lunes, 29 de abril de 2024

Año nuevo con un flamante teatro

Tras una reparación capital reabre el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con tres célebres coreografías de la prima ballerina assoluta...

Pedro Antonio García Fernández en Exclusivo 02/01/2016
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Gran Teatro
Vista del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso luego de su restauración.

Bien comienza 2016 en el ámbito cultural con la reapertura del Gran Teatro de La Habana (GTH), rebautizado desde septiembre último con el nombre de la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso, cuyas coreografías del primer acto de Giselle, el segundo de El lago de los cisnes y el tercero de Coppelia centrarán la jornada.

Ubicado en el Paseo del Prado, delimitado por las calles San Rafael, San José y Consulado, el edificio actual de este recinto icónico de la cultura cubana, obra del arquitecto belga Paul Beleu, fue inaugurado en 1914 en el mismo espacio que en el siglo XIX ocupara el Teatro Tacón.

Considerado en su época uno de los más lujosos de América, esta sala teatral decimonónica debió su nombre al tristemente célebre capitán general español Miguel Tacón, quien ayudara económicamente al comerciante Francisco Marty para su construcción en 1834.

De acuerdo con lo planteado por el historiador Gerardo Castellanos, abrió sus puertas el 25 de febrero de 1838 con el primero de seis consecutivos bailes de disfraces, aunque desde al año anterior se habían celebrado algunas funciones en parte de sus salones.

Este acucioso investigador aseguraba que la inauguración oficial acaeció el 15 de abril de ese mismo año con la puesta en escena de la obra Don Juan de Austria, protagonizada por el famoso actor cubano Francisco Covarrubias, creador del teatro nacional e iniciador del costumbrismo en nuestra literatura.

Dirigieron su construcción, según la misma fuente, en la albañilería, Antonio Mayo y en la carpintería, Miguel Nins Pons. Contaba con 1 034 luces, 211 telones, más de 13 000 prendas de vestir. Su archivo atesoraba 108 partituras de óperas y 48 de zarzuelas junto con unos 1100 guiones de dramas, tragedias y comedias.

Considerado en su centuria como uno  de los teatros más lujosos del continente americano, María de las Mercedes Beltrán Santa Cruz y Montalvo, la célebre Condesa de Merlín,lo describió como “rico y elegante a la vez”  y añadía: “Solo los primeros teatros de las grandes capitales de Europa pueden igualar al de La Habana”. Aunque la condesa literata se deshizo en elogios sobre “la belleza de las decoraciones, en el lujo del alumbrado, y en la elegancia de los espectadores” del Tacón, hay que ponerle reparo al último encomio, pues no siempre el auditorio guardó la debida compostura, según ciertas fuentes. 

Una noche de 1863, cuentan, ante la mala calidad de una obra, el público estalló en ira e hizo catarsis con la elegante y famosa Araña del Tacón, una enorme y bella lámpara de fino vidrio que colgaba sobre la platea, importada desde París, la cual sufrió daños. 

En 1886 Francisco Marty vendió el local y, después de tener varios dueños, la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia lo compró 20 años después junto con la manzana entera, en la que durante años se ubicaron además una vivienda, un cuartel de bomberos y la primera sala cinematográfica de Cuba.

Entre 1907 y 1915 se construyó el edificio actual, con el fin de, albergar la sede del Centro Gallego de La Habana. El nuevo complejo no solo comprendió el teatro sino también salones de baile y de juegos, un casino, oficinas, restaurantes y cafeterías. Desde 1965 es la sede permanente del Ballet Nacional de Cuba

Denominado durante la república neocolonial como teatro Estrada Palma, tras el triunfo revolucionario se le renombró García Lorca, apelativo que hoy conserva la principal sala teatral del complejo cultural, con capacidad para 1 500 personas, sede ya tradicional del Festival Internacional de Ballet de La Habana.

En septiembre de 2015, el Consejo de Estado de la República de Cuba acordó, con carácter excepcional y en reconocimiento a los aportes de Alicia Alonso a la cultura cubana y universal, su amor a la Patria y fidelidad a la Revolución cubana, denominarlo como Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso

Sometido a una reparación capital desde el 2013, reabrirá sus puertas este 1.º de enero. Han sido restauradas las fachadas, vestíbulos, palcos, cubierta y tabloncillo, y cuenta con nuevos mobiliarios, telones, sistema de climatización, acústica y mecánica escénica, según ha reportado la prensa nacional.

Tiene ahora salones de ensayo para los bailarines y la orquesta, un estudio de grabación y más de 20 camerinos y baños. Se retiraron locales que antes existían en el inmueble y nada tenían que ver con el sistema de cultura.

La reconstrucción ha sido total, aseguran sus restauradores, y se ha respetado la idea original. Los recursos tecnológicos empleados se conjugaron con el criterio de patrimonio que lo identifica, añaden.

Según fuentes cercanas al Ballet Nacional de Cuba, la compañía y su directora Alicia Alonso van a presentar este viernes, en su tradicional gala por el aniversario 57 del triunfo de la Revolución, un programa que incluye el primer acto de Giselle, el segundo de El lago de los cisnes y el tercero de Coppelia.

Serán protagonizados, afirman esas mismas fuentes, por Anette Delgado, Dani Hernández, Sadaise Arencibia, Alfredo Ibáñez, Viengsay Valdés y Víctor Estévez respectivamente.

Esta función estará dedicada a todo el personal que de una forma u otra intervino en la restauración del GTH, por lo que no habrá venta de entradas. El domingo siguiente, también a las 5:00 de la tarde, se abrirán las puertas al público con el mismo programa.


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Pedro Antonio García Fernández

Periodista apasionado por la investigación histórica, abierto al debate de los comentaristas.

Se han publicado 1 comentarios


Janet
 2/1/16 18:08

Que buena noticia!! Solo falta que junto con los locales que nada tenían que ver con cultura también haya desaparecido el desagradable espectáculo de la venta de entradas que hasta el 2013 existió.

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