jueves, 25 de abril de 2024

De la lengua y su metamorfosis

En el siglo XXI el idioma se reinventa en la construcción de nuevas formas y sentidos…

Aleiny Sánchez Martínez en Exclusivo 21/02/2019
1 comentarios
Lengua Materna
Reconocer el valor del idioma nativo y respetar la diversidad lingüística es de interés para la UNESCO (Foto: indimedia)

En 1952, el 21 de febrero, un grupo de jóvenes se amontonaron en las calles de Bangladés para exigir el reconocimiento del Bangla como lengua materna del país. La respuesta primera fue la represiva policial y tres muertos. Cuatro años más tarde, la nación asiática cedía un puesto al idioma bengalí en el escenario de la oficialidad.

Desde el año 2000, en igual fecha, el mundo celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, disposición consensuada por la UNESCO en su 30 Asamblea General para honrar el Movimiento por la Lengua Bengalí.

Reconocer el valor del idioma nativo y  respetar la diversidad lingüística es de interés para el organismo en tiempos en los que la globalización condena a las naciones a luchar constantemente por salvar sus identidades.

La lengua es uno  de los patrimonios culturales más completos y representativos de la sociedad, razón que impulsa su incesante evolución como espejo frente a la historia de los pueblos y su gente.

El español, propio del Reino de Castilla  y expandido por el azar imperioso de los conquistadores ibéricos, es de los idiomas que continuó enriqueciéndose hasta adecuarse a los moldes de la modernidad.

Licencia a dos voces

Históricamente el desarrollo científico ha facilitado la creación de nuevos vocablos, patentados por el país de la invención. Así sucedió, por ejemplo, con la Revolución Industrial de Gran Bretaña en el siglo XVIII.  Los instrumentos, métodos, máquinas y mercancías, que ese momento se crearon, eran completamente exclusivos y necesitaban ser definidos para luego compartirlos con el mundo. 

En cierta medida, el origen de las palabras influye en la riqueza y variedad del vocabulario de unos idiomas con respecto a otros. Por ejemplo, el Diccionario de Inglés de Oxford tiene un total de 700 000 vocablos, cifra que supera los 88 000 términos de la Real Academia Española.

Aunque el inglés ocupa el tercer puesto mundial por cantidad de hablantes –detrás del chino y el español- el carácter monopolizador del mismo aumenta su valor en niveles internacionales. No es desconocido que un amplio número de las herramientas electrónicas y novedades de la informática y las telecomunicaciones proceden de países angloparlantes como Estados Unidos.

En el idioma castellano a diario empleamos vocablos extranjeros para referirnos a objetos que tienen significado en español. Resulta que la versión globalizada de algunas  palabras suele preferirse en lugar de su respectiva traducción. En esta lista encontramos: like, smartphone, tablet, chat, fans, casting, hit, spam, marketing, coach, best-seller, gym… etcétera.

No obstante, hay usos de los anglicismos que son inevitables ya sea porque no tienen traducción o porque mantienen la misma ortografía. Internet, jazz, hardware son ejemplos comunes. El Diccionario de la Real Academia Española también reconoce en sus páginas términos foráneos como selfie, meme y blog.

Minimalismo lingüístico

Otros de los cambios en la lengua a través de los años han sido la abreviación y reducción de caracteres.

La mensajería instantánea y las redes sociales son fenómenos recientes que motivaron la deformación o actualización del idioma, según se entienda a criterio personal. La rapidez con que se vive en estos días y el poco espacio de las plataformas comunicativas posibilita la simplificación del idioma y más: errores ortográficos, unión de temas diferentes en mismo sintagma, incoherencia de ideas…

No fue la telefonía celular ni el Whatsapp los que iniciaron el uso mínimo de la lengua. Esto sucede desde tiempos milenarios, de cuando Roma era imperio y los egipcios construían pirámides, también desde la invención del telégrafo.

