jueves, 25 de abril de 2024

El gran hotel Budapest: drama, comedia, crimen y aventura

Una exquisita obra del séptimo arte es el último y más logrado filme del director Wes Anderson...

Diany Castaños González en Exclusivo 09/09/2014
7 comentarios

Se dice que estamos en presencia de cine de autor cuando una película es fácilmente atribuible a un artista. Wes Anderson, en cuya primera película (Ladrón que roba a ladrón, 1996) ya podían verse intentos de una estética propia, ha desarrollado desde entonces, y cada vez más, un particular aspecto visual en sus filmes, que los hace únicos dentro del séptimo arte.

Y dentro de la carrera de Anderson —que cuenta con Los excéntricos Tenenbaums, del año 2001, y con la historia de amor juvenil Moonrise Kingdom, del 2012—, El gran hotel Budapest es un monumental logro de la estética. Cinco minutos después de empezada la película bastan para notar que se trata de un filme altamente disfrutable, con un reparto actoral envidiable y una puesta en escena y una fotografía impresionantes.

¿Y de qué trata El gran hotel Budapest? Pues de todo un poco. Tiene drama, comedia, crimen y aventura. El escenario es un hotel majestuoso, que comparte nombre con el filme, ubicado en el país ficticio de Zubrowka. Los días de gloria del lugar se vivieron en los años 30, cuando el conserje era Gustave (Ralph Fiennes), un hombre cuya vida está dedicada a hacer que el hotel funcione a la perfección, y quien, además, se acuesta con algunas de las mujeres mayores y adineradas que visitan el hotel. Un día una de estas mujeres muere y Gustave, heredero de su fortuna, es acusado de su asesinato. Su fiel sirviente Zero (Tony Revolori) se envuelve en las más insólitas aventuras para ayudarlo a limpiar su nombre.

La cinta está llena de dinamismo y aventuras. Pero, en realidad, lo que importa no es tanto la anécdota, sino cómo está contada. Y aquí juegan un papel fundamental esos principios narrativos que Anderson mantiene desde Academia Rushmore, en 1998: uso marcado del plano fijo vertical, tendencia al barroquismo ornamental, rima continua de colores y sonidos, un reparto coral plagado de intérpretes de primera línea y el fetichismo de objetos, que se convierten en símbolos estéticos de su obra —en el caso de El gran hotel Budapest, la repostería juega un papel importante en la cinta.

Además, el cine de Anderson tiene una impresión enérgicamente vintage (clásico, retro, de época), así como un lado naif, que logra hacer parecer juegos las situaciones más graves de sus filmes. En el caso específico de El gran hotel Budapest, el más logrado filme del director, al menos hasta el momento, la cantidad de aventuras, saltos y repliegues de tiempo hacen que el filme sea exquisito.

El reparto del filme, constituido por estrellas del cine, tanto en protagónicos como en pequeños roles, hacen creíble el universo de El gran hotel Budapest. Y no son pocas las estrellas que coinciden en la película: además de Ralph Fiennes, están Edward Norton, Harvey Keitel, Owen Wilson, Léa Seydoux, Harvey Keitel, Willem Dafoe, entre otros.

Como el sello de Anderson está en su estética, no necesita cambios estructurales en sus filmes, tan solo nuevas historias que contar. Una vez conseguido el argumento, él logra que este se adapte a su corpus estilístico con suficiente belleza como para que aplaudamos cada nueva pieza maestra de su repertorio.

Así, cada película de Wes Anderson es un universo aparte. Pero, sin dudas, cada universo de Anderson es superior al anterior. Esperemos que el director no se demore demasiado con su próxima entrega.


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Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 7 comentarios


Alicia Alberich Peraza desde FB
 10/9/14 9:30

Lo mejor de lo mejor.... Hace años no veía un filme tan súper bueno en todo.....con actuaciones estelares.

Nedel
 10/9/14 8:24

Muy llamativa la critica, voy a ver la pelicula y a comparar

billjobs
 10/9/14 7:54

Los escenarios del film son estupendos y algunos de ellos son muy parecidos a los creados en el juego Syberia de Benoit Sokal.

Tiffi A. Thomas desde FB
 9/9/14 13:24

Bell boy

Alonso.
 9/9/14 12:52

Habra que verla. Gracias por la reseña. Muy buena.

Pamela
 9/9/14 12:27

Buenísima crítica. No tengo mucho conocimiento sobre las obras de Anderson, pero después de leer la crítica, definitivamente tengo que ver la película.

Me parece muy interesante la propuesta que plantea el autor en su obra.

Luisito
 9/9/14 12:08

Excelente pelicula. Si pueden veanla, garantizo que gustara.

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