viernes, 19 de abril de 2024

Noches con Longina

A la XX edición del Festival de la Trova Cubana, Longina, llegan juglares de diferentes parajes de Cuba y del mundo...

Dorisbel Guillén Cruz en Exclusivo 11/01/2016
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Santa Clara por estos días es un verso que amanece entre compases y alquimias. No importa que sean las cuatro, seis o diez de la mañana porque aún andan los bardos esparciendo cantorías, quizás como Manuel Corona, de quien se dice: solía volver a su casa con la guitarra y el Sol a cuestas.

La cita ocurre por la XX edición del Festival de la Trova Cubana Longina, hasta donde llegan juglares de diferentes parajes de Cuba y del mundo.

Ray Montalvo, es un joven de Matanzas, quien figura entre los debutantes de esta edición, y con sano orgullo reconoce que a pesar de llevar una década como trovador ahora satisface un viejo anhelo, compartir acordes a deshoras con figuras de renombre en plazas, parques, bares, en fin, por toda la ciudad.

Yeny Turiño aún no concluye el preuniversitario, pero afirma que crecer al lado de creadores santaclareños como Yaíma Orozco, Leonardo García y Diego Gutiérrez plantó en ella el interés por este género.

Tiene el mérito de ser la invitada de menor edad en esta cita, lo cual no la atemoriza, porque en el Longina no existen grandes ni pequeños, solo enamorados de la poesía y de las noches que se extienden hasta el alba y nutren con la savia de la trova cubana a muchachas como ella.

Un centenar de invitados entre cantautores, periodistas, productores y expertos del audiovisual en la Isla coinciden en este sitio cosmopolita de Cuba, que al decir de la divulgadora de la Asociación Hermanos Saiz en la provincia, Yany Orozco Gálvez, supera con creces la cifra inicial de unos 60 participantes acreditados.

“Hay mucha música para escuchar”, dijo, “disfrutan de un programa que además del intercambio sonoro comprende conciertos durante las tardes y cada noche; entre estos la última entrega discográfica de Yusa, Libro de Cabecera en el Centro Cultural El Mejunje, así como Gerardo Alfonso y Pedro Luis Ferrer en el prestigioso Teatro La Caridad.

TALLERES, PITCHING Y MÁS…

Junto a los poetas, comparten sitio especialistas en producción y de lo que en el mundo del arte se conoce como pitching, es decir la defensa de proyectos de discos y video-clips, quienes imparten un grupo de talleres que a decir de la productora Darsi Fernández “facilitan a los trovadores un instrumento de autogestión que los posesiona cada vez más en la industria musical y en el mundo del arte”.

 Al respecto, comentó para Cubahora Raúl Marchena organizador del evento: “Este año quisimos tener en el Longina no solo a los Trovadores en el escenario sino crear un espacio más allá de la misma canción con instituciones como EGREM, el Centro “Pablo de la Torriente Brau” y decisores en la comercialización del audiovisual en Cuba.

De este modo, a la sazón de los acordes también figura el intercambio con las diferentes disqueras, centros culturales, casas productoras de la música, asociaciones y demás.

Marchena, también integrante del proyecto santaclareño “La Trovuntivitis” explicó que no todos los trovadores pueden tener un manager y significó el propósito de que estas creaciones musicales ganen visibilidad en el universo audiovisual cubano.

“Nosotros queremos hacer videos de los trovadores que se presentan aquí y darlos a conocer en diversos espacios como un canal que hemos creado en You Tube. Comentó también Mirié Santana, representante del Proyecto Almacén de la Imagen en la provincia Matanzas.

TROVANDO Y TROVANDO LLEGÓ EL LONGINA

Ya Longina es más que la musa del amigo para el cual Corona esculpió en versos cierto cuerpo de mujer. Para fundadores del festival, como el cantautor Alain Garrido el trayecto fue largo, comenzó por los años noventa cuando emigraron muchos de los cantores del centro de Cuba y ha ido creciendo poco a poco. Pero, confirma que para los de más tiempo trovando y trovando ha valido la pena empinar sus sueños al cielo.

“Estoy en mi casa, estoy en mi ambiente”, nos cuenta Marta Campos minutos antes de encantar a su audiencia. Como un momento de “encuentro y reencuentro” definió Yusa este XX Festival de la Trova Cubana Longina, para ella y para todos, con el rastro nostálgico de Santiago Feliú.

Una veintena de presentaciones en las que hasta las descargas más desenfadadas se asumen con propiedad. La peregrinación a la tumba de Miguel Corona y su musa en la ciudad villaclareña de Caibarién, así como la extensión de las propuestas a otras localidades de este territorio, sellan esta edición.

Así, la magia está latente estos días en Santa Clara, la ciudad trasnochada se enerva en las cuerdas de una guitarra y asciende volátil junto a otros insumos de este invierno, que quién sabe por qué ha llegado tarde para las cosechas y para la despedida del año viejo, pero sí a tiempo de disfrutar de buena trova cubana de estos y todos los tiempos.


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Dorisbel Guillén Cruz

Periodista


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