lunes, 29 de abril de 2024

Bob Taber, un americano en la Sierra…y en Girón

Cercano a la metralla de las primeras y definitorias horas de Playa Girón, BobTaber dejó un legado fotográfico y reporteril de la épica revolucionaria cubana, unida a una lealtad a toda prueba...

Guillermo Suárez Borges en Exclusivo 15/04/2024
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Taber
Robert Taber, entre Fidel y Camilo, realiza su mas importante entrevista (Wendell Hoffmann, 1957).

Era Robert Taber un periodista que la cadena televisiva Columbia Broadcasting System (CBS) reservaba para sus emprendimientos más complejos. Le sabían poseedor de una habilidad innata para abrirse camino entre las dificultades y de un valor personal probado en los momentos donde el carácter es el único capaz de abrir puertas.

Robert Bruce Taber había nacido en 1919 en la ciudad de Chicago, pero creció en Detroit. Sirvió a EE.UU en la Segunda Guerra Mundial y una vez concluida, comenzó a trabajar en medios de prensa de la ciudad de Nueva York hasta el año 1950, momento en que es contratado por uno de los poderosos servicios de la naciente televisión: la cadena CBS.

Su audacia y pro actividad le llevaron a cubrir los más telúricos movimientos políticos de la América Latina de los 50, entre los cuales destacó la cobertura de CBS del golpe de estado a Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954. Fue en esa época que conoció de la insurgencia en Cuba. Llegó hasta Fidel en la Sierra Maestra en abril de 1957 y quedaría prendido a la Revolución Cubana, ideal por el cual violentaría límites impensables para un estadounidense periodista.

Logró acceder a Fidel en su segundo intento. Días antes del Asalto al Palacio Presidencial había desplegado algunas gestiones en la Habana, pero ya la escena estaba separada para otro relevante periodista, Herbert Matthews, quien a finales de febrero asombraría al mundo con su serie de tres escritos, derribando la falacia batistiana de la muerte de Fidel.

Claro que Taber tenía algo que Matthews no tenía: aquella naciente televisión que se imponía con fuerza en los Estados Unidos y en parte de Hispanoamérica. Si bien Matthews había sido el primero en decir a todos que el líder cubano estaba vivo, Taber sería el primero en mostrarlo.

Taber y el fornido camarógrafo de la cadena newyorquina Wendell Hoffman seguirían las indicaciones del equipo de prensa de Fidel y llegarían ese mes de abril hasta el Pico Turquino, con sus ciento cincuenta libras en equipos. Fidel no desperdiciaría aquella posibilidad excepcional de trasmitir voz e imagen al mismo tiempo y dejar claro desde el inicio, la esencia martiana de su Revolución. Hoffman pasaría a la posteridad con aquellas inestimables vistas con el busto martiano que Celia dejó en el punto más alto de Cuba de fondo.

Fidel y Raul

La foto de Fidel y Raúl, junto a otros rebeldes levantando sus armas en señal de victoria, se convirtió en “el documento gráfico más elocuente por su valor simbólico y su fuerza plástica, de la etapa insurreccional”, refiriera años más tarde el historiador cubano Pedro Álvarez Tabío.

Todo indica que Fidel confió en Taber desde que lo vió. El periodista y su camarógrafo no solo permanecerían junto a la guerrilla en la Sierra Maestra por dos semanas, sino que a su regreso al llano, Fidel le confiaría la vida de dos de los tres jóvenes norteamericanos que se habían sumado a su tropa días antes, después de abandonar los hogares de sus padres, oficiales de la Marina estadounidense, apostados en la base
estadounidense al sur de Guantánamo.

Justo el 19 de mayo, aniversario de la muerte de José Martí, la cadena CBS estrenaría desde Nueva York, con toda fanfarria, “Rebeldes en la Sierra Maestra” que rompió records de audiencia para ese momento y daría a la guerrilla de Fidel Castro un soporte adicional que incrementaría la popularidad del movimiento y la de su joven
líder, de cara a lo que sobrevendría después. Taber mantendría el contacto con los rebeldes. “Estoy convencido de que el señor Castro derrocará a Batista”, declararía a la agencia Associated Press ya en Estados Unidos, pero en 9 abril de 1958 intentaría un nuevo viaje a la Sierra, según reportó el The New York Times de ese día. Sería detenido brevemente por la tropas de Chaviano en Santiago de Cuba y conocería de esta manera las instalaciones del Cuartel Moncada, donde el movimiento que pretendía cubrir periodísticamente, había adquirido su nombre.

