miércoles, 24 de abril de 2024

Reynier Mariño: Un cubano flamenco de vuelta a casa

El prestigioso guitarrista asume la dirección musical de la gala del Festival Cuerda Viva, prepara un nuevo disco y una gira nacional con la FEU...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 01/03/2015
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Tomo asiento y me sorprendo. Casi con la misma rapidez con la que le arranca acordes a las cuerdas de su guitarra, pega largas uñas postizas en su mano derecha. “No te asustes que con ellas así no puedo tocar. Hablemos, que ya esto sale solo, que lo hago todos los días…” y al compás de una lima intrépida que acortó las prolongaciones de sus dedos conversamos como tantas otras veces lo hemos hecho, aunque sin el torbellino que impone un programa radial en vivo y teniendo en su sencillez y sensibilidad mis mejores aliadas.

Ya sabía que Reynier Mariño fue un niño perseverante con sus sueños, y a los 35 años sigue siéndolo, con su guitarra a cuestas y su deseo de que el día tenga más de 24 horas.

En presencia de sus padres, -quienes lo encaminaron por el camino de la natación, el judo y otros deportes-, me contó en una ocasión sobre aquella guitarra inventada que se hizo con un palo, dos puntillas y un hilo de pescar. “Fue mi primer instrumento antes de recibir una de juguete y más tarde la que me regaló Ñico Rojas, y con ella le contaba la historia de un niño pobre que no tenía una guitarra de verdad a todos los que visitaban mi casa en esa cuadra privilegiada en Santos Suárez, donde vivió Richard Egües, Celia Cruz, el propio Ñico, el pintor García Peña y otros artistas”.

Estudió guitarra clásica en el Conservatorio Manuel Saumell, recibió clases con la maestra Leopoldina Núñez y de piano con María Matilde Alea, de quien también conocí su rectitud cuando estudié ese instrumento. “Y me encantaba la música. No me importaba pedalear loma arriba por la calle Paseo ni terminar tarde en la noche, yo vivía para la música. En aquellos tiempos, te confieso, quería ser salsero, qué se yo…o ser como Silvio Rodríguez. Tocaba en la Bodeguita del Medio, en cualquier lugar, buscando dinero, haciendo algo. Después mi vida dio un vuelco

- Como has dicho, el flamenco llegó a ti?

-  Sí, así me ha pasado muchas veces. No busco las cosas, ellas llegan solas, y también me ha sucedido con algunas personas. Tuve la dicha de recibir un cassette con la música de Paco de Lucía con el tema Entre dos aguas, que no dejo de tocar en mis presentaciones, y me enamoré de eso. Quise hacer lo mismo y empecé a conectarme con el flamenco, trabajando con Lizt Alfonso.

“Luego vino el  Premio Nacional de Música de Concierto por mi obra Leyenda de la luna en el 2000, la formación de mi grupo, el primer disco Alma Gitana con la EGREM, una mezcla de flamenco, música clásica y un poquito de jazz y mi estancia en España, mis felices coincidencias con los maestros Manolo Sanlúcar, Tomatito y el propio Paco de Lucía, mi ídolo, quien me ayudó muchísimo y a quien le agradezco tanto.

-Bailaste en casa del trompo….

-Y fue difícil, pero lo logré. En Gran Canaria es como estar en Cuba, la gente se parece mucho. Aunque el flamenco gusta en Madrid, Andalucía, en Barcelona y en otras ciudades, me alegro de que en Gran Canaria gustara mi propuesta. Mucho tuvo al principio de gitaneo, esa especie de flamenco y pop que gusta mucho, incluso en Cuba, tal y como lo hacemos ahora. Con la comunidad gitana sí hacía flamenco puro, y también encantó.

“Pude crear mi propia academia, en la que también trabaja mi hermana, que es cantaora. Adoro enseñar, transmitir lo que sé y aprender de los alumnos también. La academia en Uruguay también fue un logro, pues mi vida por razones personales tuvo en ese país un vínculo muy estrecho y afortunadamente, el flamenco y Reynier Mariño impactaron mucho, y para bien.

“He tenido muchas experiencias con en más de 50 países, en escenarios diversos y con figuras como Fito Páez, Eduardo Galeano, Hugo Silva, Paco de León Alejandro Sanz, Maná y otros, pero siempre me he sentido cubano y a mis raíces vuelvo.

