Qué hace a un jazzista cubano

Cuando conocí a Janio Abréu él todavía no era el director, arreglista y compositor de Aire de Concierto, ni había ganado el Jojazz; ni siquiera era todavía parte del cuarteto Clarinetes de Ébano. Pero ya poseía una sonoridad muy suya, que defendía a capa y espada, y ya tenía opiniones muy propias sobre la clásica polémica –que existía entonces, y existe ahora- entre lo que es y no es el Jazz Cubano, y su diferenciación del Jazz Latino.

Era un muchacho simpático que parecía irremediablemente pegado a su clarinete. Hace algunos días vagaba sin rumbo por la Habana Vieja y me lo encontré. Practicaba con su grupo Aire de concierto el tema Regreso a casa, que hace alusión a su retorno a Cuba luego de una extensa gira internacional. Apenas Janio me vio se acercó a saludarme, cariñoso.

Me debí de poner roja (siempre me pongo roja hasta la médula con los afectos sanos de los muchachos talentosos). Recordé al Janio del malecón, hace más de una década, cuando me hablaba de la cantidad de ritmos que tenía Cuba (pilón, sucu sucu, contradanza, mambo, cha cha chá, etc), y de cómo en su opinión entre Cuba y Brasil se hacía la mejor música del mundo. El Janio que tenía el sueño de poder tener un grupo de música donde se tocara todo el repertorio de los géneros cubanos, porque quería tener un grupo muy rico culturalmente.

Cuando terminó la práctica Janio y yo fuimos al malecón. Conversamos. Me habló de su grupo. Algunas cosas ya las sabía (en el año 2009 me regalaron su CD Aire de concierto, con clarinete, realizado en los estudios Eusebio Delfín de Cienfuegos, y desde entonces seguía su música). Otras me las fue develando.

Me dijo que Aire de Concierto había desarrollado una trayectoria asombrosa, que esto se debía en parte a lo mucho que trabajaban, y en parte, al trabajo del representante del grupo, (Abel Abréu), que le conocía “un mundo” a las leyes de la industria musical.

Veo que sigues con el clarinete…

El clarinete es el aire que necesito para respirar… Es un instrumento que tomó auge en la música del jazz norteamericano tradicional de los años ´30 con las Big Band, donde se destacaron grandes clarinetistas, como por ejemplo Benny Goodman. Aquí en Cuba se utilizaba el clarinete en las primeras orquestas de danzones, pero luego se sustituyó por la flauta y después… después cayó en desuso. Quedó en las bandas sinfónicas, pero solo un poco, no mucho. Y además, muchos clarinetistas cambiaron de instrumento para buscar mejores opciones de vida y de trabajo.

Como por ejemplo…

Como por ejemplo, grandes de la música cubana como Germán Velazco, el saxofonista de Pablo Milanés, Orlando Sánchez, Javier Salva. La misma Niurka González, talentosa flautista y ganadora de premios nacionales e internacionales, se graduó de clarinete en el conservatorio Amadeo Roldán.

¿Cuándo empezó el auge del clarinete en Cuba?

Cuando el maestro Compay Segundo incluyó dos clarinetes en su formato y los puso como instrumentos acompañantes. Ahí hubo un cambio. Hay que recordar que en las orquestas cubanas de salsa no está incluido el clarinete y los pequeños formatos de jazz que existían hasta ese momento tampoco lo empleaban.

¿Y cómo es la relación del grupo Aire de concierto con el clarinete?

Esa es una pregunta de periodista. ¿Esto es una entrevista? Bueno… Nosotros, creo que por escuchar tanto jazz tradicional, tanto swing, quisimos emplearlo, pero con el papel preponderante, y entonces tratamos de que el clarinete fuera el líder y de aprovechar todas las posibilidades que brinda el instrumento. Lo intentamos hacer así cuando empezamos y creo que lo hemos ido logrando, incorporar el clarinete a este mundo tan sonoro y rico que tenemos nosotros los cubanos y en el cual no tenía un papel tan fuerte.

Y seguro tienes planes en mente para el clarinete…

Sí. Quiero seguir experimentando con los otros timbres de la familia del clarinete como es el clarinete alto y el clarinete bajo. Es otro de nuestros objetivos fundamentales.

De repente, Janio se interrumpió.

-¿Vas a venir a mi próximo concierto?

-¡Claro! ¿Tú me avisas?

-Sí, te voy a avisar, y no faltes, ¿me lo prometes?

Y yo se lo prometí.