jueves, 25 de abril de 2024

Mujeres que odian el orgasmo

El Síndrome de Excitación Genital Persistente provoca en las féminas una sensación desagradable, frustrante y hasta dolorosa que les hace odiar los orgasmos...

Mayte María Jiménez
en Exclusivo 12/04/2013
1 comentarios
Mujer enojada
Alcanzar el orgasmo puede aliviar los síntomas durante unas horas, pero suelen volver a aparecer.

Mujeres que huyen de los besos y caricias de sus parejas… Aunque parezca extraño un número de féminas en el mundo han llegado a sentir repulsión por el sexo, pues padecen el Síndrome de Excitación Genital Persistente (PGAD), una enfermedad cuyo síntoma principal es la excitación genital espontánea, indeseada e incontrolable, sin estar vinculada al deseo sexual.

Algunas mujeres reconocen vivir permanentemente excitadas sin que su estado responda a algún interés sexual. Les sucede al caminar, en el trabajo, durante las faenas del hogar, o simplemente sentadas y en reposo…convirtiendo el placer de tener un orgasmo en total frustración, culpa y desesperación.

Se trata de una rara disfunción que se caracteriza por la presencia de tensión genital y excitabilidad, sin que exista deseo. Esta situación no siempre desemboca en un orgasmo y, aunque lo haga, no suele desaparecer.

Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, señala en uno de sus artículos que este síndrome ya se considera una disfunción sexual, tal y como quedó descrito en el último consenso internacional celebrado en París en 2003.

Este trastorno no está relacionado con la hipersexualidad, y ni siquiera con el sexo. Consiste en una activación genital intensa, sin deseo sexual, varias veces al día, que puede durar días, semanas o meses.

Alcanzar el orgasmo puede aliviar los síntomas durante unas horas, pero suelen volver a aparecer. De esta manera pueden experimentar oleadas de orgasmos espontáneos varias veces al día, sin que exista un detonante que puedan identificar y evitar.

Para estas féminas la sensación se percibe como algo indeseado, desagradable, frustrante y doloroso, y en ocasiones provoca incapacidad para desarrollar con normalidad sus tareas cotidianas.

Las personas que sufren este trastorno de manera crónica pueden perder su capacidad para sentir placer mediante el sexo, pues el orgasmo se convierte para ellos en una forma de aliviar unos síntomas dolorosos e indeseados.

¿DÓNDE ESTÁ EL CHIP?               

Aunque aún no se han establecido si las causas específicas del trastorno son psicológicas o físicas, hasta el momento los investigadores relacionan este padecimiento con fenómenos como la vibración de los teléfonos móviles, y electrodomésticos como la lavadora, o el hecho de montar en un bus o en un auto.

Este trastorno fue conocido por primera vez en 2001 por la investigadora en sexología estadounidense Sandra Leiblum. La especialista describió que ellas aseguran sentir una excitación en forma de pálpitos en sus órganos sexuales en varios momentos del día, afirmando que la única manera de aliviar los síntomas es alcanzar el orgasmo.

Leiblum explica cómo estos pacientes pueden acabar desarrollando problemas psicológicos a consecuencia de este síndrome, como estrés, ansiedad, depresión, pensamientos suicidas, trastorno de pánico, así como sentimientos de culpa y frustración.

Aunque parece ser más frecuente en mujeres, están apareciendo también casos de hombres con este trastorno. En los hombres, una forma de este trastorno es el priapismo, que consiste en una erección que no desaparece.

Resulta difícil conocer la frecuencia de este trastorno, puesto que muchas personas se sienten avergonzadas o culpables y no hablan de ello con nadie.

PGAD VS MULTIORGASMIA

Tanto ginecólogos como sexólogos inciden en que este síndrome no debe confundirse ni con la adicción al sexo, que se caracteriza por la constante necesidad de mantener relaciones, ni con la anorgasmia o imposibilidad de alcanzar el clímax.

También es distinto de la multiorgasmia, un fenómeno que de por sí no es patológico y que se basa en la posibilidad de culminar varias veces seguidas. Si una mujer se estimula y cuenta con unos buenos niveles hormonales puede tener muchos orgasmos al día, sostienen los expertos.

Recientemente un caso se hizo muy conocido en la web. Una británica llamada Michelle Thompson afirmó tener 300 orgasmos al día; también otra fémina señaló experimentar un centenar en apenas 24 horas.

La clave del PGAD es que las mujeres que lo sufren se encuentran en un constante estado preorgásmico que, en ningún caso, se relaciona con la presencia de deseo sexual.

Lejos de resultar grata, la sensación es desagradable y molesta. “El sentimiento no es el de una excitación sexual normal y placentera, tiene más que ver con el dolor genital”, explicó una paciente, cuyo caso recoge The Journal of Sexual Medicine.

Lo más habitual es que las mujeres acudan a la consulta del ginecólogo alegando insatisfacción o dolor durante la penetración y no una excitación permanente.

Para ellas la ayuda psicológica es otra de las opciones más recomendadas. Parece como si su sexualidad fuera infantil y poco erotizada. Se excitan, por ejemplo, con sólo cruzar las piernas.

El orgasmo es esa cima que buscan todas las parejas sexuales. En las mujeres, como explica Cabello Santamaría, es como una mini crisis epiléptica. El orgasmo se produce en el cerebro, a través del estímulo neurológico que se transmite hasta la zona vaginal, donde provoca entre cinco y 15 contracciones, a intervalos de 0,8 segundos... imagínense si ello se produce más de cien veces en un día.


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Mayte María Jiménez

Periodista del Diario Juventud Rebelde y editora del Suplemento En Red, dedicado a Ciencia, Salud, Tecnología y Medio Ambiente. Aborda temáticas relacionadas con juventud, sociedad, salud, ciencia, economía y otros tópicos de la actualidad nacional de Cuba. Coautora del libro Periodismo incómodo: la cuadratura del círculo, de la Editora Abril

Se han publicado 1 comentarios


la nueva
 26/2/15 14:54

No comparto este tema con esas mujeres que odian el orgasmo.

Ya que para mi es la parte mas facinante que tiene el sexo.

Tendría que decirle que yo en ese momento respiro en el universo.

jajajajaj.

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