogo inclusivo, multiplicado en el encuentro con las audiencias”. Eso y más es la exposición fotográfica Post Museo y comunidad, que pueden disfrutar quienes lleguen hasta el Museo Nacional de Bellas Artes, en especial, al edificio de Arte Cubano.

Así, con esas palabras lo atestigua Isabel Moya Richard, directora de la Editorial de la Mujer y la Revista Mujeres, quien además añade que “…las imágenes testimonian una ciudad descubierta desde el lente; el proceso de una identidad que se construye en el barrio, y a la vez se cuestiona los códigos establecidos; el empoderamiento de expresarse en un acto individual y compartido… Los fragmentos de la realidad atrapados en las instantáneas expresan la resiliencia de sectores considerados ‘vulnerables’”.

En las fotografías “se descubre el orgullo del ser, y no el dolor de las carencias materiales o de las mal consideradas subculturas”, agrega. Precisamente esas visiones fueron las que plasmaron los niños, adolescentes y mujeres participantes en los talleres realizados por el proyecto “Con tus propias manos”, de la Editorial de la Mujer, y del cual la muestra es un resultado palpable y acariciado, no solo por sus protagonistas, sino también por el público.

En dos momentos está concebida la expo, con cerca de una treintena de imágenes: uno de estos momentos recoge el proceso de los talleres impartidos, tanto para adultos como para niños; y otro muestra las fotografías resultantes de los cursos de verano para infantes y adolescentes Exprésate con un click, y establece un contrapunteo con versos inspirados en la ciudad.

Todo eso logra “Con tus propias manos” —proyecto de la Editorial de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas y la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo—, que busca el empoderamiento de las mujeres, en especial las que desean trabajar por cuenta propia, y la desconstrucción de estereotipos sobre lo femenino y lo masculino a través de la comunicación y la cultura.

Como decía Moya Richard lo importante de las obras expuestas no es solo su valor estético, sino la mirada vivencial que ellas muestran y entender que la mirada se educa y desarrolla la sensibilidad con lo que sucede a nuestro alrededor. Ello hace cambiar la realidad, pues como dijo Paulo Freire: “…la educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.