“El 2014 fue un año de muchos cambios en mi vida y de vuelta a Cuba decidí quedarme, aunque en principio había venido por 15 días a visitar a mis padres. El país necesita del flamenco aunque existen algunos defensores como Linz Alfonso, Irene Rodríguez, Calor Gitano, Ecos, Yoel Zamora y otros más…Por suerte muchas personas me recuerdan, aplaudieron en mis conciertos hace diez años y se alegran de volver a verme”.

-Con Flamenco fusión te presentaste en el Teatro Nacional, en diciembre, y luego en el Museo de Bellas Artes en enero… ¿Otros proyectos discográficos pendientes?

“Flamenco fusión es un disco dedicado a Paco de Lucía y esos conciertos y otras presentaciones que he hecho en estos meses han estado dedicadas a él, a quien perdimos ya hace un año a finales de este febrero.

“A punto estamos de comenzar a trabajar en un nuevo disco con la EGREM, la disquera cubana con la que hicimos Alma Gitana y Cuerdas poéticas en el 2013 pues el resto de la discografía la tuvimos con la disquera de Gran Canaria.

“En este álbum estarán tres temas de Cándido Fabré, a lo flamenco: Charará, Me gusta y A mi madre… El público lo vio y lo escuchó en el concierto del Teatro Nacional, fue espectacular. Se incluirán en el disco también tres temas de Yohara García y los demás son de mi autoría, la mayoría instrumentales.

“Estamos además trabajando en los videos clips y ya está casi terminado uno que hicimos con el grupo Alas del tema Violinista en el tejado, de Melendi”.

-Alas te ha acompañado en conciertos en Bellas Artes, en la Biblioteca Nacional el pasado 14 de febrero…

-Alas, al mando de Daylé Pérez es una compañía de baile con muchachas muy talentosas entre los 14 y 25 años. Es un proyecto comunitario con el que hacemos una fusión mágica que ha funcionado en las presentaciones y que pretendemos seguir propiciando.

-¿Dirigir musicalmente la gala del Festival  Cuerda Vida te ha colocado en una posición difícil?

-Un poco sí, porque es la primera vez que lo hago, pero es un honor. Cuerda Viva es un festival gigante y ante la petición de Ana María Rasa, la directora general y junto a Edesio Alejando, director musical del festival, estoy preparando la gala del 21 de marzo.

“Coordino, estoy al tanto de la organización y debo hacer también los arreglos de los temas que se tocarán en vivo ese día. Muchos músicos estarán como David Blanco, Lázaro Valdés, Charly Mucharima y otros, y en medio de todo el intenso trabajo que tengo con el grupo, me emociona esto aunque demanda una enorme responsabilidad.

-La intensidad de tu trabajo se extenderá por toda Cuba con el público juvenil, fundamentalmente…

-Y eso me interesa muchísimo para sembrar la semillita del flamenco en los más jóvenes. En noviembre del año pasado estuve en el jurado del Festival de Aficionados en Santiago de Cuba y desde allí planeamos una gira nacional por todas las universidades.

“El pasado viernes 27 comenzamos en La Habana, en la Facultad de Matemática y cada 15 días haremos un concierto en distintas provincias. Primero Pinar del Río, luego Matanzas, y así, hasta Oriente. Tendré diferentes invitados en cada escenario, principalmente del movimiento universitario de aficionados y será una oportunidad genial para encontrarme con ese segmento del público, gracias al presidente de la FEU y a todas las instituciones y personas que lo han hecho posible.

- En el almanaque, ¿hay citas habituales con el público?

- Los domingos, a partir de las 9 pm estamos en el Jazz Café y lo que allí sucede es muy interesante con esa mezcla entre el flamenco y el jazz. A partir del próximo 8 de marzo, inauguraremos una peña en el Café Miramar a las 5 de la tarde, los primeros domingos de cada mes.

“Estamos los jueves y sábados, a partir de las 8 pm en el Hotel Comodoro; los viernes desde las 9 pm en La flauta mágica…Tocamos en muchos sitios privados y vamos conformando una agenda en centros de Palmares y otros. Vamos a donde nos llamen, tocamos donde guste el flamenco y donde no, logramos que guste. De la música española bebimos también y con ella podemos hacer maravillas. Yo soy un cubano flamenco, no me gusta tanto hacer otra cosa…”

Sus uñas retocadas, su guitarra fuera del estuche, un poco de agua en su pelo…Y se abren paso los acordes de España, Entre dos aguas, las sevillanas…y la gente no para de dar palmas, de bailar y de cantar.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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