viernes, 29 de marzo de 2024

Caminos hacia el futuro (+Dossier)

A escala mundial, la búsqueda de alternativas ante la extinción de las fuentes tradicionales de energía es cada vez más evidente...

Anabel Mederos Corratgé, Kiara González Escobar, Odette Díaz Fumero en Exclusivo 05/06/2012
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Desarrollar fuentes de energía renovables es estratégico para el desarrollo de cualquier país.

Incluso en sus orígenes, el hombre se sirvió de la Naturaleza para obtener energía en su provecho: desde el fuego provocado primero por un rayo, o producido luego por él mismo con hojas y ramas secas como combustible, hasta la fuerza de animales o de elementos como el viento y el agua.

Entre los siglos XVIII y XIX —entre 1760 y 1830— tuvo lugar la primera revolución energética, con la introducción de nuevas tecnologías, como la máquina de vapor, las máquinas para fabricar tejidos textiles y el ferrocarril. Todo ello gracias al uso del carbón mineral. 

Luego, entre 1860 y 1930, en un segundo gran cambio industrial de las naciones más desarrolladas, se introdujeron los sistemas eléctricos, la aviación y la siderurgia, basados en el uso del petróleo como fuente primaria para la obtención de la energía que requiere su funcionamiento.

En la actualidad, las sociedades dependen del petróleo para vivir o sobrevivir, pero, ¿por cuánto tiempo más es posible continuar así? No por mucho, si se mantiene el crecimiento de dos por ciento anual del consumo. A tal ritmo, el petróleo se acabará en cien años, aseguran los expertos.

Pero ese no sería el único problema. La explotación sin límites del hidrocarburo también hará que siga aumentando el efecto invernadero y, como consecuencia de este, el recalentamiento terrestre, que a su vez provocará la muerte de bosques, la inundación de ciudades litorales, la desecación del cinturón productor de cereales y el hundimiento de terrenos bajos, con los cuales se perderá un tercio de las tierras agrícolas. 

Vale preguntar, entonces, si existe reemplazo para este recurso muy útil, pero a la vez peligroso, por la manera en que ha sido explotado hasta ahora.

La respuesta está en las energías sostenibles, así llamadas porque se producen y usan de forma tal que apoyan, a largo plazo, el desarrollo humano. Estas se obtienen de fuentes naturales, limpias e inagotables, como el aire o el sol; tienen un impacto ambiental nulo al no emitir gases de efecto invernadero, o al absorber la misma cantidad que emiten, como ocurre en el caso de la biomasa. 

Además, posibilitan obtener electricidad directamente, sin necesidad de un ciclo térmico, como sucde con la energía eólica, la fotovoltaica, la hidráulica o la del océano, las mareas y el oleaje.

NECESIDAD EVIDENTE

En los últimos diez años el planeta ha utilizado cuatro veces más los hidrocarburos y estos han aumentado su precio de manera vertiginosa, asegura Alfredo Curbelo, investigador titular de Cubaenergía. 

“Cuando se dice que las reservas de petróleo pueden durar menos de cien años —agrega—, o que el carbón solo trescientos más, se comprende la magnitud del problema, porque en la historia de la humanidad esos son períodos muy cortos”.

Por tanto, se impone la búsqueda de soluciones en el campo energético, a partir de fuentes naturales como el agua, el sol o la fuerza terrestre, argumenta Guillermo Leiva Viamonte, director de la unidad empresarial básica de Energía Renovable, de la empresa de Ingeniería y Proyectos para la Electricidad (Inel).

No es solo la cuestión del costo del petróleo y otros combustibles fósiles. Se trata también de evitar más daños al medio ambiente con el cambio climático, resultado de la excesiva contaminación de la naturaleza por gases, líquidos y sólidos tóxicos, coinciden ambos.

CUBA EN EL PANORAMA ENERGÉTICO MUNDIAL

En Cuba existe una voluntad política dirigida al desarrollo sostenible, a pesar del complejo escenario económico, alimenticio, energético y ambiental mundial en el presente. Los lineamientos de la nueva política económica y social del país abordan el tema, con el objetivo de trazar estrategias favorables, tanto para el medio ambiente como para la economía.

