Un Tercer Paraíso posible en Cuba

El gran artista de la plástica Michelangelo Pistoletto (Biella, Italia, 1933) presenta – hasta el 13 de marzo de 2017– su primera muestra personal en Cuba. Se trata de la mayor exposición de su carrera y tiene como escenario el edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).  

Pistoletto es uno de los representantes del llamado Arte Povera (Arte Pobre) que aboga por la colaboración creativa y relaciona a artistas de distintas disciplinas en aras de alcanzar la transformación responsable de la sociedad.

Antes de la apertura en el Museo tuvo lugar el performance titulado Walking Sculpture (Escultura de Paseo), realizada con periódicos locales, similar a la célebre Sfera di giornali (Esfera de periódicos) que salió a pasear por las calles de Turín, Italia, en 1967. Esa esfera representa la libertad del movimiento y la participación individual de cada ser humano.

“Estoy muy feliz de encontrarme en Cuba por cuarta ocasión. Siento que ya me estoy convirtiendo en cubano. He sido acogido por esta ciudad de una manera extraordinaria. Gran parte de este proceso está dedicado totalmente a La Habana. La exposición recoge un año de trabajo e intenta describir la vida de la ciudad. Lo que más me llama la atención de La Habana es la gentileza del cubano que tiene un sentido de la humanidad muy grande”, dijo Pistoletto.

Justo después del lobby del Museo el visitante se encuentra con cuatro espejos, representativos de igual números de religiones, que se reflejan mutuamente para crear un nuevo equilibrio y el nacimiento de una sola religión, fruto de la mezcla de todas.

Entre 1961 y 1962, Pistoletto realiza sus cuadros-espejo, técnica de la cual fue precursor y donde emplea la serigrafía sobre acero pulido. Esta nueva serie dedicada a la capital cubana, tuvo como antecedente su participación en la XII Bienal de La Habana con intervenciones, performance, conferencias y muestras personales, ocasión en que la Universidad de las Artes le confirió un Doctorado Honoris Causa.

Ahora se pueden apreciar en el MNBA dieciocho nuevos cuadros-espejo que muestran sobre fondos reflectantes a personas fotografiadas por el artista en calles o espacios comunes, mientras ejecutan sus actividades diarias, sin poses ni ademanes. En sus cuadros-espejo, al decir de Pistoletto, el público es parte de la pintura y en la superficie de la obra queda el presente continuo y la memoria.

Gran impacto produce en el espectador la obra realizada en la Terminal de trenes, donde el artista captó la espontaneidad de personas que esperaban para viajar a otros lugares de la Isla.

Otra obra fundamental es la titulada Thirteen less One (Trece menos uno, 2015) conformada por trece espejos que fueron objeto del performance de Pistoletto durante la Bienal de La Habana y ahora la donó a la colección del Museo.

Se incluyen también obras del pasado que cobran una connotación especial por su nuevo emplazamiento como son: Autorretrato de espalda y Autorretrato con estrellas, que dialogan con piezas de otros artistas presentes en las distintas salas del Museo. En el caso de la Venus de los trapos  habla del final de una historia, la idea de la belleza que regenera aquello que terminó.

Con el apoyo de Pistoletto se creará en el Museo una sala de proyecciones. Mientras en la sala de lectura se podrá acceder a información actualizada acerca de todo el proceso de trabajo del artista desde el año 2014. 

En 2015, Pistoletto inauguró el primer Fórum Renacimiento que señaló el inicio de un laboratorio permanente de arte y política en consonancia con los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible declarados por la Organización de las Naciones Unidas. Durante tres jornadas se desarrolló este 2016 en Cuba el III Foro Renacimiento, Geografía de la transformación, un evento transdiciplinario donde se articulan arte, educación y el respeto a la diversidad en todos sus sentidos.  

“Se trata de un intento de trabajar desde el arte como propuesta intelectual, práctica real, a favor de la vida política y el progreso social de este país. La Fundación Pistoletto es una organización donde los artistas tienen la oportunidad de cambiar la sustancia de la sociedad.

“La Embajada del Tercer Paraíso prepara sus actividades durante todo un año y los resultados se analizan en el Foro. Laboramos por la convivencia equilibrada desde el punto de vista intelectual, político y práctico”.

El próximo 17 de diciembre, a la once de la mañana, tendrá lugar un performance gigantesco, frente al edificio de Arte Cubano, en saludo al Día del Renacimiento –que se celebra cada 21 de diciembre–, donde intervendrán 900 niños quienes realizarán el símbolo del Tercer Paraíso junto a los Guaracheritos de Regla, como parte de la clausura del Taller de Creación Infantil que organiza el Departamento de Servicios Educacionales y este año tuvo como profesor invitado al artista de la plástica José Toirac.

Con ese performance se recuerda cómo la víspera del 17 de diciembre de 2014, Pistoletto realizó en la Bahía de La Habana el símbolo del Tercer Paraíso, una espiral con un círculo en el centro que refleja el equilibrio, la armonía, la vida nueva, un proceso de mejoramiento de la sociedad.

La muestra personal Michelangelo Pistoletto recorrerá un itinerario por varias ciudades de América Latina: “Cuba representa hoy un punto fundamental en el mundo. Estas obras son un resumen de la situación mundial. Resulta vital encontrar un nuevo equilibrio en América Latina donde los contrastes son muy fuertes. Si lo logramos aquí en Cuba lo podremos exportar hacia el mundo”.

Al conocer la noticia del fallecimiento del líder histórico de la Revolución Cubana, el artista declaró al Sistema Informativo de la Televisión Cubana: “No es casual que la muerte de Fidel Castro haya ocurrido un 25 de noviembre, justo en el año que se recuerda el aniversario 60 del desembarco del yate Granma. Eso no simboliza el fin. Al contrario puede significar el comienzo de una nueva era”, concluye el artista.