viernes, 29 de marzo de 2024

De fusiones y metales: tras el sonido del rock en Cuba (II)

El acontecer del Brutal Fest Metal 2012, dedicado a los cultores del rock duro en la Isla, continúa siendo motivo para aproximarnos a la influencia del género en la música antillana...

Carol Muñoz Nieves en Exclusivo 18/08/2012
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Festival Brutal Fest Metal 2012
Logo del Festival Brutal Fest Metal 2012.

El acontecer del Brutal Fest Metal 2012, dedicado a los realizadores y aficionados del rock duro en la Isla, continúa siendo motivo para aproximarnos a la influencia del género en la música antillana.

En una entrega anterior, ofrecimos breves apuntes sobre las realizaciones más típicas de música rock en Cuba, y algunos datos acerca de experimentaciones memorables.

Con un significativo ´boom´ a partir de 1990, y de forma continua hasta la actualidad, han aumentado los cultores del rock en una gran variedad de estilos: experimental, alternativo, progresivo, rock pop, fusión, punk, rock acústico y, con cierto énfasis, el heavy metal.

Si bien algunas de estas bandas o cantautores en solitario continúan interpretando composiciones de grupos extranjeros sin grandes innovaciones, cada vez son más numerosos los productos originales.

Aunque se evidencia que en materia de rock la apreciación por parte del público, la elaboración del músico y la crítica de este arte sonoro es algo realmente en ciernes - según ha comentado el periodista Joaquín Borges Triana-, el propio experto afirma que “lo que sí está vitalmente aprehendido es el espíritu artístico en los actuales roqueros cubanos sobre la búsqueda y hallazgo de nuevas formas de expresión”. 

AMASIJOS DE ROCK, TROVA Y FOLKLOR

Los lazos que el rock comenzó a establecer con la cancionística y la música folklórica a partir de los años ´70 en Cuba constituyen otros ejemplos de la hibridación que experimentó el género con otros asentados en la Isla desde la época colonial.

Como parte de la primera tendencia, estuvo la banda Gens, que versionó la música del trovador cubano Silvio Rodríguez y logró convocar así a una audiencia con características especiales: aficionada al rock y a la trova.

Por su parte, la canción impulsada por Silvio y Pablo Milanés planteaba conceptos renovadores que entroncaban con la herencia más progresiva del rock: entonaciones agresivas, una gestualidad de actitud cuasi rockera (a pesar de su escasa movilidad escénica), especie de riffs acústicos, entre otros rasgos; de acuerdo con la musicóloga Liliana González. 

Esa influencia del rock en los trovadores, apreciable también en el carácter contestatario de las canciones, se fue acentuando a partir de 1980 en músicos como Carlos Varela, Polito Ibáñez y Gerardo Alfonso.

Ya en la década de 1990, influidos por la cancionística trovadoresca anterior, el movimiento “rosariano” argentino, y por los conciertos de Fito Páez en Cuba, otros trovadores intentaron un acercamiento entre el rock, el son y la trova.

Grupos como Lucha Almada, y algunos intérpretes reunidos bajo el nombre de Habana Abierta, experimentaron en ese sentido. Un notable ejemplo fue la pieza “Rockason”, de Alejandro Gutiérrez -el nombre es la unión de las palabras rock y son; y su pegajoso estribillo expresaba: “Estoy bailando rockason con los muchachos / estoy sintiéndome mejor”-.

Experiencias similares se han hecho cada vez más frecuentes en el escenario nacional, donde puede exaltarse la banda sonora de la película Habana Blues, a cargo del compositor y músico X Alfonso.

Por otra parte, el grupo Síntesis ha definido un estilo fusión bastante personal mediante la imbricación de la música folklórica de raíces afrocubanas con aspectos armónicos, rítmicos e interpretativos derivados del rock.

Incluso, en una tríada singular, Síntesis utilizó el texto y la música de ocho canciones de Silvio para su disco El hombre extraño; que resulta, de acuerdo con Liliana González, “el ejemplar supremo de sus pronunciamientos estilísticos en la fusión folklor – rock”.

ÚLTIMOS ‘RIFFS’

La calidad de las producciones rockeras en la Isla, o con rasgos derivados del género, es variada y casuística; no admite generalizaciones.

Un crítico como Joaquín Borges-Triana ha propuesto evitar las condenas acérrimas al rock nacional, especialmente a las tendencias del metal extremo; reproches basados en que “se piensa en que en muchas de estas agrupaciones […] no hay ninguna preocupación porque en los temas aparezcan la clásica, e incluso, diríase que convencional, evidencia referencial de lo cubano ni tampoco un sello personal de impronta tercermundista”.

Ante esos juicios, Borges-Triana considera que, “tanto los festivales de rock como las enormes concurrencias registradas en las recientes visitas de prestigiosos artistas internacionales del género, corroboran una vez más nuestra asombrosa capacidad para la asimilación de patrones culturales foráneos, sin que ello implique el abandono de las raíces cubanas.”

Por su parte, la investigadora Liliana González valora que, entre los aciertos de la inserción del rock en la música cubana, se encuentran los interesantes trabajos a voces de amplio virtuosismo, y la asimilación de diversas franjas rítmicas, melódicas y armónicas producto de la coexistencia o fusión del rock con otros géneros musicales.

Sin dudas, existen valores conceptuales y estéticos desde los que han emergido en la Isla, con mayores y menores aciertos, sensibilidades artísticas muy oriundas en relación con el rock.


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Carol Muñoz Nieves

Licenciada en Periodismo desde 2010. Aborda temas relacionados con la juventud cubana.


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