miércoles, 24 de abril de 2024

Los músicos de Benny cuentan sus experiencias

Para homenajear al Bárbaro del Ritmo, en su cumpleaños 94, se reunieron en La Habana, en la residencia de Benny Moré, seis de los miembros de su famosa “Tribu” de la década de los 60...

Rafael Lam Marimón en Exclusivo 24/08/2013
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bennybanda
La orquesta era de las llamadas Jazz Band (saxofones, trompetas, trombones y ritmo).

Los músicos de la Banda Gigante de Benny Moré que quedan vivos son varios, algunos residen en el exterior, como Chocolate Armenteros (en Nueva York) y Enrique Cabreras “Cabrerita” (Venezuela). Para homenajear al Bárbaro del Ritmo, en su cumpleaños 94, se reunieron en La Habana, en la residencia de Benny Moré, seis de los miembros de la famosa “Tribu” de la década de los 60: Lázaro Valdés (padre), Juan Morel, Celso Gómez, Mario Gómez, Santiaguito Peñalver, Raúl Caturla.

Aprovechamos este acontecimiento para conversar con cada uno de los músicos del Benny.

¿Cómo era su trabajo pianístico con el Benny?

Lázaro Valdés: Yo seguí la línea de Cabrerita, primer pianista de la Banda Gigante, con esos tumbaos vibrantes que caracterizaban a la Banda. Benny no leía papeles de música, no era un músico de academia, era más bien un músico empírico, que dominaba muy bien la clave; sabía lo que debía hacer, por dónde ir. En ese sentido, Benny sabía de música, tenía un oficio que se remontaba a la década de los 30, cuando visitaba el casino de los congos, él se crió allí, en ese ambiente africano primitivo. En ese casino se tocaba la macuta, el mursundi, el tambor y había que bailar bien. Benny, enriquecía las orquestaciones, antes de comenzar las presentaciones o grabaciones; aunque sobre la marcha podía hacer algunos cambios. Son cosas solamente de los genios.

¿Como saxofonista barítono de la Banda, hable del Benny

—Juan Morel: El Benny dominaba la banda a su antojo, como decía Leonardo Acosta, podía acelerar o detener la banda en los momentos más inesperados. Era tan asombroso el espectáculo que hacía en la pista, que, a veces, muchos de los músicos nos parábamos a verlo con su batuta, con sus gestos y sus inventos; nos sacaba del atril.

Como saxo tenor de la Banda, coménteme acerca de los arreglos del Benny.

Celso Gómez: Los músicos con ideas, geniales, que no conocen de escritura musical, van dictando la melodía; pero Benny iba más lejos, además de dictar los giros melódicos, conformaba una orquestación, decía: “Las trompetas tienen que hacer esta figura, y los saxofones esta otra, los trombones este otro diseño. En las grabaciones, podía parar y, a puro oído, buscar los acordes atinados. Eso dejó loco al director de la Aragón, Rafael Lay, en una grabación donde estuvo presente.

¿Cómo impresionaba al auditorio Benny Moré?

—Mario Gómez (saxo tenor): Benny, en muchas ocasiones, asistió a fiestas de gente rica que estaban para lo suyo. En una ocasión, en una de esas fiestas, Benny se dio cuenta de que la gente no estaba para la música, estaba en su “figurao”, en su belleza, mostrando las joyas y los lujosos vestidos. Entonces dijo: “Vamos a tocar para gozarlo nosotros”, y aquello fue sensacional, tan sensacional que los ricachones tuvieron que dejar lo que estaban haciendo para ver al Benny gozando su música. Eso demuestra que la música hay que vivirla, y la gente siempre va a darse cuenta de que tú estás haciendo algo grande. Benny no creía en aristocracia, en más de una ocasión dejó plantado a más de un rico, hasta en el Ali Bar, a veces lleno completo, se iba a descargar con gente humilde que nunca había podido verlo actuar en vivo, en los costosos cabarets.

Como saxo de la Banda, ¿qué recuerdas con más cariño del Benny?

—Santiaguito Peñalver: Yo te voy a hablar de la parte más humana como director de orquesta. Él tenía su concepto de que a sus músicos no se les podía robar ni maltratar. La muestra de ello fue en Venezuela cuando un empresario no quiso pagarle y le metió un cabillazo.

Cuando castigaba a un músico, secretamente le mandaba dinero, no dejaba que nadie se quedara sin el sustento de la familia. Tenía sentimiento y corazón. No era ningún santo, pero era un hombre muy humano que compartía su dinero con los muertos de hambre.

Este era el Benny Moré, contado por sus propios músicos, sus fieles integrantes de la Banda Gigante.


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Rafael Lam Marimón


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