jueves, 28 de marzo de 2024

Cuando el universo conspira contra el “nosotros”

Ser pareja es compartir la vida y no anular los sueños personales, es decidir juntos un plan que a ambos les satisfaga...

Mayte María Jiménez
en Exclusivo 18/05/2012
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Pareja en Crisis
"Detener amores es pretender parar el universo".

Detener amores es pretender parar el universo, apuntó en sus letras el cantautor cubano Silvio Rodríguez pero, qué pasa si esos derroteros universales que ponen a prueba a una relación, se convierten en desavenencias en el modo de pensar y sentir, cuando los “tiempos verbales” no coinciden, porque el yo no está conectado al nosotros.

Cuántos hombres y mujeres no han sentido que encontraron una persona con la que compartir su vida, por la que se sienten atraídos y con la que todo marcha bien, hasta un día en el que uno de los dos necesita espacio para sentirse y encontrarse a sí mismo, y decide postergar o romper con el proyecto de dos, para seguir el camino por su cuenta.

Los ejemplos son comunes. Muchos hemos sido testigos de historias en las que se cumple el viejo refrán de que, la novia del estudiante no es la esposa del doctor o viceversa.

En estos casos, una vez llegado el momento de alcanzar ese proyecto tan anhelado, se generan contradicciones, que no pocas veces terminan en una separación, en la que se aboga por comenzar una nueva vida.

Sin dudas el amor es esencial para unir a las parejas, pero no es una ley absoluta ni eterna para todas las relaciones. Está demostrado que se requiere de más que pasión, deseo, cariño y amor para mantener junta a una pareja.

Los seres humanos somos distintos... todos tenemos historias, experiencias, expectativas, sueños y personalidades diferentes. Desconocer este hecho puede desequilibrar la relación y por tanto, al concebir ideas y proyectos no se pueden perder de vista estos factores.

Entonces tampoco resulta saludable anular las diferencias cuando se quiere establecer una relación de dos, pues sería como intentar tapar el sol con un dedo. Los seres humanos necesitan su individualidad para ser y concebir su presente y futuro, por lo que no se debe dejar de ser individuo al compartir junto a otro ser.

BUSCAR LA PIEDRA FILOSOFAL

El psiquiatra español Enrique Rojas, señala en su libro Una teoría de la felicidad, publicado en 1987, que esta está asociada fundamentalmente al cumplimiento de un proyecto de vida.

El especialista se pregunta dónde está la piedra filosofal para encontrar el camino adecuado, y responde que esa realización consiste en hacer algo que realmente nos llene y nos haga sentir realizados, de acuerdo con las posibilidades de cada uno.

Para ello es importante ser coherentes y realistas. Eso implica un proyecto libre de contradicciones y asentado en las circunstancias objetivas, aspecto que a veces no se ve por el enamoramiento, o las idealizaciones hacia la persona querida.

Es importante que cada uno aprenda a valorar y querer al otro por lo que es y piensa. Uno de los elementos a tener en cuenta es la conjugación adecuada entre lo ideal y lo real, para no terminar en una frustración.

También es necesario desarrollar la capacidad para superar la adversidad y la derrota. Vivir es estar expuesto a situaciones difíciles, que de un modo u otro exigirán de nosotros nuestro mayor y mejor esfuerzo.

Un proyecto de vida no es algo rígido, sino que está abierto a replanteos, especialmente si surgen situaciones inesperadas, como lo es una pareja misma, por lo que debemos entender que la vida exige cambios constantes.

A ello se debe añadir la amistad como un componente básico. Una relación que tenga o haya nacido de esta conexión como lazo sincero e incondicional, tendrá siempre mejores probabilidades de reformar las individualidades en pos de una meta común.

Como dirían los más veteranos, los amigos no son pasajeros obligados sino compañeros de ruta que elegimos nosotros mismos. Ante ellos nos vemos expuestos y vulnerables, pero seguros y dispuestos a “echar pa´lante” frente a las dificultades.

FACTOR DE RIESGO

Uno de los elementos señalados en la psicología humana sobre las relaciones de dos es la llamada inteligencia emocional. Si la relación está desarrollada en este sentido, será capaz de concebir un proyecto común, que no tronche la realización individual.
Ser pareja es compartir la vida y no anular los sueños personales, es decidir juntos un plan que a ambos les satisfaga. Sin embargo, muchas personas suelen evadir estas ideas porque les parece que la existencia es mejor con un aire de individualidad.

No en vano, algunos sostienen que la convivencia es un arte. La compañía de otra persona implica en ocasiones ceder, pero siempre respetar, pedir perdón cuando sea necesario, aceptar ser perdonado, aprender a evitar roces innecesarios y alejarse de la fricción que termina desalentando.

Lo que si no se debe es compartir la vida con alguien con quien no se tenga proyección de futuro, advierten muchos terapeutas. En relaciones que experimentan un presentismo, ya sea por las circunstancias, o por la comodidad de sentirse acompañado, la vida se torna inestable, como un barco sin timón ni velas, llevado por las olas y las corrientes, que casi nunca llega a puerto seguro.

En una pareja se necesita tener un rumbo, de otro modo, aumentan las posibilidades de fracaso. En la esencia de un proyecto está la idea de que la vida avanza mejor con planificación.

Cuando se sabe hacia dónde se va, todo transita por un derrotero más tranquilo, con menos estrés, conflictos y sinsabores. Para quienes no lo hacen, tarde o temprano, una vez pasada la etapa de la pasión y el enamoramiento, es muy poco probable que la unión continúe.

La pareja debe aprender a construir sus espacios, sin volverse asfixiante para uno de los miembros. Tendrán temas para hablar, momentos para interactuar y compartir con otras personas, de nutrirse y crecer como seres humanos.

Todos soñamos con una relación que funcione, pero no siempre se logra. En el amor, al igual que en otras áreas de la vida, existe el factor de riesgo. Una vez llegada la experiencia, cuando seamos capaces de entender lo que queremos y estamos dispuestos a dar en pos de un proyecto futuro de dos, es posible que encontremos la manera de igualar esos tiempos verbales, aunque el universo conspire contra el “nosotros”.


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Mayte María Jiménez

Periodista del Diario Juventud Rebelde y editora del Suplemento En Red, dedicado a Ciencia, Salud, Tecnología y Medio Ambiente. Aborda temáticas relacionadas con juventud, sociedad, salud, ciencia, economía y otros tópicos de la actualidad nacional de Cuba. Coautora del libro Periodismo incómodo: la cuadratura del círculo, de la Editora Abril


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