viernes, 29 de marzo de 2024

Clubes para infoadictos y analfatecnológicos

En tiempos donde es normal la presencia de varios laboratorios de informática en los colegios de Cuba y hay casi dos millones de máquinas en las casas del país, ¿cuál es el desafío de los Joven Club de Computación?

Yisell Rodríguez Milán en Exclusivo 08/09/2014
2 comentarios

Hace 27 años tocar una computadora, en Cuba, era como soñar. Era 1987 y las máquinas de escribir todavía estaban de moda, no se hablaba tanto de Internet o redes sociales, la mayoría de los videojuegos se jugaban en consolas o usando la pantalla de la televisión y, en los barrios, era ínfima la cantidad de gente que había visto una PC.

Hoy, cuando es normal la presencia de varios laboratorios de informática en los colegios y hay casi dos millones de máquinas en las casas del país (en 2008 eran 630.000 y en 2012 se rebasaron las 800.000), cuando las ofertas de laptops colman el mercado ilegal de los productos informáticos, las tablets se popularizan y los celulares táctiles abundan… lo que pasaba hace 26 años parece cosa prehistórica.

¿Cuándo cambió todo?... Si me preguntan a mí, nacida en 1988 en un hogar donde de dos salarios el más alto nunca superó los 500 pesos mensuales (sin estimulación en divisas, para que conste), el primer giro fue el 8 de septiembre de 1987, día en que se fundaron los Joven Club de Computación y Electrónica de Cuba.  

Luego vendría la masividad de misiones internacionalistas y con ellas los médicos, profesores y técnicos importando los equipos necesarios en sus viviendas, entre ellos las imprescindibles y escasas computadoras. Se establecería la conexión a Internet en las universidades, las aperturas en el uso de celulares, la ampliación del servicio de Internet para quien pueda pagar a 4.50 CUC la hora en los puntos de Etecsa… pero para las familias más humildes de Cuba la revolución digital comenzó un día como hoy, hace 27 años.       

Fue una idea del Comandante en Jefe Fidel Castro. Se necesitaba informatizar la sociedad, que en las comunidades se supiera qué era un ordenador, cómo usarlo, en qué podían ayudar a los técnicos y profesionales, y de una vez potenciar la industria nacional del software.

El primer Joven Club estuvo a un costado del Pabellón Cuba en el Vedado habanero. En el 2009, cuando esta entidad deja de subordinarse a la Unión de Jóvenes Comunistas para pertenecer al Ministerio de la Informática y Comunicaciones, ya eran 600 por todo el archipiélago. Tenían alrededor de siete mil computadoras y habían permitido el acceso gratuito a esta tecnología, hasta en los rincones más remotos del país, a más de dos millones de personas.

Es fácil, sobre todo durante las vacaciones o después de las 4 y 20 de la tarde, ver niños a la entrada de algún Joven Club esperando por el "tiempo de máquina" para jugar, o por las mañanas observar una pequeña cola de adultos (las colas son de nuestros mejores productos nacionales) para algún curso o postgrado de operador de microcomputadoras, paquete de Office, programación, electrónica básica y digital, redes y correo electrónico, seguridad informática y/o sistema operativo Linux.

Yo tomé uno de esos cursos durante el preuniversitario. Era de Photoshop y, para ser sincera, no aprendí nada. Demasiada gente junta que no conocía de computación queriendo aprender cómo editar fotos y lo entiendo. El boom de los montajes digitales lo justificaba todo y de todas formas la experiencia fue buena:  comprendí el sentido comunitario de este proyecto al que se iba de manera espontánea o por necesidad, aunque yo nunca aprendiera como poner a Brad Pitt junto a mí en una imagen.  

Actualmente Joven Club tiene un sitio web oficial, soporta todos sus servicios en una red propia llamada TINORED, provee de acceso a Internet — previa autorización del MIC — a nacionales y extranjeros en moneda nacional y pesos convertibles, desarrolla e implementa aplicaciones informáticas y garantiza la producción, por ejemplo, de softwares educativos y videojuegos cubanos. También tiene una biblioteca virtual y hace circular la revista Tino, con noticias y trucos informáticos.

Uno de sus orgullos es Foros CubaVa, espacio de sociabilización donde interactúan desde 2010 miles de jóvenes. Otro es EcuRed, enciclopedia colectiva construida desde casi todas las provincias de Cuba.  Aunque supongo que por estos meses en sus espacios, más que de logros se hable de retos, los retos que imponen los programas subversivos de la USAID.   

Entre ZunZuneo, denunciado por Cuba en la ONU, y las más de 200 operaciones de envíos masivos de spam desde EEUU, reveladas por Etecsa, uno se percata de que como nunca hay que estar preparados para pinchar la burbuja en que a veces vivimos cuando de tecnología se trata.  

Ser capaces de reaccionar contra los intentos —ahora personalizados y digitalizados— de desestabilización política le toca a cada persona.  A Joven Club, desde que se fundó, le corresponde algo más: enseñar a usar las redes a esta ciudadanía ansiosa de comunicación online que ya ha enviado 29 millones de emails a través del Nauta aún en contra de los pronósticos «etecsianos».  

Por eso va para ellos, en su aniversario, el deseo de que sean más eficientes y que millones de jóvenes se conecten desde sus salas el día 12 de septiembre para, como han convocado, exigir justicia mediante un twittazo gigante en favor de Gerardo, Ramón y Antonio, todavía presos en Estados Unidos por defender a Cuba del terrorismo.


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Yisell Rodríguez Milán

Se han publicado 2 comentarios


Idnar
 29/9/14 14:55

 

Lo que se debería es extenderse  más el internet por la isla de ese modo uno puede ampliar sus conocimientos, además de que esté a un precio módico para que la familia cubana lo pueda disfrutar en su hogar.   Sin comentar el hecho de que acorta la distancia  que ha separado a miles de familias de sus seres queridos durante años, ya sea por X o por Y. Ahora de la forme en que lo empleen ya eso es decisión de cada cual, de eso se debe encargar las autoridades que tengan que ver con el hecho, porque en lo personal ya uno sabe lo que está bien o está mal, y lo que se debe hacer y qué no. Y no todo el mundo es tan efímero de mente para creerse todos los cuentos que ahí salen…  saludos

yamila
 8/9/14 10:33

Tremendo articulo!!! Apreto la periodista

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