“Antes los recursos energéticos se utilizaban casi por instinto, pues estaban ahí disponibles; sin embargo, en la actualidad hay más conciencia de lo que representa cada uno de ellos”, destaca Leiva Viamonte.

Luego del triunfo de la Revolución, en 1959, el potencial científico técnico de Cuba se multiplicó y ha habido personas preocupadas por las energías renovables o sostenibles. Desde muy temprano hubo intentos de aprovechar la energía eólica para generar electricidad, modestamente, a partir de los conocimientos que se tenían hasta ese momento, agregó el especialista.

Nuestro país es importador neto de energía primaria; es decir, la mayor parte del combustible que consumimos es importado, asegura Leiva, quien añade que se produce una cantidad de combustible que se emplea directamente en las plantas térmicas para producir electricidad, o se refina y sus derivados tienen otros usos.

“En la actualidad —afirma— varios centros científicos cubanos trabajan en la obtención de energía a partir de la biomasa. Nuestra principal experiencia consiste en la utilización del bagazo de la caña de azúcar, aunque no descartamos otras alternativas, como el marabú, el afrecho de café y otros”. 

El manejo de estas opciones dentro del sector agrícola pudiera ser una solución energética factible, agrega el ingeniero Curbelo, quien de paso señala que otra energía, entre las renovables que se emplean en Cuba, es la solar fotovoltaica. 

Los lugares de difícil acceso, sobre todo en las zonas montañosas, fueron pioneros en el uso de esta tecnología. Gracias a los paneles solares, sus habitantes tuvieron mejores condiciones, tanto en las escuelas como en las bibliotecas, salas de recreo y otras instalaciones de uso social, explicó a Cubahora Carlos Lugo, ingeniero nuclear. 

“Es una tecnología muy costosa, pero de una manera u otra se buscan alternativas para sustituir las importaciones y nos abastecernos nosotros mismos”, explicó Lugo.

Los calentadores solares de agua han tenido gran aceptación. Su uso comenzó por el sector turístico y se ha extendido al doméstico. Un ejemplo es su instalación en la comunidad de Pedro Pi, del municipio de San José de las Lajas, en la provincia de Mayabeque. 

Otro proyecto con el cual el país busca su desarrollo sostenible es el montaje de parques eólicos, como el nombrado Los Canarreos, en el municipio especial de Isla de la Juventud. Esta inversión tuvo un costo de 3,4 millones de dólares y facilitará el manejo del viento para la generación eléctrica.

Cada aerogenerador tiene una vida útil de 20 años, como promedio, y proporciona 275 kW, por lo que todos los montados en el parque suman una capacidad total de 1,65 mW, lo que equivale al diez por ciento del consumo actual del municipio, que es de 16 mW, asegura Ignacio Luis Moya Álvarez, técnico jefe de la obra. 

Todos estos proyectos de energía renovable facilitan a Cuba mayor generación eléctrica y menos consumo de combustibles fósiles. 

CAMBIOS DE MENTALIDAD

Tanto los altos precios del petróleo, como las nefastas consecuencias que por su explotación sufre el medio ambiente, alertan que es hora de acudir a nuevas fuentes de energía. Así como el ser humano de tiempos pasados fue capaz de sustituir la leña y el carbón, al de hoy le urge otro cambio.

La sociedad actual no concibe un mundo sin electricidad. ¿Quién imagina un apagón en la bolsa de valores de Nueva York o en cualquier gran urbe industrializada? Sin dudas, las consecuencias serían catastróficas. Muchos países han dado pasos importantes en el tema, pero aún las tecnologías son costosas y la mayoría de los gobiernos siguen apostando por fuentes no renovables.

Cuba se inserta en la tendencia del cambio con disímiles proyectos. Aun cuando la energía producida por fuentes renovables todavía no es muy significativa, las intenciones del país de desarrollar estas alternativas son claras. 

Más que el conocimiento de las tecnologías disponibles, es necesario un cambio en la mentalidad de las personas. Es importante que seamos capaces de asumir las fuentes de energía renovables como la mejor opción posible frente a la situación energética actual.


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Anabel Mederos Corratgé

Estudiante de Periodismo

Kiara González Escobar

Estudiante de Periodismo

Odette Díaz Fumero

Estudiante de Periodismo


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