Muchas de las aplicaciones utilizadas en la contemporaneidad marcan límites que ponen a prueba habilidades de síntesis y precisión. Twitter lo ejemplifica. En un principio la red social disponía de 140 caracteres para cualquier tipo de contenido, hasta que la cifra se duplicó hace poco más de un año.

Vivimos en una Era donde la principal característica es la rapidez por la falta de tiempo. A un ritmo acelerado esto nos conduce a reinventar el idioma, convertido a su mínima expresión y muchas veces, representado por imágenes fijas, imágenes interactivas (GIF) o emojis.

David Crystal, catedrático  de Lingüística de la Universidad de Bangor (Reino Unido) opina: “en Internet las páginas cambian delante de nuestros ojos (…) aparecen y desaparecen cambiando de color, las frases asoman y se desvanecen en la pantalla en un instante, las letras bailan ante nosotros. Por tanto, la red es realmente parte de una nueva vía de animación lingüística; más dinámica que la escritura tradicional y más permanente que el discurso tradicional”.

Existen ideas que apoyan el carácter evolucionista de la lengua tales como  el sitio web Emojipedia que documenta el uso correcto y significado de los emojis y los diccionarios de SMS (Servicio de Mensajes Cortos) con la intención de dar pistas sobre este servicio.

Raking en el Red

Al presente tener un buen espacio en Internet es indispensable para obtener visibilidad ante los ojos del orbe. La plataforma es un mediador de la influencia que ejercen unos idiomas en comparación con otros en el dominio de la información y el conocimiento distribuido.

De acuerdo con el  informe (2018) del Instituto de Cervantes,  el castellano es la tercera lengua más utilizada en la red. “De los casi 3.885 millones de internautas existentes en 2017, el 8,1% se comunicaba en español. Los dos idiomas que están por delante son el inglés y el chino respectivamente”.

El documento explica que la lengua de Castilla ha tenido un potencial aumento en la web que se debe, sobre todo, a la incorporación de hispanohablantes a la Red. “Solo en Iberoamérica y el Caribe el incremento de internautas fue del 2.035% entre 2000 y 2017”, aclara.

La posición en Internet beneficia, como en todo, a los primeros; mientras los últimos pasan de refilón sin que nadie los vea. La presencia en la web de gran parte de las 6. 000 a 6.500 lenguas que existen en el planeta es deficiente,  parcializada y en no pocos casos, nulas.

Donde mejor se aprecia es en la multinacional Google, con matriz en Estados Unidos. La empresa dispone del metabuscador más popular del mundo que privilegia  a  más de 100 idiomas en las búsquedas, referencias y cantidad de información que se concentra en la red. Y, aunque es un número amplio, las lenguas minoritarias y casi extintas no tienen protagonismo ni difusión. En este sentido sobresale la relatividad tecnológica. 

En cuanto al español, podemos decir que tiene fuerza en el siglo XXI, pero aún quedan espacios en blanco principalmente al asumir palabras más nuestras en lugar de préstamos lingüísticos. Pero sin dudas, nuestra lengua madre: latina, diversa y profunda, se ha contorsionado para adecuarse a las nuevas realidades comunicativas y prácticas.  

Antes del punto final definitivo, un fragmento del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante que muestra algunos matices del español hablado en Cuba, en el cuento La duración del tiempo:

“(…) E qu.em sucasa no l.han enseñao bueneducasión, me dijo, casi casi echando epuma pola boca, y yo to lo qu.ise fue asercadme y preguntadle mu bajito y mu bien, Dime laora tú, y ed tipo coje y me mira y sigue su camino como siná, y yo quecasi me chivateo pero t uavía mu fino ledigo, Dame laora miedmano (…)”.


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Aleiny Sánchez Martínez

Estudiante de Periodismo

Se han publicado 1 comentarios


Olguita
 21/2/19 13:10

Flicdads a to2s los lingistas x dia intrnacional d la Lngua Matrna!!!

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