Carlos Celdrán: No soy un dramaturgo, soy un director que escribe

- (CON CIERTA PICARDÍA) Con Diez Millones el público te juzgará doblemente, como director y como escritor.

- (CON TONO DE BROMA) Mejor no me lo recuerdes. (SONRÍE)

- (CON DUDA) ¿Es la primera vez, verdad?

- (CON TONO SERIO) Sí, es la primera vez que incursiono en la escritura para dirigir la puesta después. Digamos mejor que es un texto y no una obra porque no me considero un dramaturgo. En realidad yo soy un director que escribe, a partir de la experiencia que he ganado en la escena, el conocimiento de los mecanismos… Recuerda que  he versionado muchas obras para la escena. Pero lo dejo hasta ese punto porque ser dramaturgo implica dedicarse a un oficio de manera constante, y no es mi caso.

- (CON TONO PROVOCADOR) ¿Por qué ahora y no antes?

- (SONRÍE )Antes tenía mucho miedo.

- (CON ASOMBRO) ¿Miedo? ¿Ahora ya no lo sientes?

- (COMO REVELANDO UN SECRETO) ¿Sabes? No he perdido el miedo del todo. Además, en este estreno corro muchos riesgos. (TR) Diez Millones es un texto que empecé a escribir hace años como un diario personal, como ese cúmulo de reflexiones que en un momento de la vida necesitas escribir. Con el tiempo fue tomando una estructura y me di cuenta de que podía llevarlo a la escena pero me demoré mucho en decidirme… (TR) Diez Millones habla de mi infancia y adolescencia, de la convulsa relación con mis padres y de ese contexto histórico de las décadas del 70 y 80. (TR) Cuando pensé llevarla a escena, me detuve porque me parecía narcisista hablar de mí, pero después me percaté de que es una historia que puede ser la de muchos de mi generación y decidí que valía la pena compartirla. Además, no todo en Diez Millones es autobiográfico, también hay mucha ficción, creada por mí y por los actores Caleb Casas, Daniel Romero, Maridelmis Marín, y Waldo Franco. De cierta manera se aleja entonces, un poco, de lo que concebí al principio.

- (CON TONO DE BROMA) Diriges, escribes, ¿te atreverás a actuar?

- (CON TONO ALARMISTA )¡No, qué va! A actuar no me atrevo. (CON TONO DE CONFESIÓN) Yo he tenido que actuar, ¿sabes? Cuando estudié teatrología en el ISA tuve que someterme a ello y cuando cursé estudios en Nueva York también y aunque esos atrevimientos me sirvieron para aprender,  no quiero enfrentarme al público de esa manera.

- (CON TONO CURIOSO) El público le es fiel a Argos Teatro, ¿por qué crees que sea así?

- (CON SEGURIDAD) Argos Teatro  defiende la sencillez y la transparencia. Así encontramos la verdad del comportamiento de las personas reales y la llevamos al escenario. Nuestra poética es simple, natural, espontánea, y es el centro de nuestro discurso. Estudio mucho eso y trato de que permanezca. Ahora cumplimos 20 años y parece que fue ayer cuando empecé…Tengo muchas expectativas con todo lo que quiero hacer todavía.

- (CON TONO DE BROMA) ¿Incluso ahora, después del premio?

- (SONRÍE Y ASUME TONO SERIO) Sí, claro, y más ahora. No se trabaja para un premio, aunque cuando me lo entregaron me sorprendí mucho porque no pensé que lo recibiera en este momento de mi vida. De todas maneras me trajo mucha calma porque no siempre se piensa en cuán presente estás para los demás. Fueron muchas muestras de cariño y respeto de la familia, los compañeros del teatro…Eso te transmite mucha calma, y te impulsa a seguir trabajando para que todo siempre salga bien.

- (CON TONO PROVOCADOR) Se sabe que eres perfeccionista…

- (CON TONO ASERTIVO) ¿Cómo no serlo? Ese es el viaje de todas las noches: lograr que todo salga perfecto. Cuando termina la función crece en mí un vacío. (TR) A veces salgo muy feliz, complacido, y converso con los espectadores… Otras veces prefiero ocultarme pues salgo contrariado, porque aunque los actores hayan vivido y salvado pequeños errores en escena sin que el público se percatara, yo sí los percibo. Entonces no siempre les creo a los espectadores cuando me dicen que les gustó la puesta, porque yo no me siento satisfecho con lo que quedó. Me siento un poco solo, neurótico… (TR) No es tan fácil… Todas las funciones son distintas pero como director se tiene la manía de buscar la puesta perfecta, y el teatro es un hecho vivo que todos los días no se tiene de la misma manera. Ya sabes, el actor no es una máquina y está  en interacción con todo, con él, con la sala, con el público…Hay cambios de energía y de estado y los espectáculos viajan de modos distintos. El espectador no lo nota pero uno sí. (CON TONO CONCLUSIVO) En realidad ese es el teatro: vigilar la función, estar pendiente de que no caiga la temporada y de que los errores no se entronicen en la función y echen abajo lo que has creado…Estar al tanto de que la calidad se mantenga porque los públicos varían a diario…Se trata también de darle nuevos estímulos a los actores cuando se acaban los que ya los llevaron hasta un punto de la obra…La obra no acaba cuando se estrena, no es como filmar y editar. Es un hecho que tienes que sostener y demanda un gran esfuerzo.

- (BUSCANDO PRECISIÓN) Diez millones estará en cartelera todo el mes de abril en la sede de Argos Teatro…

- (CON EXACTITUD) Y un poco más también, pero recesaremos los fines de semana de la segunda y la tercera semana de mayo porque como invitados a Mayo Teatral repondremos Mecánica, con texto del dramaturgo Abel González Melo, inspirado en la obra Casa de Muñecas. Mecánica es una obra que el público pide y no quiero que muera,  por eso es bueno retomarla para que el tsunami de Diez Millones no barra la anterior. Es un trabajo grande porque quitaremos una obra y pondremos otra pero vale la pena. (TR) Luego Diez Millones la repondremos en junio y julio, y en septiembre tenemos el compromiso del festival de Camagüey, a donde pienso llevar ambas, si se puede.

- (CON TONO COLOQUIAL ) ¿El Celdrán profesor está complacido con la apertura de la Maestría en Dirección Escénica?

- (CON TONO VEHEMENTE) Por supuesto que sí, hacía mucha falta. Después de estar alejado un tiempo de la docencia en el ISA, regreso ahora junto al director de Teatro El Público Carlos Díaz para tratar de formar directores o perfeccionar el trabajo de los directores en esta maestría de 2 años. (TR) Es importante tener este estudio superior porque al formar a los directores,  ellos pueden formar actores bajo una metodología precisa y más elaborada. (TR) Es un pedido de los teatristas y corresponde ahora seleccionar entre los matriculados a los que cursarán la maestría a partir del cumplimiento de los requisitos fundamentales: ser graduado universitario, haber dirigido tres puestas como mínimo, someterse a una entrevista, entre otros.

- (CON TONO DE SATISFACCIÓN) Un gusto siempre hablar contigo.

- (CON TONO DE COMPLACENCIA) Para mí también lo fue.