Con el triunfo de enero de 1959 vendría el aporte más significativo de Taber al proceso revolucionario cubano. Aunque es poco conocido, estuvo detrás de la llegada de Fidel al Hotel Teresa en Harlem en 1960, proponiéndolo al entonces joven diplomático cubano Raúl Roa Kourí el traslado desde el frio Hotel Shelburne, acción que haría ganar por siempre a Cuba el respeto y apoyo de la comunidad
afronorteamericana.

The New York Times
Muestra parcial de la Página 33 del diario The New York Times del 6 de abril de 1960 colocada allí por el FPCC fundado por Taber. (Times Machine)

En 1960 fundaría en Nueva York el “Comité por el Juego Limpio con Cuba” del inglés Fair Play for Cuba Committe (FPCC) que reuniría importantes nombres de la intelectualidad estadounidense de la talla de Truman Capote o Carleton Beals y que reclamaban un trato justo a Cuba y una política de no intervención.

Entre sus acciones más sonadas estuvo la publicación de un anuncio a página completa en el diario The New York Times titulado: ¿Qué está pasando realmente en Cuba?

La CIA trabajaría con mucha fuerza contra la FPCC hasta lograr disolverla años más tarde. Taber había demostrado una amplia capacidad organizativa logrando convocar unos 7 mil miembros a nivel nacional y abrir capítulos de la organización en veinte y tres ciudades y treinta y siete universidades estadounidenses.

Sometido a una gran presión y despedido de CBS a finales del año 1960, Taber se trasladaría permanentemente a Cuba y comenzaría a laborar en el diario “Revolución”. Allí participaría como periodista en la cobertura de la Lucha Contra Bandidos y más tarde de Girón.

Ernesto Fernández, premio nacional de fotografía, le recuerda cercano a la metralla de las primeras horas del ataque a Playa Larga y Playa Girón. “Imagínate, era un americano que andaba por allá, en medio de lo que todos pensaban que era una invasión de los americanos, montado en los mismos camiones que nuestros milicianos, tranquilo, sin miedo. Tuvimos una relación muy profesional, de hecho teníamos el mismo tipo de cámara. Le tiré un par de fotos que considero históricas”, me dice.

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Robert Taber junto a un Obmibus Leyland quemado en la carretera Playa Larga-Playa Girón. (Ernesto Fernández, 1961)

“Nos separamos en un momento, yo llevé parte de nuestras fotos para que fueran procesadas en la Habana, a mi regreso supe que Taber había resultado gravemente herido, una esquirla de mortero le había destrozado la parte interior de uno de sus muslos, cercano a la ingle. Pudo ser trágico, pero se recuperó”, asegura Fernández.

Prosigue Ernesto Fernández: “Después de la derrota del contingente invasor me fui al Hospital Militar a verle, estaba allí ingresado y recuperándose. Llegamos a reírnos del lugar específico donde le habían herido, por aquello de - por poco -, ya después no le vi más. Tenía un impresionante archivo de fotos de Cuba, espero que nada de eso se haya perdido”.

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Las repercusiones físicas de la herida de Taber le acompañaron por el resto de su vida. Posterior a Girón decidió retirarse a una vida privada en Estados Unidos desde donde escribió dos libros notables: “M-26, Biografía de una Revolución” y “La Guerra de la Pulga: un estudio clásico de la guerra de guerrillas”, sobre todo el último, es considerado un clásico del tema. Poco o nada se sabría de Taber desde 1965 en adelante.

Las presiones sobre el por su vínculo con Cuba fueron brutales. Su hijo Peter en una breve intervención en un sitio de comentarios políticos nos dice que se retiró a una vida humilde y apacible como periodista, sin exposición pública. Murió en 1995.

Para tranquilidad de Ernesto Fernández, prolífero fotógrafo cubano y colega de Taber, sus fotos se resguardan hoy en los archivos de la revista “Life”, medio al que los entregó años antes de morir y pueden ser consultados en línea.


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Guillermo Suárez Borges


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