Irene Rodríguez y lo español en escena (+Fotos)

UN PAS DE DEUX DE ARMONÍAS ENTRE MÚSICOS Y BAILARINES

Con un concepto cinematográfico de la proyección dancística en escena, la primera bailarina, maestra y coreógrafa Irene Rodríguez marcó pautas singulares en el programa concierto Sinfonía española de lo clásico a lo flamenco, en la escena del teatro Mella, ante un público que supo apreciar con calidez esta puesta dancística, en la cual músicos y bailarines ejecutaron un pas de deux de armonías in crescendo, deprincipio a fin.

Un momento a recordar en este montaje ocurrió en Nostalgias, de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo, en la voz de Samir Osorio, un cantaor con matices muy propios, que trasunta emoción en la melodía hasta despertar los recuerdos, con la fuerza de su emotividad y los cálidos registros de su voz.

La presencia de la Orquesta Sinfónica Nacional otorgó un empaque de selectas sonoridades, siempre en concordancia con el hecho danzario, con una interacción encomiable en los títulos presentados en escena por la compañía. Las intervenciones de la orquesta ocuparon un rol protagónico en el concepto de la escenificación, por el fuerte entramado de su diseño estructural.

PRESENCIA FULGURANTE EN ESCENA

En cada una de sus apariciones en escena, Irene Rodríguez hizo gala de versatilidad, como coreógrafa y protagonista, en obras que requieren de una unidad de acción absoluta en el danzar y las intencionalidades de la gestualidad. Su proyección escénico-danzaria va adquiriendo una fuerza expresiva que deviene alucinación, hasta culminar en un final trágico, donde Irene parece fulminada por la pasión, en la Danza ritual del fuego, de Manuel de Falla. Pasos y gestos tradujeron lo trágico en perfecta integralidad de códigos.

En la suite de El sombrero de tres picos, con música de Falla, y la incorporación del estreno mundial de La farruca del molinero, hay undespliegue de grandes momentos por parte de los protagonistas. Irene Rodríguez y Víctor Basilio mostraron su dominio de la técnica y sus logros en el diálogo de la pareja, especialmente en las escenas cargadas de total pulcritud, al final, cuando ella dibuja un cambré, con la espalda totalmente arqueada.

Otros tres grandes momentos del arte danzario de Irene se inscribieron en Secreto (Zapateao), con derroche de un taconeo muy logrado, cuya percusión mantuvo el ritmo requerido; en Farruca escarlata sorprendió a los espectadores, con una visión renovadora y con gestos y pasos que caracterizaban los recursos expresivos del género, arropada por los solistas y el cuerpo de baile; y la función llegó a su clímax en Solera, a partir de palo flamenco de soleá por bulerías, con una fuerza muy intensa en cada acción y movimiento, y una poética del danzar cargada de misterio.

COMPAÑÍA QUE ENRUMBA HACIA UNA ESTÉTICA

Indudablemente, la compañía de Irene Rodríguez resalta las posibilidades y el talento de su creadora y primera figura. En el programa presentado, sumamente difícil, deben reconocerse los méritos del primer bailarín Víctor Basilio Pérez, de los solistas Víctor Alarcón y Jorlandy Tamayo y de Emilio Batista, miembro del cuerpo de baile, quienes impactaron grandemente a los espectadores en Zapateado (Danza Española No.6), con un conjunto de retos con los maderos que les permitían marcar el ritmo, en variaciones casi alucinantes por sus exigencias.

Tres de ellos —Víctor Basilio Pérez, Víctor Alarcón y Jorlandy Tamayo— asumieron, con apego al estilo y brillante proyección escénica, Bulerías, con una recreación genuina de este ritmo.

La única coreografía ajena a Irene,Zambra, de María Juncal, permitió admirar un género poco utilizado por quienes dedican motivos e inspiraciones a lo hispánico, con eficaz interpretación, a partir de un paso a tres por parte de Hany Rodríguez, Yanet González y Víctor Alarcón.

La compañía requiere incorporar nuevos miembros, lo cual le permitiría un mayor lucimiento a sus presentaciones, para ello es imprescindible un cuerpo de baile con la sincronización que caracteriza a este compañía, que actuará por vez primera en el Teatro Martí los días 12 y 13 de este mes, con un espectáculo concierto de carácter antológico para festejar el aniversario 130 de este histórico coliseo.